Matilde Esteo

Matilde EsteoSamira Ouf Calero

Matilde Esteo, alcaldesa de Palma del Río

«Nunca generaré crispación ni permitiré el insulto, ese tipo de política cansa»

La alcaldesa de Palma del Río también preside el GDR Medio Guadalquivir, que ha organizado un encuentro de asociacionismo empresarial del mundo rural en Fuente Palmera

Si hay un rostro que representa una manera de entender la vida y la política en la actual Andalucía, ese es el de Matilde Esteo (Granada, 1969), alcaldesa de Palma del Río y jurista profesional. Su llegada tanto al Partido Popular como a la actividad pública podría considerarse reciente, pero aterrizó de lleno en la alcaldía de su pueblo, de manera rotunda, en un feudo socialista que fue monocolor hasta entonces. Algo estaba cambiando, desde luego, y Esteo es una prueba de ello, una imagen de esta nueva etapa tanto en la forma como en el fondo.

Esta semana ha hablado La Voz de Córdoba no en su pueblo sino en Fuente Palmera, donde el Grupo de Desarrollo Rural que ella preside (Medio Guadalquivir) ha organizado un encuentro para dar a conocer, valorar y promover el trabajo de los empresarios de lo que, un tanto eufemísticamente, se conoce como 'mundo rural'.

Un encuentro sectorial largo en el que Esteo atiende a otras autoridades - consejera incluída - empresarios, ponentes y participantes; entra y sale, marcha y vuelve, y todo con una permanente sonrisa para todo aquel que la reclama y la misma energía que al comienzo de la jornada. No cabe duda que la política es un ejercicio duro y en muchas ocasiones ingrato, pero en esta mujer se advierte que asume el precio que haya que pagar si se consiguen objetivos y se suman logros. Y en la entrevista lo deja manifiestamente claro.

Matilde Esteo

Matilde EsteoSamira Ouf Calero

- Después de tantos años de trayectoria de los Grupos de Desarrollo Rural, sorprende que este haya sido el primer encuentro empresarial que se celebra. ¿Cómo valora esta iniciativa?

- Pues sí, me siento muy orgullosa de haber presidido el Grupo de Desarrollo Rural y de haber dado la oportunidad de celebrar este primer encuentro empresarial, que todos sabemos el éxito que ha tenido, lo bien que se ha planificado y lo bien que se ha trabajado. Para el GDR que lidero, esto es motivo de orgullo: hacer proyectos como este es el camino que debemos seguir.

Ya lo dije en mi intervención: es fundamental que trabajemos por el desarrollo económico de nuestros pueblos si queremos mantenerlos vivos y afrontar todos los retos —que no son pocos— que tenemos por delante. Siempre he defendido la importancia de la unión, del sentido de territorialidad, de la marca. Creo firmemente en el papel del Grupo de Desarrollo Rural y en el valor de unirnos para crear una marca del valle.

Me parece una gran oportunidad, sobre todo, para abrirnos a la experiencia compartida: ver cómo trabajan las distintas asociaciones, qué necesidades tienen, qué se hace bien, qué se puede mejorar… y aprender unas de otras.

- Uno de los objetivos del encuentro ha sido precisamente visibilizar esa actividad empresarial que muchas veces pasa desapercibida. Tal vez no sea el caso de Palma del Río, municipio del que usted es alcaldesa, pero sí ocurre en muchos otros rincones de la provincia.

- Hay que sentirse muy, muy orgullosa de toda la provincia de Córdoba. Me consta, porque lo sé de primera mano, que hay muchísimas empresas que desconocemos. De hecho, me atrevería a decir —y lo digo en este medio— que incluso en nuestras propias ciudades hay empresas que no sabíamos que existían y que están exportando a medio mundo. A mí me ha pasado personalmente.

Son empresas que están haciendo un trabajo enorme, muy callado, muy silencioso, pero que generan una gran riqueza económica y mucha empleabilidad. En Palma del Río tenemos mucho tejido empresarial, pero sé que en toda la provincia hay muchísimas empresas que están impulsando el desarrollo de sus propios pueblos.

- ¿Qué papel cree que están desempeñando actualmente los Grupos de Desarrollo Rural, especialmente desde que Juanma Moreno preside la Junta de Andalucía?

- Bueno, como sabéis, no llevo demasiado tiempo al frente, pero sí creo que es un buen momento para darle una vuelta a la situación de los GDR. Es importante que tengamos claro cuáles son los objetivos que nos marcamos y hacia dónde queremos ir. Si queremos que los Grupos de Desarrollo Rural sigan teniendo la importancia que merecen, debemos definir con claridad ese camino.

Hace muy poco —y quiero que se sepa— hemos firmado, ante Europa, una petición para que nuestros grupos de desarrollo rural sigan existiendo y manteniéndose. Pero no de cualquier manera: con un objetivo claro, que es contar con la ciudadanía, con los empresarios y con la unión de todos y cada uno de los pueblos que los conforman.

