Dispositivo nocturno de Cáritas
Jornada Mundial de los Pobres
La pobreza que mata y la pobreza que libera
El obispo de Córdoba invita a conmemorar la Jornada Mundial de los Pobres que se celebra el próximo domingo
El próximo domingo 13 de noviembre la Iglesia católica celebra la Jornada Mundial de los Pobres para la que el Papa Francisco ha propuesto el lema «Jesucristo se hizo pobre por vosotros». El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, se centra en esta jornada en la carta pastoral de esta semana para recordar que la pobreza se constata continuamente, que está a nuestro alrededor y que es una realidad que padecen millones de personas.
El prelado recoge unas palabras del Papa en el mensaje de Su Santidad sobre esta jornada: «El mensaje de Jesús nos muestra el camino y nos hace descubrir que hay una pobreza que humilla y mata, y hay otra pobreza, la suya, que nos libera y nos hace felices», siendo la pobreza que mata «la miseria, hija de la injusticia y la explotación» y aquella que salva la de Jesucristo, que «se despojó de todo por amor». La pobreza no es solo un concepto material, sino un camino espiritual para «liberarnos de las ataduras de la inquietud y la superficialidad”, como señala el Papa Francisco.
Demetrio Fernández, obispo de Córdoba
El obispo pone el foco en el trabajo que realiza en nuestra diócesis «Cáritas y otras instituciones de caridad de la Iglesia, que se han lanzado al encuentro de los pobres de nuestro entorno», y enumera algunos de los muchos servicios que se prestan en esa misión, desde los albergues, los comedores sociales o el acompañamiento a personas sin hogar o inmigrantes. «Todo ello constituye signos elocuentes de la presencia de Jesucristo entre nosotros hoy», explica el pastor, que añade que «en una comunidad cristiana no puede faltar nunca ese amor que se hace operativo en múltiples obras de caridad».
Concluye el obispo diciendo que «la Jornada Mundial de los Pobres es una ocasión para revisar lo que estamos haciendo, para profundizar en sus motivaciones cristianas y para abrir los ojos a nuevas realidades que nos están provocando salir al encuentro de las mismas. En definitiva, para poner a los pobres en el centro de la vida de la Iglesia».
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