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25 de abril de 2024

Pedro Sánchez, durante su intervención en el Senado

Pedro Sánchez, durante su intervención en el SenadoEFE

Tercer duelo en el Senado

Sánchez hace oposición a las comunidades, los empresarios, Feijóo y Vox al mismo tiempo

El presidente del Gobierno ya ha cogido la linde electoral y no va a soltarla hasta diciembre. Feijóo le ofreció tres acuerdos, pero con nulo resultado. Lo previsible

La cara de Pedro Sánchez se volvió un poema cuando, bien avanzado el debate de este martes en el Senado, Alberto Núñez Feijóo le espetó a bocajarro: «A usted solo le importa el juego de poder y destruir al adversario». Frunció el ceño el presidente del Gobierno y, a su lado, también Nadia Calviño.
El líder del PP lleva diez meses en el cargo y, a estas alturas, ya tiene bien calado a Sánchez. Con la experiencia que le han dado los dos duelos parlamentarios previos en la Cámara Alta, Feijóo sabía de antemano, o podía intuir al menos, que este martes en el Senado se iba a encontrar con dos Pedros, y a los dos iba a tener que rebatir.
El del primer acto: el presidente del Gobierno que presume de haber convertido España en la envidia de Europa y a su Ejecutivo en un caso de estudio y admiración. El del segundo acto: el secretario general del PSOE y candidato a las elecciones generales; el que se dedica a rebuscar muertos en el armario de Feijóo en su época de presidente de la Xunta de Galicia sin demasiado éxito, y a sacarle la hemeroteca de los últimos meses para probar que ha hecho bueno -dice- a Pablo Casado.
La gran pregunta era cuál de los Pedros iba a estar más tiempo en la tribuna de oradores. Fue claramente el segundo, dada la cercanía de las elecciones municipales y autonómicas. El primer Pedro duró lo que duró su primera intervención, y ni siquiera. Puesto que el contexto ahí fuera -de la burbuja del Senado- no acompañaba.

Eligió mal día

Eligió mal día para proclamar que España «está sorteando la crisis mejor» que ningún otro país de la UE. Porque, justo este martes, el Fondo Monetario Internacional rebajó la previsión de crecimiento para España del 1,2 al 1,1 % en 2023 y del 2,4 al 2,2 % para 2024. Eligió mal día, también, para menospreciar la política fiscal del PP de impuestos bajos. Teniendo en cuenta que, ayer, miles de autónomos sufrieron en sus cuentas corrientes los efectos de los nuevos tramos en las cuotas a la Seguridad Social. Tampoco era el mejor día para sacar pecho por la baja inflación, puesto que solo un día antes el INE había certificado un repunte del IPC, con una cesta de la compra disparada pese a la exención del IVA de los productos básicos desde enero.
También presumió el presidente del Gobierno de la creación de trabajo, con la EPA del pasado jueves aún humeante, que situaba el número de parados nuevamente por encima de los tres millones. Y se reservó el anuncio de una subida del salario mínimo interprofesional hasta los 1.080 euros, pactada únicamente con los sindicatos.
En los compases finales de su primera intervención, el segundo Pedro asomó. Primero cargó con dureza contra los empresarios, a los que acusó de repartirse bonus millonarios mientras no suben ni un céntimo el sueldo de sus empleados. Después dirigió una crítica durísima contra algunas comunidades autónomas -se entendía que solo las del PP, a las que acusó de tener «un plan para debilitar, cuando no socavar, el Estado del Bienestar».
Feijóo, durante su intervención en el Senado

Feijóo, durante su intervención en el SenadoTarek

Lo primero que hizo Feijóo en su turno de réplica fue salir en defensa del Estado de las Autonomías, él, que presidió una durante 13 años. «Un poco de respeto por la España real», le sugirió, para después recordarle que el PSOE gobierna en 13 de las 17. Y que en varias de ellas, como Castilla-La Mancha, Aragón, la Comunidad Valenciana y el País Vasco, los socialistas están bajando impuestos, en contra de lo que predica Sánchez.
El líder de la oposición trató de reconducir el debate y sacar de él algo productivo, ofreciendo al presidente tres acuerdos. El primero, para reformar la ley del 'solo sí es sí' y no tener que depender de las líneas rojas de Podemos. El segundo, en lo que se refiere al nuevo envío de material de guerra a Ucrania, siempre y cuando el presidente comparezca en el Congreso para detallarlo. Y el tercero, en torno a la Presidencia de turno de la UE, que España ostentará en el segundo semestre de 2023. «España es el único país que no pacta con la oposición esta materia», le afeó.

Feijóo ofreció a Sánchez tres pactos que cayeron en saco roto

Pero ya era demasiado tarde, porque Sánchez había decidido dejar todo el protagonismo al segundo Pedro, el mitinero. El líder socialista no dejó títere con cabeza. Después de cargar contra las autonomías –a la única que nombró explícitamente fue a la Comunidad de Madrid, cero sorpresas– la emprendió contra Feijóo. Más tarde contra la Prehistoria del PP –de Rodrigo Rato a Jaume Matas, pasando por Eduardo Zaplana– y, por último, contra Vox. «Nadie necesita a Vox, todos viviríamos mejor sin él. También usted», afirmó Sánchez.
En su discurso reutilizó partes enteras del que la semana pasada tuvo en el Congreso. Hasta repitió las mismas bromas, como cuando se burló de que la cúpula del PP no estuviera en la manifestación de hace dos domingos en la Plaza de Cibeles porque Feijóo y los suyos se tomaron el fin de semana libre; aun estando España en peligro.
El argumentario que después, en los pasillos, difundió el equipo del presidente también fue una copia de los de debates pasamos. Según la Moncloa, Sánchez estuvo muy solvente y demostró una vez más que su oponente no tiene un proyecto para el país, sino solo un discurso «deslavazado» y hueco.
Feijóo, por su parte, fue un martillo percutor contra Sánchez. Le recriminó la mala gestión de los fondos europeos, su falta de credibilidad, su discurso triunfalista cuando España es el país de la UE al que más le está costando recuperar los niveles previos a la crisis del coronavirus y haya que haya cesado a 40 ministros en cuatro años.
Que haya o no cuarto debate antes de las elecciones del 28 de mayo dependerá solo del presidente y de lo que crea que le convenga. Por lo pronto, el tercero dejó una conclusión: Sánchez ha cogido la linde electoral y va a seguirla hasta diciembre.
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