La puerta del SagrarioPatricio Ruiz

Domingo VI del Tiempo Ordinario

"Es inmensa la sabiduría del Señor”

Actualizada 05:05

Queridos hermanos:
Adentrándonos en el tiempo ordinario ya y a la espera casi inmediata de la llegada de la Cuaresma, nos encontramos este domingo con unas lecturas y un evangelio que entusiasman el corazón del creyente porque «es inmensa la sabiduría del Señor, Él lo ve todo», como hemos escuchado en la primera del Sirácida. Dos aspectos que traigo a la meditación de hoy: Dios nos ha creado completamente libres y elegiremos nosotros nuestra forma de vivir y el destino en la otra vida; hemos de creer que el Señor hará justicia ante todas las injusticias humanas que sufrimos o sufren otros por el pecado.
Dios no quiere que pequemos ni nos mandó hacerlo, sino todo lo contrario, nos anima a hacer el bien a amigos y enemigos, puesto que nuestra recompensa la esperamos, no de los hombres sino de Dios, que todo lo ve. Así hemos conocido o conocemos personas creyentes que se han ido construyendo en buenas almas que hacen la caridad allá por donde van, incluso en los momentos más difíciles de sus vidas. También conocemos lo que se llaman personas «tóxicas» que envenenan lo que tocan; no hemos de preocuparnos demasiado porque «cada uno recibirá de Dios lo que elija», alega la primera lectura.
Por ello, en el Evangelio de Mateo, el Señor dice claramente que no ha venido a abolir la ley y los profetas (del Antiguo Testamento), sino a darles plenitud, por lo que podríamos resumir este amplio evangelio con una frase también de Jesucristo:”el que es fiel en lo poco, será fiel en lo mucho”. Robar será siempre robar y mentir o hablar mal de otros será siempre un mal, aunque Satanás y el mundo nos lo maquillen de bueno y necesario en muchas ocasiones. Menuda bendición es una buena confesión para quitarnos esa mugre que ensucia nuestra alma y nos aparta del Señor, porque libres somos para ello, pero si nos acercamos al trono de la Gracia, nos auxiliará oportunamente para bien nuestro y beneficio de todos los que nos rodean y tratan.
Lo que nos parece imposible a nosotros, ser santos, es posible para Dios. Basta confiar en Él a ciegas y he dicho bien, a tientas que ya le veremos clara y nítidamente en el Cielo que nos espera.
Feliz Domingo. Feliz día del Señor.
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