Esta ha sido la semana en la que se ha clausurado uno de los hitos culturales más importantes de los últimos años en nuestra capital: la exposición ‘Cambio de era’ ha sido todo un éxito por su nivel, calidad y repercusión. El Ayuntamiento facilitaba la cifra de visitantes - más de 350.000 personas- y eso, qué duda cabe, es un empujón muy importante para un turismo que aún está lejos de recuperar las cifras anteriores a la pandemia.
Pero sobre todo lo que esta exposición ha demostrado es que la colaboración entre la administración pública y una entidad de la seriedad y solvencia secular como es el Cabildo Catedral permiten lo que debería ser moneda común y costumbre en las intenciones y los programas, ahora que se acercan las elecciones: trabajar por mejorar la oferta cultural de la ciudad, lejos de intereses sectoriales, ideológicos o simplemente formales. Si algo tiene la cultura es que trasciende sobre todos esos intereses y posturas, y repercute de manera beneficiosa en los ciudadanos. Esa superación de diferencias se pudo comprobar también esta semana en el homenaje al recientemente fallecido director general de Cultura del Ayuntamiento de Córdoba, Juan Carlos Limia, hombre que puso por delante a la ciudad frente a cualquier otro tipo de interés o aspecto. Con exposiciones como la recién finalizada o con acontecimientos culturales como los que forman parte del calendario municipal cordobés no cabe la menor duda de que aquí siempre se da un plus que curiosamente los propios cordobeses no suelen valorar.
Cambiemos esa costumbre y sigamos colaborando con el mismo espíritu de una exposición que ha sido, sin duda, algo más que una colección de piezas y charlas.
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