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19 de abril de 2024

Cartel de desaparición de Sibora Gagani

Cartel de desaparición de Sibora Gagani

Sibora Gagani, la joven italo albanesa a la que no le dio tiempo a huir de su asesino

Cuando su familia vio que se había detenido a Marco R. como asesino de otra chica, identificó al que fue pareja de su hija

Sibora Gagani conocía bien a Marco. Llevaban juntos cinco años, desde que se conocieron en Italia cuando ella sólo contaba con 17 años. El flechazo inicial le llevó a trasladarse junto a él a España en 2011. Pero el paso del tiempo y la convivencia hizo que le conociera mejor. «Si lo dejo, voy a tener que irme de aquí», le reconoció a su madre en una de las conversaciones diarias que mantenía con su familia. Y lo cumplió. Unos meses antes de desaparecer, alquiló un piso en la misma localidad. Marco no le trataba bien.
Por eso, cuando el 7 de julio de 2014, Sibora dejó de llamarles, saltaron las alarmas. Su pareja, Marco, aseguraba que se había marchado de casa sin decir nada, que sospechaba que se había ido a Italia, el país donde residía casi toda su familia, procedente de Albania. Ellos nunca le creyeron. Siempre sospecharon que algo malo había sucedido. Pero ni ellos ni la Policía, que también lo investigó, encontraron indicios suficientes para inculparle. No había rastro de la joven. Ni en la vida del italiano ni en el bar de la localidad donde solía trabajar desde que se trasladó a España.
Por eso, cuando el pasado 17 de mayo apareció en los medios la detención de Marco como presunto autor del asesinato de Paula, una compañera de ésta que también había trabajado con Sibora envió la foto del detenido a la familia de la albano-italiana. Le reconocía como el antiguo novio.
La familia de Sibora acudió inmediatamente a la comisaría para recordar a la Policía sus sospechas y que ahondaran más en la investigación del detenido. Porque Marco nunca denunció la desaparición de su novia. Sin embargo, su familia siempre la tuvo muy presente. Incluso sus amigas la tuvieron muy presente a lo largo de estos nueve años desaparecida. Hasta el punto de que, tras conocer el asesinato de Paula, convocaron una manifestación en apoyo de Paula y de las reclamaciones de la familia de Sibora, que se le investigase más.

Un cartel en comisaría

No hizo falta. Porque la Policía de Torremolinos tampoco se había olvidado de Sibora y, a pesar de los nueve años transcurridos, todavía conservaban el cartel de SOS Desaparecidos en el que se pedía ayuda para localizar a la italo albanesa. Fue al visualizar el cartel cuando Marco se vino abajo y reconoció que «quiero colaborar porque esto me va a perseguir toda la vida».
En realidad, solo le persiguió un rato porque al declarar ante el juez, Marco se retractó de todo lo dicho y advirtió que se lo había inventado. Pero ya era demasiado tarde. Los agentes de Policía habían tomado nota e iniciaron la investigación en el domicilio donde habían convivido Marco y Sibora. Afortunadamente, tanto el dueño del piso como los actuales inquilinos colaboraron desde el minuto cero y pusieron todas las facilidades para que los agentes investigaran, incluso aunque tuvieran que tirar tres paredes del piso, emplearan un densiómetro para comprobar el grosor de las paredes, microcámaras para observar el interior a través de pequeños orificios y rayos X para investigar sin derribar muros.
Hasta que finalmente, el pasado martes localizaron una caja tras una de las paredes de la habitación. Había sido construida por Marco de tal manera que parecía una pared original. Pero no, allí, en el interior de esa caja repleta de cal viva, los agentes de la Policía encontraron los restos de una mujer envueltos en bolsas de plástico, un cuchillo con sangre reseca y un ramo de flores sobre el pecho de la mujer.
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