La puerta del SagrarioPatricio Ruiz

Cuaresma 2023:”Al Señor tu Dios adorarás y a Él solo darás culto”

Actualizada 05:20

Queridos amigos todos:
Recién hemos inaugurado una nueva Cuaresma, con la imposición de la ceniza de este miércoles pasado, para encaminar nuestros pasos hacia la Pascua que nos hace entrar en misterio triturado Dios por nuestros pecados y resucitado por su poder.
Y que no existe el pecado que se lo expliquen a todo aquel que está sufriendo guerras injustas, que ha sido traicionado por su cónyuge, que es ninguneado o ridiculizado por sus compañeros de clase, que es robado en su propia vivienda y así, un largo etcétera. Al menos, sabemos distinguir, de momento, que el mal existe pero ¿quién lo promueve? Sin duda, Satanás del que hoy nos habla la primera lectura de Génesis y el evangelio de Mateo, pero sin más poder que el de tentar, porque no puede obligarnos a pecar.
Las tentaciones son invitaciones del maligno a hacer algo que Dios no quiere para nosotros, pero siempre con apariencia de bien, no lo olvidemos. Hasta el mismo Cristo fue tentado por el padre de la mentira, venciendo las tres tentaciones que le presenta: placeres desordenados, poder y riquezas. No podemos decir lo mismo de Adán y Eva que cayeron en la trampa y todavía hoy, sufrimos los efectos de aquella fechoría: nos morimos, sufrimos y estamos privados de la visión directa de Dios en esta vida. Avisados estaban al igual que nosotros, que estamos continuamente tentados de las mismas cosas que cualquier mortal.
El pecado es aceptar esa invitación del demonio. Y la Fe en Dios conlleva arrepentirse de ese mal que hemos cometido libremente y volver al Corazón de Cristo, por la confesión tan pronto como podamos. Es un regalo poder sacar esa mugre que se acumula en nuestra alma; sólo hay que ser un poco humilde con el Señor y saber que la culpa es mía, no de nadie.
Os cuento la catequesis que un día me dio un amigo mío, guardia civil y que me sirvió mucho: me comentaba que estamos acostumbrados a ver a los «de arriba», robando a manos llenas a los más sencillos, pero que es un error pensar que los «de abajo», muchas veces, también roban, a menos escala, pero lo hacen de múltiples formas. ¿Para qué me sirvió este comentario? Para enseñar a mi vez, que no hay que tener una determinada condición para pecar, sino sólo ser humano y de barro.
De la misma manera que estamos todos metidos en el saco de los pecadores, menos Ella, la Virgen, estamos todos capacitados para caer en la cuenta del propio pecado y pedir perdón voluntariamente por él, al Único que puede perdonarme: Dios, que es bueno para quien lo busca de corazón.
Tiempo tenemos en esta nueva Cuaresma de volver nuestros pasos hacia el que todo lo ve y espera nuestra vuelta a casa, que es la Iglesia. ¡Ánimo!
Feliz Domingo. Feliz día de Señor y provechosa Cuaresma.
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