El candidato del PP a la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, junto a la aspirante a la alcaldía de Valencia, María José Catalá.

Carlos Mazón, junto a la aspirante a la alcaldía de Valencia, María José CataláPPCV

Elecciones 28-M  Puig y Mazón cierran una campaña electoral valenciana con aroma a generales

La presencia de los principales líderes nacionales confirma que los resultados en la región de este domingo condicionarán las estrategias de cara a los comicios presidenciales de diciembre

Al igual que en el resto de España, en la Comunidad Valenciana también ha acabado la campaña electoral. Social, mediática y políticamente se ha insistido en que los comicios de este domingo en la región no solo van a tener una importancia especial, sino que pueden tomarse como un adelanto de lo que podría pasar a nivel nacional en las elecciones generales de finales de año.
Muestra de ello es que todo los líderes de los principales partidos se han dejado ver por tierras valencianas. Es más, lo han hecho más de una vez, sabedores de que la importancia demoscópica de la región es bien significativa. De este modo, Pedro Sánchez, Alberto Núñez Feijóo, Santiago Abascal, Yolanda Díaz o Ione Belarra junto a Irene Montero han hecho numerosos mítines.
De ellos, el popular es el único que ha apostado por la Comunidad para celebrar uno de sus actos en el cierre de campaña. Lo hizo ayer viernes por la mañana después de estar el día anterior también en Valencia respaldando a sus candidatos. Aunque dicho acto fue de buena mañana, el último mitin electoral del aspirante a la presidencia de la Generalitat por el PP, Carlos Mazón, fue en la localidad alicantina de Elche. Desde allí, apeló a un «cambio» político que trae un «proyecto de centralidad» para conseguir un «cambio»
Con tal de logarlo, el alicantino hizo una llama explícita al llamado voto útil: «A todos los que votan al Partido Popular, a los que nunca le han votado y a los que tienen dudas a apostar por este proyecto de centralidad», señaló.

Bajada de impuestos

Si consiguiera la mayoría necesaria, Mazón se comprometió a «construir un proyecto de futuro para los valencianos». Como aval pone «un partido único, fuerte y con un proyecto abierto para la ciudad de Valencia y para toda la Comunidad». «Ponemos por delante de todo los intereses de nuestra tierra», ha subrayado.
A su juicio, «ha llegado el momento» de que la Administración se ponga «a trabajar» con proyectos «realistas». Entre estos están «bajar los impuestos a los ciudadanos, garantizar que los padres elijan la educación que quieren para sus hijos sin imposiciones defender nuestras señas de identidad». Por último, el candidato popular ha llamado a la unidad en el voto porque su partido es «la única opción para que haya un cambio en la Comunidad».
Por su parte, el candidato socialista, Ximo Puig, utilizó su último mitin de campaña para dejar a un lado el perfil bajo por el que ha optado toda la campaña electoral y defender sus siglas. Por ello, llamó a una «rebelión democrática» con el objetivo de «no dar un paso atrás» frente al «respeto a la persona» del que tanto Partido Popular como Vox «han demostrado ser negacionistas».
Según ha augurado para este 28-M, los socialistas van a «construir una sólida victoria en esta tierra de cohesión, prosperidad, trabajo, dignidad y proyectos de futuro» que es una Comunidad Valenciana que el propio Puig cataloga como «paradigma de la innovación, de trabajo y de los grandes proyectos de futuro», repitió.
En esta línea, el socialista apeló a emitir un voto para «decidir» porque eso afectara «a familias, a sus hijos y al futuro de los valencianos». En otras palabras, ha instado al «voto seguro que garantiza la prosperidad de la Comunitat Valenciana», que no es otra que el «voto al Partido Socialista».
El presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, en el cierre de campaña en Alicante.

El presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, en el cierre de campaña en Alicante.PSPV-PSOE

Respecto a otro partidos, Vox celebró como fin de campaña electoral lo que en Valencia se denomina 'cena de sobaquillo', en la que cada uno se lleva su bocadillo. En ella, su candidato a la presidencia de la Generalitat, Carlos Flores, hizo una breve intervención en la que abogó por 'devolver' al alcalde de Valencia, Joan Ribó, a su competidor en Compromís por la Generalitat, Joan Baldoví y al propio Puig a sus antiguos oficios antes de dedicarse desde hace décadas a la política: Ribó como «maestro», Puig «convirtiéndose en periodista» –no terminó la carrera– y al sucesor de Mónica Oltra como «profesor de Gimnasia».
Precisamente en cuanto a Compromis, Baldoví –a quien se le vio visiblemente cansado en el debate entre los candidatos autonómicos del jueves–, definió su campaña como «apasionante» porque cree haber percibido «las ganas de la ciudadanía de seguir avanzando en derechos y en bienestar y de no volver a un pasado de recortes y corrupción».
A pesar de que su mayor déficit político es no haberle arrancado el más mínimo compromiso a Pedro Sánchez sobre financiación autonómica a pesar de haberle aprobado sistemáticamente los Presupuestos Generales del Estado, Baldoví insistió en pedir el voto para él porque, según explicó, será un apoyo que hará posible «un nuevo impulso».
Aún así, el nacionalista no dejó ni un ápice de duda al demostrar que lo que realmente le importa es que hay que «ganarle a la derecha», algo que a día de hoy tanto las encuestas ya publicadas hasta este lunes como los trackings internos de la inmensa mayoría de los partidos confirman: habría un vuelco político, el PP ganaría las elecciones y la suma del bloque de centro-derecha obtendría la mayoría absoluta.
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