Fundado en 1910

26 de abril de 2024

Manada Castelldefels

«¡Me habéis reventado!», el brutal reproche de una víctima a la manada de Castelldefels

El Debate accede a la declaración de una de las víctimas de la manada de Castelldefels. La joven describe una salvaje agresión sexual grupal

A Leticia (nombre ficticio para proteger su identidad) la violaron. Un grupo de jóvenes la sujetaron y la agredieron sexualmente, uno detrás de otro. La cosificaron: aunque ella dijo que no quería y se resistió, usaron su cuerpo, buscando su propio placer, olvidando que su víctima era un ser humano, a la que la agresión le estaba provocando un dolor salvaje. Las secuelas físicas ya han pasado, pero las psicológicas permanecen y lo harán durante mucho tiempo. Para ellos, sin embargo, no hay trauma.
El Debate ha tenido acceso a la declaración de la joven. Comienza así: «Un chico al que conocí cuando era pequeña, me contactó a través de la red Baddo, le llamábamos el cubano. Hablamos un buen rato: de anécdotas de hace años. Todo parecía ir normal. Entonces me propuso: «¿Quieres venir conmigo y unos amigos a una fiesta en una casa? Beberemos y lo pasaremos bien». Acepté».
Quedaron y el joven apodado el cubano la llevó al piso de su amigo Robert. «Cuando entramos me di cuenta de que había cuatro chicos más. No conocía a ninguno. Chicas estaba solo yo. En el piso sonaba la música. Había cubatas de ron y porros de marihuana. Estuvimos escuchando música, jugando a la consola y en mi caso bebiendo. Tomé muchos cubatas de ron con Coca cola. No sé cuántos, pero fueron muchos. Iba muy bebida, bastante borracha. Me costaba mantenerme en pie y hablar, pero sabía dónde estaba y con quién. El alcohol no me impide recordar lo que sucedió».
Los jóvenes estaban en el comedor, ella en el sofá porque el alcohol la había postrado. «En un momento dado noté que Robert empezó a meterme mano y a intentar darme besos en la boca. No quería enrollarme con él y traté de quitármelo de encima. Le aparté la cara, pero me costaba de lo bebida que iba y él, además, insistía. Uno de los cinco, no recuerdo cuál, me llevó del sofá a una habitación donde había una cama de matrimonio. Esa persona me tuvo que sujetar en el trayecto porque yo iba muy borracha y no podía caminar. Mientras me llevaba, me iba quitando la ropa. Al entrar en la habitación estaban el resto de los chicos esperando alrededor de la cama. Escuché como uno decía: «Venga, venga, quitaros los pantalones». A mi me tiraron a la cama, y me terminaron de desnudar».

«Estás siendo una campeona»

Le arrancaron las braguitas y comenzaron a violarla, sin preservativo, uno tras otro. «No sé cuánto rato estuvieron», continúa narrando Leticia. «Mientras me agredían uno dijo: «No veas como aguanta para como está, está siendo una campeona». No sé si me grabaron o me hicieron fotos. Nunca di mi consentimiento, a ninguno, para mantener relaciones sexuales, y menos en grupo. Yo les decía: «Parad, dejad de violarme. No me está gustando», pero no me hacían caso. Intentaba poner resistencia física, incluso me encogía para ponérselo difícil y que no me pudieran seguir, pero ellos no paraban. Además, yo estaba sola y muy asustada».
Leticia no recuerda cuanto tiempo estuvieron sometiéndola sexualmente, aprovechándose de ella. «Fue mucho rato. Pararon cuando se saciaron. Cuando eso ocurrió, se fueron de la habitación. Me dejaron sola y desnuda. Uno de ellos regresó con mi ropa. Me vestí sola y después rompí a llorar. Estaba histérica por lo que me habían hecho. Ellos gritaban: «No te pongas así que has sido una campeona». Me fui llorando hasta la puerta, abrí, salí y me fui a casa».

«Se nos fue la olla»

La joven no quiso avisar a nadie. «Me sentía fatal y sólo quería llegar a casa y refugiarme. Durante todo el camino notaba dolor en mis partes. Escribí al cubano y le dije: «¡Me habéis reventado!» y el respondió: «Bueno, tú ahora descansa y no digas nada». Cuando llegué a casa, vivo sola, me duché a conciencia, porque me sentía muy sucia. Estuve mucho rato llorando hasta que me quedé dormida. No fui al médico ni quise tomarme nada ante un posible embarazo porque tengo puesto un DIU. Estaba tranquila de que al menos no me quedaría embarazada». De las heridas físicas se recuperó, pero «desde entonces he tenido pesadillas y malos momentos recordando los hechos. Padezco una discapacidad y el cubano lo sabía. Creo que me escogieron debido a mi discapacidad y mi situación de vulnerabilidad para abusar sexualmente de mi aquella noche. Quiero denunciar para que no le pase a ninguna otra».
A Leticia la encontraron los Mossos después de que otra chica denunciara. La otra joven identificó a los jóvenes, los detuvieron, les intervinieron los teléfonos y a través de sus chats descubrieron que existían varias víctimas más. Una de ellas, Leticia. Ninguna había denunciado. También encontraron los comentarios que los presuntos agresores sexuales y otros amigos (eran más de 20) hicieron en un grupo de WhatsApp, muchos de ellos denigrantes, con una absoluta ausencia de empatía y que, en principio, demuestran que sabían lo que hacían. Estos son: «Lo suponía, se nos fue la olla»; «Lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas»; «Pues la pava, empezamos a beber a beber, yo no bebi tanto, yo estaba bien, pero ella empezó a beber ya iba muy borracha y el cubano se la llevo a la cama, pero la pava iba super borracha eh, que hubo un momento que flipe, justo antes de llegar al dormitorio la pava se cayó al suelo y la tuve que ayudar a levantarse y todo y dije uy uy uy»; «Fue el cubano al dormitorio, y después de eso salieron corriendo el David y el Joselito a por ella, en la cama. Estuvieron allí el David entrando y saliendo: «Venid, venid, que es muy guarra», pero yo no iba a hacer nada que la tía está muy mal y encima estaba borracha. Digo: «Lo siento, pero no, yo no voy a hacer nada». «¡¡Buah, eres un maricón!!». Digo: “Me la suda, pero yo no voy a hacer nada, todo el rato estuvimos allí y hubo un momento que los tres a mirar porque estaban el cubano y el David haciéndoselo a la vez»; »Recuerdo que al día siguiente dijo el David (risas) a la chavala esa la hemos destrozado, le hemos dado hasta en el DNI (risa)».
Cinco hombres estuvieron en la casa, presuntamente agrediendo sexualmente a Leticia. Después se jactaban en un grupo de WhatsApp en el que había mucha más gente. Uno de ellos, al saber lo que había pasado, comentó: "Si que puede ser que la chica teniendo una deficiencia mental se le puedan cruzar los cables y haga alguna tontería, eso es muy importante, hay un dicho que dice quien se acuesta con niños o en su defecto con enfermos mentales meado se levanta y en este caso sería a la cárcel se va, quien se acuesta con deficientes mentales a la cárcel va (risa). Tened mucho cuidado y esto que no salga a la luz y sobre todo no os jactéis e intentad hacerlo cada vez menos”.

Temas

Comentarios
tracking