Cortijo de los Cipreses, en Granada

Cortijo de los Cipreses, en Granada

La okupación de patrimonio histórico se pone de moda en Andalucía

Bienes de interés cultural y edificios de gran valor artístico han sido asaltados por okupas

La okupación es un problema y una preocupación cada vez mayor para los españoles. Por lo general, este fenómeno se produce en inmuebles privados; no obstante, también ocurre en espacios de titularidad pública. En Andalucía, la okupación de patrimonio histórico es una práctica que se ha puesto de moda.
El Cortijo de los Cipreses, en Granada, es bien de interés cultural, aunque nadie lo diría viendo su estado actual, en ruinas. Desde hace unos años es propiedad municipal. Sin embargo, a pesar del manto de protección que, en teoría, le da el Ayuntamiento, el caserón, uno de los últimos cortijos que se conservan, mal que bien, en la ciudad, ha sido asaltado recientemente por los okupas. Con anterioridad, había sido víctima del vandalismo y de un incendio que quemó parte de la finca.
Una situación similar se vive, y desde hace más tiempo, en el castillo del Diezmo (Almería), donde no paran de construirse viviendas ilegales a plena luz del día y se multiplican las tomas de agua y luz, según denuncian los vecinos del lugar. El Ayuntamiento no mueve «un solo dedo» por este bien de interés cultural, que en 1949 fue declarado, además, monumento nacional, y que sufre de su abandono desde hace años.
En Sevilla, en el barrio de la calle Feria, un edificio de arquitectura regionalista es también víctima de la okupación. El inmueble, abandonado desde hace años por Endesa –su propietaria– aunque anexo a un grupo electrógeno en uso también propiedad de la compañía eléctrica, fue asaltado hace unos meses por un grupo bastante conflicto que expulsó violentamente a los anteriores okupas.
Los vecinos de la calle González Cuadrado denuncian que los actuales okupas han convertido el edificio en un punto de menudeo y consumo de drogas, y esperan que pronto haya una orden judicial para desalojar a los moradores, una vez que Endesa presentara una denuncia ante la Policía Nacional.
En Málaga, La Casa Invisible, un palacete del siglo XIX propiedad municipal, es el paradigma de la okupación. Fue asaltada en marzo de 2007, después de que el Ayuntamiento desembolsara cuatro millones de euros para convertirla en un espacio para emprendedores. Desde entonces, los okupas explotan el inmueble como centro cultural, llegando a colaborar incluso con el Museo Reina Sofía. El alcalde de la ciudad, el 'popular' Paco de la Torre, prometió el desalojo del edificio, pero el proceso se encuentra enquistado en los juzgados.

Crecen las okupaciones

Las okupaciones en España crecieron un 63 % en los últimos cinco años, desde 2017 hasta 2021, al pasar de 10.619 a 17.274. Andalucía es, con un 14 % del total, la segunda comunidad que más denuncias registró por esta cuestión, según datos del Ministerio del Interior. No obstante, estas cifras no distinguen entre allanamientos de morada (viviendas habitadas) y usurpaciones (inmuebles deshabitados).
El Instituto Nacional de Estadística (INE) sí discrimina entre ambos delitos, pero sólo se refiere a las condenas. En este sentido, los últimos datos, de 2021, reflejan 4.302 condenas por usurpación y 230 por allanamiento de morada; las primeras representan el 95 % de los casos de okupación.
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