Manifestación en Valencia de activistas feministas reclamando la abolición de la prostitución.

Concentración en Valencia de activistas feministas reclamando la abolición de la prostituciónAna Escobar / Efe

Comunidad Valenciana  La prohibición de la prostitución erosiona a un tripartito valenciano cada vez más dividido

PSPV-PSOE, Compromís y Unides Podem acentúan sus diferencias a medida que se acercan las elecciones del 28 de mayo

La cercanía a unas elecciones es directamente proporcional a hacer notar las diferencias entre los socios que configuran un determinado Gobierno. Esta máxima es la que está poniendo en práctica de manera irrefrenable el tripartito de la Comunidad Valenciana.
Una vez digeridos los polvorones y con la vuelta a la rutina parlamentaria, las formaciones han activado todos los motores de la maquinaria electoral con vistas a los comicios autonómicos del 28 de mayo.
En el caso de la izquierda autonómica, las tres fuerzas gobernantes se afanan en diferenciarse las unas de las otras. Después de tres años y medio proyectándose eufemísticamente como una roca, ahora PSPV-PSOE, Compromís y Unides Podem pretenden hacer creer que si están gobernando juntos es poco menos que por casualidad u obligación.
Con tal de lograr esos espacios propios en la izquierda, el feminismo es la bandera que todos quieren enarbolar y apropiarse de cara a consolidar el relato político.

No hablar del 'solo sí es sí'

Conscientes de que los efectos por la aplicación de la ley del 'solo sí es sí' están actuando de modo abrasivo en las encuestas, los socialistas intentan desviar el tiro, aunque sin salirse del anhelado marco mental de la defensa de la mujer.
Así, el PSPV-PSOE ha presentado en las Cortes Valencianas dos iniciativas parlamentarias con inusitada prisa con el objetivo de limitar la prostitución en la región.
La primera busca modificar la Ley de Carreteras de la Comunidad Valenciana. Según ha explicado la vicesecretaria General de los socialistas valencianos, Ana Domínguez, «gran parte de la explotación de las mujeres se da» en este tipo de vías.
Por tanto, se persigue que en las carreteras «de dominio público de la Generalitat esté prohibido el consumo de la prostitución».
La segunda Proposición de Ley presentada por el PSPV-PSOE hace referencia a la Ley de Espectáculos. En palabras de Domínguez, que también es vicesecretaria de Igualdad, el fin es que en ningún evento se pueda incitar al consumo de la prostitución.
Este apresurado nuevo modelo para reconciliarse con el votante feminista Domínguez lo ha contrapuesto al que, en su opinión, defiende el Partido Popular.
Según ha señalado, estos últimos abogan por una visión «prohibicionista», que multa «al putero y a la víctima».
En cambio, los socialistas prefieren el «abolicionismo» para hacer lo propio con «el putero y el proxeneta» y prestar «toda la ayuda y la atención» a la prostituta.
La dirigente socialista ha animado a los grupos parlamentarios presentes en el hemiciclo valenciano a apoyar las iniciativas de su grupo y «avanzar hacia la abolición de la prostitución».
Sin embargo, no se puede decir que las propuestas hayan sido recibidas con excesivo regocijo por sus aliados de coalición gubernamental.
Compromís, con quien el PSPV-PSOE se disputa un gran volumen de voto, ha criticado a su socio por hacer «electoralismo». Su portavoz en las Cortes regionales, Papi Robles, ha afeado las formas en que se les pide apoyo por presentar los textos «a última hora» y les ha advertido de que la prostitución es un asunto «lo suficientemente trascendente».
En este sentido, ha pedido a sus compañeros de tripartito que el tema pase «por un proceso de participación ciudadana» para conseguir una legislación «lo más garantista posible».
La portavoz de Compromís en las Cortes Valencianas, Papi Robles, durante una sesión parlamentaria.

La portavoz de Compromís en las Cortes Valencianas, Papi Robles, durante una sesión parlamentariaCortes Valencianas

En la misma línea, el portavoz adjunto de la coalición nacionalista, Carles Esteve, se ha dirigido a los socialistas para indicarles que existen mejores vías para acabar con la prostitución.
Haciendo un guiño a su electorado inmigrante, Esteve ha sugerido que se deroguen las leyes «que impiden que personas migrantes tengan papeles en regla para trabajar». Feminismo e inmigración, dos clásicos colectivos en los que se fija la izquierda en época electoral.

Unides Podem, sin opinión

Por su parte, Unides Podem ha optado por un perfil bajo, muy alejado de la palabrería inflamada y la hipérbole a las que acostumbra la formación comunista fundada por Pablo Iglesias.
En esta ocasión, su portavoz, Pilar Lima, no ha entrado a valorar las proposiciones de Ley de los socialistas y se ha limitado a apuntar que el actual es un «Gobierno de coalición» en el que «cada socio tiene autonomía para proponer lo que estime oportuno». Lo nunca visto en la formación morada, más aún tratándose de un tema fundamental para ellos como es el feminismo.
Bien es cierto que la gravísima crisis interna que vive la coalición tras la dimisión de cinco miembros de la Ejecutiva de Esquerra Unida –una de sus patas– no hace que la exposición a las preguntas de los medios de comunicación sea la estrategia más conveniente.
Desde luego, tampoco ayudan las excarcelaciones y rebajas de condenas por la ley del 'solo sí es sí' para que Podemos –en cualquiera de sus marcas y sucursales autonómicas– se erija ante la opinión pública como el más firme defensor de las mujeres vulnerables en España.
Este episodio de críticas entre aliados coaligados no es el primero. En los últimos días, la candidata del PSPV-PSOE a la Alcaldía de Valencia ha lanzado dos dardos a Compromís.
La receptora del primero fue la vicepresidenta de la Comunidad, Aitana Mas, a quien Sandra Gómez acusó –también a su antecesora, Mónica Oltra– de no haber creado ni una sola plaza pública en residencias de mayores y centros de día.
El segundo golpe bajo fue dirigido a la candidatura municipal de Compromís, ya que organizó un acto exclusivamente de cara a demostrar que su aspiración –además del bastón de mando– es la codiciada Concejalía de Cultura Festiva, que hoy dirigen los nacionalistas.
Las prisas de los socialistas por desviar la atención de la opinión pública y las reacciones de sus socios llevan a pensar que esta dinámica de desapego de artificio continuará.
La clave está en saber hasta qué niveles llegará una vez las Cortes se hayan disuelto y no haya votaciones en el Parlamento que comprometan ni anclen los posicionamientos de los grupos hasta pasadas las urnas.
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