Turistas y locales disfrutan del buen tiempo en una terraza en Valencia.

Turistas y locales disfrutan del buen tiempo en una terraza en Valencia.C.L.

Comunidad Valenciana  Valencia, «hasta arriba» en el puente a las puertas de aplicarse la tasa turística

Hoteles y restaurantes rozan el lleno en Todos los Santos y se prevé una buena campaña de Navidad

Las temperaturas más que agradables han ayudado a que numerosos turistas se hayan animado a visitar Valencia durante el puente de Todos los Santos. Restauración y sector hotelero coinciden en valorar muy positivamente las cifras alcanzadas en estos últimos días festivos.
Uno de ellos es Vicente, que dirige la cafetería Cappuccino, una cadena con sede en otras ciudades de la importancia turística de Ibiza, Dubái o Marbella. Ubicada en la recién remodelada –no sin polémica- plaza de la Reina, el responsable del negocio asegura que en el puente han tenido «el doble de faena» que en 2021. «Estamos hasta arriba», señala.
Así, También indica que este hecho, a pesar de haber estado en la zona con obras durante no pocos meses, lo están disfrutando «desde verano», por lo que comienza a ser una «tendencia» en la ciudad.
La clientela habitual de Cappuccino suele ser de nacionalidad extranjera, de mediana edad en adelante y en pareja, por lo que su poder adquisitivo es «alto».
Este hecho cabe resaltarlo, ya que semanas atrás se aprobó en las Cortes Valencianas de manera definitiva la implementación de la llamada tasa turística. Esta consiste en que los turistas que se alojen en cruceros, campings o alojamientos deberán pagar un recargo extraordinario por cada pernocta.

El PSOE quiere subir la tasa a 6€

En un principio, la cuantía máxima por noche y cliente a gravar es de dos euros, aunque se deja autonomía legislativa a los ayuntamientos para que puedan subirla, bajarla o, directamente, rehusar aplicarla. En el caso de la capital valenciana, la vicealcaldesa Sandra Gómez –del PSPV-PSOE- lleva abanderando recientemente una campaña para que el importe a cobrar a los viajeros en apartamentos turísticos alcance los seis euros, una cantidad nada desdeñable.
Al grueso de los consumidores de Cappuccino quizás no les afecte, pero sí podría hacerlo a buena parte de los huéspedes que se alojan en alguno de los centros de la cadena Parker Urban Flats. Ion es responsable de recepción de uno de estos apartamentos turísticos y también resalta que en Todos los Santos tienen todos «llenos o casi llenos».
El perfil de cliente varía en ciertos aspectos respecto al anterior negocio. En este caso, vuelve a predominar el turista internacional, aunque señala el empleado que suelen llegar «más grupos» y de una «edad media o jóvenes».
Preguntado por si prevén que la aplicación de la tasa turística pueda afectarles a la hora de una hipotética disminución de la demanda de habitaciones, Ion hace una diferencia: «A los clientes extranjeros no creo que les perjudique tanto. De hecho, muchos de ellos cuando vienen preguntan si en Valencia hay que pagar una tasa», afirma el recepcionista.
Sin embargo, no opina lo mismo en cuanto a los viajeros españoles, puesto que por su menor poder adquisitivo en comparación con otros países europeos y la falta de costumbre, «sí» considera que lo pueden llegar a «tener en cuenta».
En la hostelería, el contexto en Todos los Santos ha sido también satisfactorio. Entre una de las Gran Vía y la plaza del Ayuntamiento, Luis y su mujer regentan un bar-restaurante desde hace casi dos décadas. Entre semana suelen servir desayunos, almuerzos valencianos y menús del día a trabajadores de la zona y a alumnos y profesores de los centros educativos cercanos.
Los fines de semana, la clientela varía y suelen sentarse tanto en el interior como en su amplia terraza grupos de amigos y de turistas que comparten «el bocadillo del almuerzo, unas tapas y unas cervezas». Al igual que Ion, el matrimonio de hosteleros hace distingos a la hora de segmentar la clientela, si bien «la inmensa mayoría son grupos, tanto de españoles como de extranjeros». «Los de aquí son, principalmente, familias, muchas de ellas con los niños. Los que vienen de fuera son, sobre todo, varios amigos jóvenes que se quedan a dormir por la zona y se sientan a tomarse algo tranquilamente».

«Odio atroz al turismo por ideología»

En este caso, Luis sí se muestra bastante preocupado por la posible aplicación de la tasa turística, más aún si es, como pretende Gómez, de seis euros: «Los jóvenes de hoy en día tienen el dinero más limitado que hace unos años y todo está mucho más caro. Nuestros clientes no son parejas de jubilados que pueden permitirse caprichos o que se les dispare algo la cuenta», apunta el restaurador.
En opinión del hostelero, la tasa turística, en mayor o menor medida, sí perjudicaría directamente a su sector: «Sí un chaval tiene que pagar veinte, treinta o cuarenta euros más en el alojamiento, los va a pagar porque no se va a quedar a dormir en la calle, pero ese es un dinero que se gastará de menos en unas cervezas, un par de taxis o unas copas», lamenta.
En este sentido, Luis no logra entender «por qué» se ha de cobrar a los turistas que lleguen en un futuro a Valencia y «no se permite» que se gasto «repercuta en los sectores económicos» que generan «puestos de trabajo» y son los que, verdaderamente, hacen «que la ciudad sea un lugar atractivo para que vengan y repitan». «El Ayuntamiento querrá cobrar para poder gastar más, pero eso no hace que Valencia esté ni vaya a estar mejor», zanja enojado.
El debate sobre la implementación o no de la tasa turística, lejos de ser apacible, ha llegado a ser uno de los principales asuntos de fricción dentro del Gobierno valenciano. De hecho, el propio secretario autonómico de Turismo, el socialista Francesc Colomer, se posicionó desde el primer momento en contra de la aprobación del gravamen y amenazó con dimitir si salía adelante. Salió pero, finalmente, no llegó a abandonar voluntariamente su cargo.
En contra de la tasa también se posicionó la Asociación Empresarial Hotelera y Turística de la Comunidad Valenciana (HOSBEC). De este modo, su secretaria General, Nuria Montes, declaró a El Debate que este nuevo impuesto resulta «injusto e insultante» y va «contra un sector puntero» en la Región.
El enfado de HOSBEC al respecto es mayúsculo. Tanto que la propia Montes señaló a este periódico que a decisión de poner la tasa en marcha obedece al «odio atroz de dos partidos» del Gobierno autonómico –Compromís y Unides Podem- «hacia el turismo por motivos ideológicos».
Pese a sus continuos llamamientos y los de su patronal al Ejecutivo presidido por Ximo Puig, este votó a favor de una tasa que, a falta de que cada consistorio se decida a aplicarla o no, ya es casi una realidad.
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