Cascada del río Cuervo

Cascada del río Cuervo

La cascada del río Cuervo: el Monumento Natural de Cuenca que hace que se pare el tiempo

Realmente produce ese efecto en invierno, cuando el agua no ceja en su camino, pero se detiene, helada, en su caída

Pocas veces, o nunca, el nacimiento de un río es tan espectacular. Normalmente es un discreto fluir entre la piedra que va armándose en su camino. Pero el Cuervo ha hecho de su nacencia un monumento único, bello y esplendoroso.

Como la Basílica de san Pedro

Desde 1999 es Monumento Natural declarado por la Junta de Castilla-La Mancha, y como tal hasta su particularidad es como la de las obras de arte. Las formas geológicas que lo distinguen, por donde el salto de agua se hace majestuoso en su caminos, se llaman travertinos como la piedra, la misma piedra, con la que está construida, por ejemplo, la Basílica de san Pedro.

Es una escultura que hace del manantial una obra de arte en su caída, donde el agua subterránea sale y se separa por cientos de pequeños caminos y recovecos formando un lugar mágico que en realidad lo es. El agua cae de manera artística creando un espectáculo único.

Cascada del río Cuervo helada

Cascada del río Cuervo helada

Pero quizá su mayor exhibición es cuando llega el invierno y la misma agua se congela en su caída constante como si el tiempo se hubiera parado, como si todo se hubiera detenido igual que el discurrir del agua, que obtiene una nueva forma artística, una nueva presentación como si fuera La máquina del tiempo, pero en vez de imaginada por H.G. Wells, creada por la naturaleza.

Temas

comentarios
tracking