Tengo la gran suerte de creer, de verdad, en lo rural

Hay que cuidar esos proyectos, porque son el futuro de nuestros pueblos. Por eso hemos firmado esa petición junto a muchísimos GDR: creemos que en Europa tenemos que hacernos valer, con el apoyo de los lobbies que son positivos para poner en valor el territorio. Como se ha dicho en este encuentro, lo rural siempre tiene que estar presente. Siempre lo rural.

- Como presidenta del GDR, ¿con quién le toca «pelearse», valga la expresión, para sacar adelante proyectos y atraer oportunidades?

- Creo que ese es un objetivo fundamental que compartimos todos los alcaldes, todas las alcaldesas e incluso el propio empresariado: luchar por traer proyectos a nuestros pueblos. Y eso, además, está por encima de los signos políticos. Yo lo tengo clarísimo: como presidenta del Grupo de Desarrollo Rural, independientemente de las ideas que tengamos, hay un objetivo común que es incuestionable, y es trabajar por el valle del Guadalquivir. Todos y cada uno de los municipios del grupo tienen la misma importancia.

Este año el encuentro se ha celebrado en Fuente Palmera porque así lo propuse; me parecía importante visibilizar ese territorio, y además hemos tenido la suerte de contar con un magnífico anfitrión, tanto por parte del Ayuntamiento como de la Asociación de Empresarios. Pero el año que viene será otro de nuestros pueblos del Valle el que acoja este encuentro, porque las oportunidades están en todos, y debemos hacerlas valer.

¿Pelearme? Sí, constantemente. Como alcaldesa, la pelea permanente es con la administración. Y lo digo con claridad: es esa relación la que muchas veces nos limita en la agilidad que requieren los proyectos. Ahora bien, con Juanma Moreno al frente de la Junta de Andalucía se ha dado un giro muy importante: la administración se está volviendo mucho más ágil, y eso, sin duda, nos va a beneficiar a todos. Creo que es algo que nadie puede poner en duda.

También dentro del GDR lo vamos a notar, sobre todo con las nuevas bases que estamos esperando del próximo marco europeo. Estoy convencida de que vamos a trabajar de otra manera. Ya, por ejemplo, se ha eliminado la concurrencia competitiva, lo que hará que los proyectos sean mucho más ágiles. Es algo que yo voy a vivir como presidenta: cierro un marco, pero tengo la gran oportunidad de comenzar otro nuevo, con una perspectiva distinta, alineada con la visión de Juanma Moreno, que es muy diferente a la que había antes.

- En este primer encuentro se respiró algo poco habitual en la política actual: respeto institucional, cooperación y objetivos comunes. No hubo protagonismo partidista, algo que contrasta con la polarización que vive España. ¿Qué lectura hace de ello?

- Creo que esa es precisamente una de las grandes lecciones que nos deja este encuentro. Los ciudadanos están muy cansados de la crispación política. Muy cansados. Y tienen toda la razón. Eso no quiere decir que en los plenos municipales no haya debate político —porque lo hay, y es lógico—, pero no debe ser motivo de enfrentamiento ni de insultos.

No es mi forma de hacer política. No lo ha sido nunca como alcaldesa, ni lo será como presidenta del Grupo de Desarrollo Rural. Yo defiendo mis ideas, mi partido y mis convicciones, pero nunca generaré crispación ni permitiré el insulto. Quienes me conocen lo saben: no lo voy a permitir.

Ese tipo de política cansa. Andalucía ha dado un paso adelante con Juanma Moreno. Ha apostado por una política más moderada, centrada en la gestión. Porque al final, lo más importante es eso: gestionar. Hacer que las cosas funcionen. Esa es mi consigna. Para eso estoy aquí.

Matilde Esteo

Matilde EsteoSamira Ouf Calero

- Uno de los mensajes más repetidos en el encuentro ha sido la necesidad de una mayor agilidad en los procesos, más gestión eficaz y una mejor colaboración institucional.

- Sí, eso es fundamental. Los proyectos tardan demasiado en salir adelante, y eso entorpece muchísimo su desarrollo. Cuando un proyecto necesita tres años para alcanzar su viabilidad, pero no se resuelve a tiempo, ya no resulta efectivo. Entonces, esos proyectos acaban cayendo. Y si cae un proyecto, cae también la inversión que se había destinado al Grupo de Desarrollo Rural, y eso es gravísimo.

Con el nuevo marco europeo va a ser totalmente diferente. Las nuevas bases que ha establecido la Junta de Andalucía van a suponer un cambio clave. La agilidad que se está promoviendo desde la Junta va a beneficiar también directamente a nuestros ayuntamientos. Ya lo estamos notando, por ejemplo, en los trámites urbanísticos, y lo seguiremos viendo cada vez más en la reducción de cargas administrativas.

