Feria de la Salud en el Paseo de la Victoria

Feria de la Salud en el Paseo de la Victoria

Tres décadas del adiós a la Feria en la Victoria

El Ayuntamiento intentó borrar el vínculo de la fiesta con la Virgen de la Salud

El próximo martes se cumplirán 30 años de que apagaron definitivamente los bafles de las casetas en el Paseo de la Victoria y en la avenida del Conde de Vallellano, y de que comenzó el desmontaje de la última Feria de Nuestra Señora de la Salud que se celebraba en pleno centro de la ciudad. El nuevo recinto estaba previsto inaugurarlo en 1993, pero no estuvo a tiempo y el estreno se pospuso un año.
Hoy también ha comenzado, tras una intensa noche, el desmontaje de toda la parafernalia ferial en el recinto de El Arenal, pero no es lo mismo, porque con mejoras o sin ellas se volverá de forma insoslayable a celebrar en el mismo sitio. Hace 30 años no fue así, porque los cordobeses sabían que aquello era la despedida a la feria de toda la vida y que al año siguiente se viviría la experiencia inédita de estrenar un nuevo recinto, que es un lujo que no está reservado a todas las generaciones, ni mucho menos.

De Poniente a Sureste

La Feria en la Victoria se había convertido en algo insostenible y desde hacía años se pensaba en una alternativa para sacarla de aquel lugar. Durante un tiempo cobró fuerza la opción de Poniente, junto a la Westinghouse, pero finalmente se descartó porque aquélla era la zona de expansión urbana de la ciudad y quedaría estrangulada.
Feria de la Salud en el Paseo de la Victoria

Feria de la Salud en el Paseo de la Victoria

Finalmente se escogió El Arenal, por ser un lugar relativamente cercano al casco urbano y también relativamente alejado de viviendas. La operación urbanística no fue nada fácil, ya que contemplaba una serie de movimientos de fichas que incluían la desaparición del viejo estadio El Arcángel y la construcción de uno nuevo, circular, con pista de atletismo, que desde el gobierno municipal de la época se ponderó como «un nuevo Maracaná». Hoy, ni es circular ni tiene pista de atletismo, está inmerso en una complicada operación registral sobre la titularidad de los suelos y, encima, se ha perdido el cálculo del dinero destinado a reformas y ampliaciones que están sin terminar.

El tráfico

La Feria de Nuestra Señora de la Salud tenía que salir del Paseo de la Victoria por múltiples razones. La Córdoba de hace 30 años no era la de ahora, carecía de vías de circunvalación, el plan Renfe estaba sin concluir y el volumen de tráfico que soportaba tanto Vallellano como la Victoria y República Argentina era muy superior al de hoy día.
Conforme avanzaba el mes de mayo se iban cortando al tráfico carriles de circulación al mismo ritmo que avanzaba el montaje de la Feria, hasta que República Argentina quedaba cortada por completo para ser la calle del Infierno y sólo se permitía el tránsito de vehículos por el carril de servicio y el Paseo de la Victoria y Vallellano se convertían en un embudo de que era un tormento salir.
Caseta en el Paseo de la Victoria

Caseta en el Paseo de la Victoria

Había más argumentos para el traslado de la Feria. El cordobés de aquella época tenía su sensibilidad, que hoy día se llamaría verde, y sufría al ver cómo los jardines eran destrozados precisamente cuando se encontraban en su mejor momento, en plena primavera. Hay que aclarar que aquellos jardines sí lo eran de verdad, con una variedad de flores muy superior a la actual, en la que lo que predomina es el césped.

Los pozos negros

Además, por si fuera poco, tanto el Paseo de la Victoria como Conde de Vallellano tenían un grave problema de saneamiento. Los jardines carecían de colectores y cada caseta hacía un pozo negro que, aparte de ser un problema sanitario de primera índole, era un riesgo serio para la arboleda. Los problemas se mantuvieron con la Feria en El Arenal, ya que tanto en la Victoria como sobre todo en Vallellano los árboles siguieron perdiendo su verticalidad hasta que finalmente eran talados.
En el plano positivo eran numerosas las ventajas que presentaba el antiguo recinto ferial cordobés. La temperatura en años calurosos era mucho más llevadera que en la actualidad y al estar extendido en un eje que cruzaba de norte a su la ciudad, era fácil y rápido llegar a él desde numerosos barrios. Desde el Centro, Ciudad Jardín, la Huerta de la Reina o el Sector Sur sólo se tardaba unos minutos en llegar a las primeras casetas. Los barrios de la Ajerquía lo tenían más complicados y más aún los de Levante. El consuelo estaba en que si se iba andando el ambiente ferial salía al encuentro mucho antes de llegar a la Puerta de Gallegos.
Caseta en el Paseo de la Victoria

Caseta en el Paseo de la Victoria

Era lo que se llamaba la Feria de Día y consistía en que los bares del centro se convertían en el punto de reunión, en la primera parada, de quienes luego iban a disfrutar de la Feria. Este disfrute llegó a atemorizar al gobierno municipal, entonces de IU, cuando se inauguró el recinto de El Arenal. Temía que la iniciativa fracasase y que los cordobeses prefirieran pasar el mediodía de bar en bar por el Centro. Para atajarlo tomó el Ayuntamiento una medida impopular que fue altamente criticada y fue la persecución a aquellos establecimientos que vendieran bebidas fuera de unas determinadas condiciones. La Policía Local multó a un puesto de zumos de frutas.

Una Feria sin Virgen de la Salud

Los cordobeses estaban entusiasmados con el traslado a El Arenal, un recinto del que poco a poco se fueron conociendo sus características y hacían que el orgullo de tener una Feria de primera eclipsara los defectos que al poco comenzaron a advertirse, como la nula calidad del suelo, que al ser una escombrera ha impedido a la arboleda cobrar el porte que se le presuponía.
Por último, en estos años del traslado a El Arenal el gobierno municipal de IU intentó borrar el histórico vínculo de Nuestra Señora de la Salud con la Feria de Córdoba. En los carteles editados por el Ayuntamiento entre 1991 y 1995 se puede comprobar cómo había desaparecido la mención a la imagen mariana que daba nombre a la celebración. En 1996, ya con el PP en el gobierno local, volvió la Virgen de la Salud a la cartelería ferial y desde entonces nadie ha osado tocarla.
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