Una enorme ola provocada por un buque arrastra contra las rocas a varios bañistas en una playa de Huelva

Una fuerte ola provocada por el paso de un buque metanero sorprendió durante la tarde de este pasado miércoles a varios bañistas en la playa del Vigía de Mazagón, en Palos de la Frontera. La corriente arrastró a los afectados contra unas rocas, dejando varios heridos. Una mujer de 28 años tuvo que ser incluso trasladada al Hospital Juan Ramón Jiménez. Afortunadamente, no hubo que lamentar heridos graves.

Capitanía Marítima, en colaboración con técnicos del Puerto de Huelva, ha investigado lo ocurrido. Al parecer, el fenómeno se debió a una «serie de circunstancias muy especiales, que no son habituales», entre ellas el paso del buque GasLog Georgetowns. Este barco, que realizaba su segundo viaje mundial y el primero entrando en Huelva, supera los 300 metros de eslora y las 60.000 toneladas de desplazamiento.

A estas condiciones se sumó una «marea vaciante», que «aumenta también la velocidad del buque», según Capitanía. El fenómeno no cuenta con nombre técnico oficial, pero se conoce como «ola generada por el efecto del buque pasante» y está siendo estudiado para «conocer el comportamiento» de este tipo de embarcaciones, especialmente en situaciones poco comunes como la vivida en Mazagón.

Al respecto, Capitanía señala que se trata de un buque «tan nuevo» que ni siquiera era conocido por este organismo «ni por el mundo marítimo» ya que al ser su segundo viaje «no se conocía bien su comportamiento».

Por ello, tras estos hechos, se ha determinado que se establecerá un límite de 10,5 nudos para este tipo de barco a su paso por Mazagón –lo que supondría unos 16 kilómetros por hora–, en lugar de la velocidad habitual de 11,5 nudos, que supondría unos 20 kilómetros por hora, para «que no se vuelva a producir una situación de este tipo».

Desde Capitanía Marítima han destacado que este tipo de buques «no se pone en mano de cualquier persona» y que el capital que lo gobernaba «tiene 20 años de experiencia» llevando estos buques, así como que a bordo había dos prácticos «uno de ellos el que más experiencia tiene y otro que lo asistía», por lo que se tiene «muchísimo cuidado», toda vez que ha remarcado que a su salida del puerto de Huelva los barcos alcanzan una velocidad de tripulación que le permita la incorporación, «al igual que ocurre con los coches».

Por ello, en su maniobra de salida «deben coger una buena velocidad que les permita girar y salir del puerto», como «maniobra habitual», para incorporarse a la circulación, pero se ha determinado que a este nuevo tipo de buque, cuyo comportamiento era aún muy desconocido, «no se le puede dar vía libre a esa velocidad, sino la máxima que pueda coger sin que provoque este tipo de efectos».