Castillo de Aguilar de la Frontera

Castillo de Aguilar de la FronteraLa Voz

El Ayuntamiento de Aguilar restaurará parte de su muralla bajomedieval

La actuación busca frenar el deterioro de la construcción militar realizada en tapial de mala calidad

El Ayuntamiento de Aguilar de la Frontera ha decidido acometer un actuación para consolidar tanto las torres como la muralla bajomedieval de la ladera oeste del castillo de la localidad por importe de 44.980 euros. Los trabajos serán realizados por la empresa Construcciones Mitromar y con los mismos se prosiguen las actuaciones iniciadas por el Consistorio en 2004 con el objetivo de recuperar el yacimiento arqueológico denominado Cerro del Castillo de Aguilar, considerado «de gran relevancia para la construcción histórica tanto del propio municipio como de la provincia de Córdoba y todo el sur peninsular».

Frenar el deterioro

El objetivo de la intervención, como se recoge en el proyecto redactado por el arquitecto José Manuel Varo es «por un lado la protección del yacimiento evitando que el proceso de ruina de las estructuras existentes siga deteriorando el bien y por otro la puesta en valor del propio yacimiento partiendo de la base de los principios de respeto de la pátina original y de la no reconstrucción mimética, es decir la reintegración volumétrica de las partes imprescindibles para afianzar su consolidación e interpretación».
En concreto, esta actuación se va a centrar en las torres conocidas como 8 y 9, así como en el lienzo de murallas comprendido entre ambas. Estas dos torres están datada entre los siglos XIV y XV y se ubican en la ladera más desprotegida del cerro y es donde se concentran los mayores esfuerzos por reforzar su defensa siendo la zona que ha acusado más intensamente los efectos de los diferentes episodios militares.

Un estado «lamentable»

El material constructivo de estos elementos militares ha provocado su deterioro, ya que se trata de tapial, y como se refleja en el proyecto «su estado es lamentable, afectada por la lluvia y el viento que erosiona y desgasta el montículo de tapial en que ha quedado convertida».
Respecto al lienzo de muralla, tiene una longitud de 10 metros y un grosor de algo más de dos metros. Su altura ronda los siete meros.
Este muro no consta de zócalo de piedra, por lo que el tapial parte directamente de la cimentación, con las características propias de la época: «baja calidad, poco homogéneos, con escasa proporción de cal, más pobres y débiles que el típicamente musulmán».
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