Alejandro Hernández, diputado autonómico de Vox, en la tribuna de oradores del Parlamento de Andalucía
Alejandro Hernández dimite como presidente de Vox Córdoba
El hasta ahora presidente del Comité Ejecutivo Provincial presentó la dimisión el pasado viernes y hoy lo ha anunciado públicamente en su perfil de Facebook
El proceso de 'tiros en el pie' en el que ha entrado Vox a nivel nacional continua con las consecuencias locales , en este caso con la dimisión de quien ha sido hasta el pasado viernes presidente del Comité Ejecutivo Provincial, el abogado Alejandro Hernández.
No es algo que haya pillado por sorpresa sobre todo a los que forman parte de Vox en la capital y provincia ni a aquellos que hayan seguido la serie de acontecimientos que se vienen sucediendo desde el nombramiento - vía Madrid- de la candidata a la alcaldía de Córdoba, Yolanda Almagro, con las dimisiones del coordinador local Julián Urbano, el gerente Alberto Cuevas o la depuración - llevada a cabo por el propio Hernández-del vicesecretario de organización Jesús Jiménez, hechos todos ellos que son producto de una doméstica guerra civil entre el diputado nacional José Ramírez del Río y el recién marchado Hernández, según fuentes cercanas a la formación política.
Estas diferencias personales provocan, como es habitual en los partidos políticos, corrientes más amplias y 'familias' de un bando y de otro. De momento el 'bando local' parece ir perdiendo la batalla, pero sobre todo la derrota se está sufriendo ya de cara a los comicios municipales, para los que Vox no ha conseguido listas suficientes de implantación en la provincia, uno de los motivos que Hernández alega en su perfil de Facebook, añadiendo que vive todo esto como «una frustración y como un fracaso personal, que haya algún lugar con cientos de votos para Vox en las nacionales y autonómicas en los que no hayamos sido capaces de motivar a nadie para dar un paso al frente».
El 'macarenazo'
Hernández hace referencia a las pasadas elecciones autonómicas, unos comicios que han supuesto un punto de inflexión- a la baja- para la formación de Abascal y que, en el caso concreto de Córdoba, añadió otro capítulo en el relato de desencuentros entre la presidencia provincial y la confección de parte de la lista cordobesa, que no contaba con el beneplácito del ahora dimitido.
En su despedida, Alejandro Hernández deja entrever que en la formación han podido las «agendas personales » frente al proyecto común y la «confianza mutua».
«Ser la cara de Vox sigue siendo una decisión compleja y aún más en los entornos rurales de la Andalucía interior. Por ello, ofrecer cobertura y cariño a quienes dan un paso al frente debería ser una prioridad para nosotros», explica Hernández dando a entender que no ha habido el apoyo suficiente a la gente en la provincia debido, precisamente, a los intereses particulares que antes señalaba.
Justifica Alejandro Hernández las decisiones difíciles que ha tenido que tomar desde el cargo, lo que le ha hecho perder simpatías, y es particularmente duro con los que define como «tontos entregados de photocall», aunque especifica que son «pocos y cobardes, aunque a veces hagan mucho ruido»
«Trepas y advenedizos»
Respecto a los díscolos, Hernández lamenta que desde la dirección nacional «se haya estado más pendiente de atender las quejas de esos cuatro alborotadores que de disciplinarlos» y es de la opinión que «ese error acabará pasando factura».
El todavía parlamentario andaluz promete seguir trabajando por los ideales que le llevaron hasta Vox desde la cámara andaluza «mientras pueda» y confiesa sentir resentimiento en su despedida hacia «los pocos trepas y advenedizos que traté y a los que mantuve alejados del partido».
Lo que parece claro es que desde las pasadas elecciones andaluzas, la formación de Abascal ha entrado en una espiral con aires de crisis interna que está comenzando a pasar factura en el momento menos oportuno , a tan solo unos meses de las elecciones municipales en las que el partido debe refrendar el ascenso y la implantación nacional conseguido años atrás.
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