Jamón podrido encontrado en el almacén
Encontrado un almacén clandestino con carne en descomposición que se vendría a restaurantes de La Coruña
Además, se verificaron graves deficiencias higiénico sanitarias, incluyendo la presencia abundante de moho, óxido y suciedad en paredes, suelos, estanterías, arcones y cámaras frigoríficas
La Guardia Civil ha encontrado un almacén clandestino de productos cárnicos en el que se guardaba comida podrida que, posteriormente, se vendía a locales del sector hostelero de la provincia de La Coruña.
La investigación, nombrada como Operación Mofo comenzó el pasado mes de febrero cuando el Seprona tuvo conocimiento de la posible existencia de un almacén irregular de productos alimenticios dirigidos a la venta.
En la inspección del local, realizada con la colaboración de técnicos del Servicio de Riesgos Ambientales, se constató que el almacén carecía de inscripción en el Registro Sanitario de Empresas Alimentarias y Alimentos. Además, se verificaron graves deficiencias higiénico sanitarias, incluyendo la presencia abundante de moho, óxido y suciedad en paredes, suelos, estanterías, arcones y cámaras frigoríficas.
Los guardias civiles e inspectores comprobaron que se almacenaban cientos de kilos de alimentos y productos cárnicos en condiciones deficientes, mezclándose productos en buen estado con otros caducados e incluso en estado de descomposición.
Durante la inspección, se halló instrumental para la elaboración de etiquetas personalizadas y la manipulación de fechas de consumo, lo que permitiría la posibilidad de modificar o sustituir las etiquetas originales de los productos adquiridos a diferentes proveedores.
Ante estas graves irregularidades, los inspectores de la Consejería de Sanidad procedieron a la inmovilización y precinto del local y de los efectos encontrados. Por su parte, la Guardia Civil ha procedido a la investigación del propietario del almacén como presunto autor de un delito contra la salud pública.
Esta actuación conjunta, tal y como apuntan desde la Benemérita, subraya el compromiso de la Guardia Civil y la Consejería en la protección de la salud pública y la seguridad alimentaria, garantizando que los productos que llegan a los consumidores cumplan con los estándares sanitarios exigidos.
