Niño trabajador en el mercado de Dantopka (Benín)

Niño trabajador en el mercado de Dantopka (Benín)Marta Carreño/Manos Unidas

El obispo de Córdoba defiende y recuerda la 'identidad católica' de Manos Unidas

Frenar la desigualdad está en tus manos es el lema de la organización en este 2023

«En el cruce de caminos y objetivos del Tercer Milenio, de la Agenda 2030, de los Planes para el Desarrollo Mundial, que proponen las instancias mundiales, Manos Unidas busca en España tender puentes y colaborar con todo lo que hay de bueno en el corazón de los hombres de nuestro tiempo, que es mucho». El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, puntualiza en su carta pastoral de esta semana algo que los católicos no deben olvidar: detrás de los grandes discursos sobre igualdad y sostenibilidad, las hojas de ruta globalistas y las buenas intenciones, se debe contar con el Espíritu. Y defiende el trabajo que realiza manos Unidas precisamente bajo ese prisma: « Lo hace con una clara identidad católica, es decir, poniendo en el centro de sus intereses la persona humana como imagen de Dios para respetar y promover su dignidad humana, que es la dignidad de los hijos de Dios, buscando siempre el bien integral de la persona, no sólo un aspecto; abiertos -nunca cerrados- a la dimensión transcendente de la persona y su destino eterno, que se fragua en el día a día de su vida en la tierra».
El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, carga contra las políticas que atenta contra la vida

El obispo de Córdoba, Demetrio FernándezEFE

El prelado recuerda así mismo que el trabajo que desempeña Manos Unidas se realiza durante todo el año y que no se circunscribe o reduce a un lema o una campaña puntual. El lema escogido este año, Frenar la desigualdad está en tus manos, «comprende las grandes diferencias en la renta, en la producción, en el trabajo, en los medios de producción, en el bienestar. Grandísimas diferencias en el campo de la educación, de la sanidad, de los derechos más elementales, atropellados en muchos lugares y en muchas personas. La distancia entre ricos y pobres es una brecha creciente, porque creciente es el egoísmo que gobierna los destinos de este mundo». Monseñor invita, frente a esto, a ser más generosos y solidarios, y a salir al encuentro de las personas que sufren la pobreza y la desigualdad, «una pobreza que esclaviza y que mata».

Proyectos concretos

El trabajo que desarrolla Manos Unidas, puntualiza el obispo, se realiza en función de proyectos «que concretan y canalizan los recursos». Así mismo, se invita al ayuno voluntario, «porque si la limosna no lleva consigo alguna privación, apenas tiene valor. De esa manera, al valor bruto del euro que entregamos se añade el valor espiritual del sacrificio que ofrecemos. Sin sacrificio no hay redención».
Y para que no se olvide ni el sentido de Manos Unidas ni su misión, el prelado recuerda que «e trata de una organización seria cuyo impulso más profundo es la acción del Espíritu Santo, que mueve el corazón de la Iglesia a la solidaridad cristiana. Y el Espíritu no se detiene».
Pueden leer la carta íntegramente en este enlace.
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