Nuestro lugar en el mundo
la exposición ‘Cambio de era. Córdoba y el Mediterráneo’, tuvo su origen mucho antes de la inauguración que esta semana ha tenido lugar. Fue en 2013 cuando el entonces gobierno municipal, con José Antonio Nieto en la alcaldía, inició contactos con los Museos Vaticanos a través del obispo, Demetrio Fernández, y del cardenal Antonio Cañizares. Todo lo recorrido de manera prudente y efectiva en esos años quedó paralizado durante el mandato del cogobierno de PSOE e IU, y en 2019 se volvió a retomar. No se trata aquí de hacer un análisis político, pero sí de constatar los hechos que muestran quienes trabajan por la ciudad y quienes atienden solo y exclusivamente sus propias agendas ideológicas. Como ya algunos alcaldables han metido la quinta marcha antes del próximo mes de mayo, conviene recordar esto.
La exposición recién inaugurada pretende, en palabras del alcalde José María Bellido, «que Córdoba recupere el papel que se merece en el mundo cultural y en la historia» La muestra recoge de manera excepcional los años comprendidos entre el siglo IV y el VIII, una época de transición del Imperio Romano, de los orígenes del cristianismo y su relación con el Mediterráneo, que siempre ha quedado eclipsada por la sombra del periodo omeya. Como también recordó Bellido.
Y es esta una muestra que no hubiera sido posible sin la siempre fructífera relación entra la administración pública y la Iglesia. Una vez más la diócesis y el Cabildo catedral, en concreto, están presentes en uno de los hitos culturales de Córdoba que va a suponer un gran aldabonazo así mismo a un turismo que aún está recuperándose de los efectos de la pandemia. Una vez más los que de verdad aman a esta ciudad trabajan para colocarla en el lugar que merece en el mundo.
Enhorabuena pues. Y bienvenida sea esta magnífica exposición.
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