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Autobús accidentado en los Pirineos

Autobús accidentado en los PirineosEFE

Francia imputa al conductor del autobús español siniestrado en los Pirineos por homicidio involuntario

La Fiscalía de Marsella investiga el accidente que dejó dos víctimas mortales colombianas y múltiples heridos tras hallarse drogas en el organismo del chófer

El conductor del autobús que se accidentó en una carretera de montaña de los Pirineos el pasado domingo, causando la muerte de dos ciudadanas colombianas, ha sido imputado por la Justicia francesa por homicidio involuntario agravado, lesiones involuntarias y poner en peligro la vida de terceros. La Fiscalía de Marsella anunció estas imputaciones tras confirmarse que el chófer, un español de 50 años, había consumido cocaína antes del siniestro, según los análisis toxicológicos realizados.

El metabolito benzoilecgonina (BZE), vinculado al consumo reciente de esta sustancia, fue detectado en su organismo. La acusación también subraya la violación deliberada de las obligaciones de prudencia inherentes a su rol como conductor profesional, lo que agrava las responsabilidades penales.

El contexto del accidente y las víctimas

El autobús siniestrado, que transportaba a 49 personas, en su mayoría de nacionalidad española y colombiana, partió desde L’Hospitalet de Llobregat hacia Andorra. La mayoría de los pasajeros viajaba con motivo de las ofertas del «Black Friday». Durante el descenso por una carretera montañosa, el vehículo enfrentó fallos mecánicos, especialmente en el sistema de frenado, según los primeros informes de la investigación.

Las víctimas mortales fueron identificadas como Luisa Fernanda Escobar Castillo, de 24 años, y Claudia Patricia Palacio Mejía, de 45, ambas de nacionalidad colombiana. En total, 41 pasajeros resultaron heridos: 32 fueron trasladados a hospitales en España y 9 en Francia, de los cuales seis seguían ingresados hasta el viernes.

Negligencias en el mantenimiento

La investigación preliminar reveló que el autobús operaba con múltiples irregularidades. Además del fallo en los frenos, el vehículo no había pasado las revisiones técnicas obligatorias y tenía el tacógrafo, dispositivo que registra la velocidad y los tiempos de conducción, desactivado. Las autoridades confirmaron que el autobús ya había presentado problemas mecánicos antes de iniciar el viaje de regreso desde Andorra hacia Barcelona.

Testigos señalaron que, al perder el control del vehículo en un tramo de pendiente pronunciada y estrecha, el conductor optó por estrellarlo contra una cornisa rocosa para evitar un desenlace más trágico. Este tramo se encuentra a más de 1.600 metros de altitud, lo que aumenta la dificultad para transitar por la zona en condiciones adversas.

El caso está siendo dirigido por la Fiscalía de Marsella, que posee competencias interregionales en accidentes de tráfico graves, tras una delegación de la Fiscalía de Perpiñán, la jurisdicción más cercana al lugar del siniestro. Hasta ahora, el conductor, detenido desde el 4 de diciembre, ya ha comparecido ante un juez de instrucción, quien dictaminó su mantenimiento en custodia mientras avanzan las investigaciones.

El accidente ha impactado profundamente en las comunidades de origen de las víctimas mortales, donde se han realizado vigilias en su memoria. Además, el gobierno colombiano expresó su solidaridad con las familias y ofreció asistencia para la repatriación de los cuerpos.

Mientras tanto, expertos señalan la necesidad de establecer controles más rigurosos en las rutas de montaña y de promover una mayor fiscalización de los vehículos que operan en condiciones extremas.

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