Yolanda Díaz, comiendo una fresa durante su visita a Doñana

Yolanda Díaz, comiendo una fresa durante su visita a DoñanaA. Pérez | Europa Press

Andalucía

Yolanda Díaz come fresas en Doñana y acusa al PP de «crimen ecológico» por el plan de regadíos

La ministra de Trabajo sostiene que «desde ya» toda política pública debe ser climática

Yolanda Díaz ya tiene su foto en Doñana y, además, comiendo fresas. La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo busca el equilibrio entre su discurso climático y la defensa de los trabajadores del sector de los frutos rojos de Huelva, en entredicho por el boicot promovido desde Alemania.
De esta forma, la líder de Sumar ha acusado al PP de «crimen ecológico» en Doñana por el plan de regadíos que defiende junto con Vox y, al mismo tiempo, se ha puesto de lado de los agricultores, con quienes se ha reunido y cuyas fresas ha degustado. En su estilo, ha apelado al diálogo con los sectores afectados, entre los que ha incluido a los grupos ecologistas, para encontrar una solución para el espacio natural y los regantes.
Según Díaz, el PP, «de Alberto Núñez Feijóo y de Juanma Moreno», ha recalcado, está «decidido a vulnerar la legalidad» en Doñana, cuando los demócratas tienen «un mandato principal, que es respetar la legalidad por encima de todo».
«En la actualidad, Feijóo está dispuesto a abundar en este crimen ecológico que estamos viviendo, por lo que hacemos un llamamiento al PP para que se siente a dialogar con los sectores afectados, es decir, las asociaciones ecologistas, la ciencia y los agricultores», ha aseverado.
En este sentido, ha subrayado que «solamente desde el diálogo se pueden encontrar soluciones al grave problema que tenemos en la actualidad», así que rechaza «la posición de una derecha rebelde frente a la ley», algo que, a su juicio, «no es tolerable ni en nuestro país ni en Europa». También ha sostenido que Doñana es «ahora mismo referencia de la crisis ambiental y de la crisis climática en España», un país que posee «enormes vulnerabilidades climáticas».
«Hace ya demasiado tiempo que vengo diciendo que no hay alternativa, que vivimos ante una crisis ambiental y climática, ambas, y, por tanto, una crisis social sin precedentes, y que, además, son la misma cara de tres aspectos diferentes, pero estamos hablando siempre de lo mismo: hay crisis ambiental, hay crisis climática y también social», ha enfatizado.
No obstante, la vicepresidenta ha dicho que hay que hablar «también» del sector agrícola de Andalucía y de España, «un todo», toda vez que toda política pública «desde ya es política climática». Según ella, el debate en España es «si queremos ser una potencia de renovables en Europa o si, por el contrario, queremos convertirnos en el desierto de Europa».
«La alternativa es elegir entre dos modelos claros: el que defendemos nosotros, que España sea una potencia de energía limpia y verde en Europa y, por tanto, generadora de empleos de calidad, o el modelo del desierto y que asola a los agricultores y hace perder puestos de trabajo y, por tanto, hablamos de dramas en la vida de las gentes que viven en estos espacios», ha expuesto.
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