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El macho Alfa, el lobito y el Lobato

El socialismo de sillón parece que ha interiorizado bien la servidumbre y los argumentarios del lodazal fachosférico

Actualizada 04:30

Temblaba el Palacio de Congresos sevillano en el amanecer rojo del 41º Congreso Federal del PSOE. Tan rojo fue que se derretían las retinas al mirar la pantalla del televisor. Alguien anotó por ahí (quizás una tal Ayuso), ante tan suntuoso evento, la posibilidad de desubicarnos confundiendo España con Corea del Norte.

Amanecer rojo en una suerte de éxtasis colectivo puño en alto para certificar el óbito de la social democracia y exponer ante el mundo el culto a La Internacional. Será por aquello de «arriba los pobres del mundo», ya que, Sánchez y los suyos han contribuido bien con la cuota española situando la tasa de pobreza y exclusión social de nuestro país en lo más alto.

En el fastuoso congreso, además, se ha dado a conocer el particular y singular Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia Socialista. Recuperar a los insignes artífices del fraude de los EREs andaluces, transformar el partido en una acogedora Arca de Noé para corruptos y muñidores que se ahogan en su propio fango, así como resistir con las fauces prietas para no soltar el cetro del poder. Realmente ha sido todo un paradigma de sincronización fonética y muscular al servicio del macho alfa y su pareja imputada.

Escribía J.A. Goytisolo el cuento de un lobito bueno al que maltrataban los corderos y Gloria Fuertes respondió con el lobito malo al que obedecían todos los vasallos. Parece ser que, en este conclave, en clave de la lealtad perruna (o lobuna) enarbolada por la ya comisaria Ribera, los corderos que esperaban algún lobito bueno para dejar atrás su silencio se han quedado compuestos y sin novia. No hubo lobito bueno, ni aullido disonante y sí mucho vasallaje. Solamente un Lobato aturdido y perdido en una notaría ha hurgado en la herida maloliente del flanco sanchista más débil, proporcionando a los togados algún argumento más que pueda poner freno a la hemorragia que tanto colmillo afilado está provocando.

Por tanto, y como conclusión congresual, se puede decir que aparentemente todo está controlado, y es que el socialismo patrio tiene un líder sólido que aglutina intereses, satisface los instintos más profundos y tiene, en palabras del propio Sánchez, como «única y principal prioridad ganar las elecciones autonómicas y municipales». Lo de gobernar bien es harina de otro costal.

En un artículo de la revista Communications Biology se revela que en la especie Canis Lupus los especímenes infectados por parásitos tienen una mayor probabilidad de liderar al grupo. A esta tesis le ha dado un buen empujón el 41º Congreso del PSOE. La parasitación de Sánchez por Bildu, Junts, Esquerra y PNV lo ha hecho más líder, eso sí, un líder en continua agonía mientras quede sangre para succionar y en permanente estado de alarma viendo emerger día tras día el iceberg que deja al desnudo la enorme hipocresía en la que fundamentó su infame moción de censura.

De momento, el Lobato ha salido por patas como alma que lleva el diablo y no hay atisbos de lobitos buenos que cambien el cuento. El socialismo de sillón parece que ha interiorizado bien la servidumbre y los argumentarios del lodazal fachosférico, y es que aquella frase de Voltaire de que «es peligroso tener razón cuando el Gobierno está equivocado» ha sido asumida con tal intensidad que, ante los errores, la razón ha sido sustituida por continuos y aberrantes cambios de opinión.

Razón, principios, valores o sentido común solo son zarandajas en la democracia secuestrada dentro de la guarida de un autócrata abducido por Franco. No importan el crecimiento de la pobreza, la ruina de las empresas, el problema de la vivienda, el acoso a la libertad, el abandono del mundo rural o las tragedias amplificadas por espurias acciones de confrontación (infame ejemplo el de Valencia).

Nefasta deriva del socialismo en su 41º Congreso. Urge una nueva etapa sin machos alfa ni parejas imputadas. Urge la redacción de un nuevo cuento sin lobitos, ni lobatos y, sobre todo, urge que España tenga un Gobierno honrado.

Bartolomé Madrid es Diputado en el Congreso y alcalde de Añora

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