Recogida de la naranja

Recogida de la naranjaAsaja Córdoba

Agricultura

El campo cordobés, atenazado por la incertidumbre

Tanto las previsiones para la recogida de la naranja como para la campaña del aceite son pesimistas y pueden dejar pérdidas millonarias en ambos sectores

El mundo rural no atraviesa su mejor momento. Prueba de ello la ha habido este mismo año con la concentración, en defensa del mismo, que se produjo el pasado mes de marzo y que llenó las calles de Madrid. La nueva PAC, la Ley de Bienestar Animal, la sequía y la falta de medidas o las trabas que pone el Gobierno de España han llevado al sector agroalimentario a una situación límite.
En ese delicado contexto, el campo cordobés no es ajeno y sufre sus propias peculiaridades, como es el caso de la mayor incidencia de la sequía; además de las generalidades provocadas por el aumento de la inflación y, con ella, el aumento de costes.
Esos factores se han reflejado claramente en el inicio de dos campañas, la de la recogida de la naranja y la del aceite. La primera afecta especialmente a la comarca de la Vega y la segunda casi a la totalidad de la provincia.

Recogida de la naranja

En el caso de este cítrico, la organización agraria Asaja Córdoba ya señalaba, en fechas recientes, la «especial preocupación por el acusado descenso de producción, la falta de calibres, el continuo aumento de los costes de producción y los recortes en los riegos del verano pasado», lo que provoca que el sector afronte el inicio de la campaña «con mucha incertidumbre».
Así, para esta campaña se espera «una producción muy inferior a la anterior con escasez de calibres altos como consecuencia de las condiciones climatológicas”. Y recordaba Asaja que «la Junta de Andalucía estimando un 32 por ciento menos en su aforo».

Menos aceite

Peor incluso es la previsión de la producción de aceite. Asaja explicaba este mismo lunes que «los rendimientos esta campaña se esperan más bajos, pues el estrés hídrico de los olivos provocó que se parara la síntesis de aceite». En este sentido, su presidente Ignacio Fernández de Mesa manifestaba que «es crucial que llueva en estos próximos días para que se mejore el estado del olivar». Por tanto, añadió que la situación en estos momentos «es muy delicada debido a que el estado actual de sequía podría reducir la cosecha de la aceituna a la mitad».
Ello puede llegar a ocasionar unas pérdidas que podrían llegar a los 500 millones de euros en la provincia de Córdoba durante esta campaña 2022-2023, en la que el campo vive con mucha incertidumbre un momento que puede resultar crucial para su futuro.

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