Fundado en 1910

25 de abril de 2024

Interior del bar No Tardes

Interior del bar No TardesEl Debate

Un hombre encarga que roben a su cuñado y los delincuentes lo matan, pero no se llevan un duro

David salía con la hermana de María: ella y su marido tenían un restaurante. Supo que manejaban dinero y encargó que los robaran, pero el plan salió mal y lo asesinaron: se les juzga a los tres esta semana

Carmen desconocía que estaba saliendo con un buscavidas, jeta, sin empatía y envidioso: David. A este hombre le molestaba no tener tanto dinero como María, la hermana de su novia y su esposo, Juan Miguel. Pero su novia estaba obnubilada y no se daba cuenta. En la noche del 5 de marzo de 2020, según la Fiscalía, mientras David cenaba junto a un amigos en el establecimiento XT de Madrid se le ocurrió plantearle un tal Manuel un plan: «Mi cuñados ganan una pasta. Tienen un bar y trabajan todo el día. Por la noche, para no dejar la recaudación dentro del bar y que no les roben, se llevan el dinero a su casa. Sé sus horarios y dónde viven. Te propongo que los atraques y vamos al 50% de lo que saques».
El tal Manuel aceptó sin pensárselo mucho: «Me parece bien, pero necesito un socio. Tengo un amigo que se llama José Ramón que yo creo que puede dar buena maña». El tal José Ramón se apuntó al robo. Quedaron al día siguiente a las 23.30 delante del bar de sus cuñados: «No tardes», en Madrid. Un restaurante, a precios razonables, con fama de tener un gran café, tapas elaboradas y una paella de chuparse los dedos.
Cuando llegaron al bar, los tres lumbreras se dieron cuenta de que estaba cerrado. Se tuvieron que retirar y regresar una noche después. Cuando esta vez vieron que estaba abierto, David les dio datos del vehículo que usaban y donde vivían y se fue a esconderse a su casa, a esperar que robaran por él. Manuel y José Ramón acudieron al domicilio de los dueños del bar. Allí les esperaron entre las sombras. Cuando vieron que aparcaban, uno se tapó con una braga negra y otro con un pasamontañas. Los dos empuñaban un cuchillo. A la mujer, María, que iba sentada en el lugar del copiloto, le dijeron: «No te muevas que te rajo». Al marido sin mediar palabra, siempre según la fiscalía, el otro le dio una puñalada en la traquea que le reventó el corazón. Los dos, conscientes de la salvajada, huyeron sin pararse a robar. Juan Miguel trató de perseguirlos pero a los pocos metros cayó muerto al suelo.
Corrieron hasta la casa de David, le entregaron los cuchillos y la ropa para que se deshiciera de ellos. El hombre lo arrojó todo dentro de un contenedor y hizo como que no sabía nada. Cuando su pareja le comunicó la muerte de su cuñado, lloró. Y maldijo a los criminales que le habían quitado la vida. Hay quien dice que incluso pidió dureza para los criminales y deseó que los pillara la Policía.
Así fue, los cazaron a todos, incluido él. Los dos ladrones asesinos explicaron que eran toxicómanos y que necesitaban el dinero para seguir drogándose. David por su parte reconoce que encargó el robo, pero no el asesinato. Dijo que como su cuñado era gordo no correría detras de ellos y que simplemente quería que le diesen un tirón a María. «Yo no les di los cuchillos, yo solo soy el autor intelectual del robo», se defiende. El fiscal pide 17 años de prisión para David, 14 por el homicidio y 3 por la tentativa de robo. Para los autores materiales solicita 12 por el homicidio y 3 por el robo. Les aplica la atenuante de drogadicción. Desde el lunes se está celebrando el juicio en la Audiencia Provincial de Madrid.

Temas

Comentarios
tracking