La excesiva burocracia nos impide desarrollar nuestras ciudades como quisiéramos. Pero tengo la gran suerte de creer, de verdad, en lo rural. Estoy convencida de que van a surgir muchos más proyectos —ya hay muchos— que van a crecer en nuestros pueblos y que acabarán expandiéndose, dentro y fuera de nuestras ciudades, más allá de la capital.

- Uno de los grandes temas que ha sobrevolado este encuentro es la despoblación, una de las principales preocupaciones para las administraciones que trabajan en el medio rural. ¿Qué reflexión hace al respecto?

- Nos está costando muchísimo a los alcaldes. Es una realidad que estamos viendo todos: las capitales de provincia, como Córdoba, están creciendo en población, mientras que los pueblos vamos perdiendo habitantes. Eso es indiscutible.

¿Cómo podemos hacer frente a este reto? Porque es, sin duda, uno de los grandes desafíos. Y la respuesta pasa por el desarrollo económico: necesitamos empresas que generen empleo, porque solo así conseguiremos fijar población al territorio. También es esencial ofrecer formación, para que los jóvenes puedan continuar sus estudios sin necesidad de marcharse, y construir ciudades amables, bien conectadas con la capital y con servicios adecuados.

Si logramos eso —desarrollo económico, empleo, formación, conectividad y servicios—, podremos mantener la vida en nuestros pueblos. Y estoy convencida de que ese es el camino que debemos seguir. Porque, al final, lo que ofrece lo rural no lo ofrece la ciudad.

Necesitamos empresas que generen empleo, porque solo así conseguiremos fijar población al territorio.

- El sector primario sigue teniendo un peso específico muy importante en la provincia. Sin embargo, también se enfrenta a un gran reto: el relevo generacional.

- Sí, lo dije en mi discurso: es fundamental que los propios empresarios del campo cuenten con un relevo generacional. Eso es clave para el futuro. No podemos olvidarlo: en nuestro caso, hasta el 80 % de la riqueza procede del campo, especialmente del cultivo de la naranja.

Ese relevo es imprescindible. Y yo sé que hay jóvenes que ya se están formando muy bien y que van a convertirse en los próximos empresarios agrícolas de muchas de las tierras de Palma del Río. Ese es el camino: formar a nuestros jóvenes para que se queden en su territorio y puedan continuar el legado de sus padres y abuelos.

- La primera vez que hablamos con usted fue cuando dio el «campanazo» al convertirse en la primera alcaldesa de Palma del Río por el Partido Popular. Desde entonces hasta ahora, ¿siente que está respondiendo a las expectativas que los ciudadanos depositaron en usted?

- Bueno, eso quizás deberían decirlo los propios vecinos y vecinas de Palma del Río. Lo que sí sé es que, por mi parte, la respuesta está siendo incluso mayor de lo que yo misma esperaba.

- Desde luego, está usted «trayendo cositas», por decirlo de alguna manera...

- Prácticamente todos los días generamos una buena noticia para Palma del Río. Casi a diario hay algo positivo que contar.

Hace unos días, por ejemplo, hemos hecho entrega de llaves tras la rehabilitación de un edificio que ahora servirá como sede para asociaciones. También hemos presentado nuestros próximos proyectos europeos, que suponen un cambio impresionante para la ciudad, fruto de un trabajo previo muy importante. Además, ya tenemos en marcha la línea de trabajo para una nueva fábrica de zumos, que va a ser algo fundamental.

Mientras que en el anterior mandato se cerraban empresas, ahora tenemos empresas que quieren venir a instalarse en Palma del Río. Y eso lo dice todo.

-Por tener, tienen hasta una nueva Oficina Municipal de Justicia...

- También, también. Me hubiera encantado haber conocido una oficina así cuando ejercía como procuradora. Y ahora Palma del Río va a contar con una nueva Oficina Judicial de Justicia. Más no se le puede pedir a esta ciudad: hemos conseguido también un nuevo ciclo formativo, y detrás de cada una de estas noticias hay un trabajo enorme. Un trabajo político muy intenso que no siempre se ve, pero que está ahí.

Palma del Río está siendo noticia todos los días, y los periodistas os estaréis dando cuenta. A mí personalmente me lo han comentado muchas veces. Por ejemplo, ahora inauguramos la 41 edición de nuestra Feria de Artes Escénicas, que es todo un referente, y a la que también le hemos dado un nuevo impulso gracias a la colaboración con la Junta de Andalucía. Vamos a establecer un patronato que nunca antes se había creado para esta feria.

Son tantísimas cosas… Se le ha dado un vuelco a Palma del Río. Pero también quiero decir algo con claridad: el trabajo político en una ciudad no es cosa de cuatro años. Mínimo se necesitan ocho años para consolidar un verdadero cambio. Y nosotros, en solo dos, ya hemos demostrado que se pueden transformar muchas cosas.

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