
Gusanos de la harina, en una imagen de archivo
Cataluña
Crean una granja en un pueblo catalán para animar a comer gusanos: «Podrían ser el nuevo sushi»
Una familia holandesa pretende animar a los barceloneses a comer invertebrados
En la granja de los Schreurs no se crían vacas ni ovejas, sino gusanos de la harina: para estos holandeses afincados desde hace tres décadas en Sant Salvador de Guardiola (Barcelona), los insectos son el alimento del futuro, y por eso han creado unas instalaciones para promover esta visión y asesorar a empresas que quieran introducirse en este mundo «emergente».
Así lo explica a la Agencia Catalana de Noticias (ACN) este martes Ruby Schreurs, una de las impulsoras del proyecto junto a su hermana, Raffaela, y sus padres, Frederick y Danielle. También buscan sensibilizar a la población sobre los beneficios de comer invertebrados: la granja incluye visitas guiadas, catas de insectos y talleres de cocina.
Una propuesta sin duda chocante que Schreurs justifica diciendo que se trata de cambiar los hábitos: «Aquí [en Cataluña] comemos caracoles, y nuestros abuelos tal vez nunca se habrían imaginado que ahora comeríamos pescado crudo… Pues tal vez habríamos de pensar que los insectos podrían ser los nuevos caracoles o el nuevo sushi», asegura a la ACN.
La emprendedora holandesa también asegura que los insectos son ricos en proteínas, y que criarlos ocupa poco espacio ya que «las granjas de insectos son verticales». Además, en clave eco, asegura que los excrementos de los insectos, mezclados con agua, pueden servir como fertilizante natural para las plantas.
La granja de demostración está construida con paja y nace bajo el paraguas de la empresa holandesa New Generation Nutrition, que promueve comer insectos como una «solución alimentaria sostenible». En el caso de Cataluña, la Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria no solo permite la cría de gusanos de la harina –cuyo nombre técnico es tenebrio molitor–, sino también grillos, langostas y escarabajos peloteros.