La Pollinita desfilando en procesión por las calles de Cabra

La Pollinita desfilando en procesión por las calles de CabraLuis Calvillo

La Semana Santa de Cabra y su herencia inalterable

Más de cinco siglos contemplan el discurrir de las Cofradías egabrenses

En ningún caso podemos plantear que la Semana Santa de Cabra y sus cofradías son entes inamovibles y que permanecen varados a una historia o a una forma de entender esta manifestación pública de fe como algo invariable. Cada año es una forma de reinventarse, de crear, de progresar, de buscar el sentir de un pueblo para crecer y potenciar a través de sus hermandades una de sus mayores señas de identidad.

La Semana Santa es la gran fiesta de la ciudad, llena de connotaciones históricas, con hermandades en las calles durante ocho días, llena de contrastes, de diferentes formas de sentir y plasmar la pasión de Cristo y su Madre corredentora en sus advocaciones señeras y antiquísimas.

Innumerables mejoras en el patrimonio cofradiero, estrenos que vienen para mejorar los pasos, los cortejos, las insignias, la música, los exornos. Cabra no vive la Semana Santa en los meses previos, es una ciudad que respira cofradías todos los días del año. Va en la genética del egabrense, que ha querido mantener generación tras generación, lo que consideran algo suyo, parte de su ser en la vida, algo innegociable, intocable, algo que no debe languidecer, ni olvidarse, algo con lo que se nace y se vive para siempre, algo inevitable.

El fin del septenario de la Virgen de la Soledad o el traslado de la Virgen de los Dolores, incluso la colocación del mobiliario de la carrera oficial, son señas inequívocas de que el Domingo de Ramos está en ciernes. Este año el primer día de la Semana Santa, viene lleno de cambios, el principal, la salida de la Hermandad de la Oración en el Huerto del Oratorio de la Purísima Concepción por primera vez en Domingo de Ramos. Ello ha conllevado la modificación de horarios e itinerarios de la tarde noche de esta primera jornada. Esto provocará una nueva visión del día y afectará a las dos cofradías restantes, tanto Sagrado Lavatorio como Misericordia.

El lunes santo nos llega con el sabor del clasicismo de la hermandad del Calvario, siendo el crucificado más antiguo de la semana santa egabrense procesionando por las calle de la vieja egabro. El barrio del Cerro volverá a ser el escenario de la cofradía de la Sangre que recorrerá sus angostas y viejas calles empedradas. El martes santo llega a carrera oficial la cofradía con el recorrido más extenso de la semana santa, la Sentencia. La Hermandad de los Estudiantes y la cofradía del milagroso Cristo de las Necesidades protagonizan un miércoles santo que mantiene las formas de los últimos años. En la madrugada del jueves santo, la hermandad de la Expiración hiela los sentidos con su espectacular puesta en escena, fuego, antorchas, colores negro y rojo y el impresionante crucificado de la fundación Termens. El jueves santo es el primero de los grandes días de la semana santa egabrense abriendo el mediodía el misterio que hiciera Fernando Aguado para la cofradía de la Piedad, destacaremos la apuesta firme e inalterable de la archicofradía de Jesús Preso con sus judíos, los añafiles, y su vasta historia. Dos Vírgenes granadinas, como son la Esperanza y la titular mariana de la Archicofradía de la Vera Cruz, los Remedios, nos abrirán el libro de la relación de Cabra con Granada. Pero el jueves santo, podemos ver a uno de los misterios de la flagelación más antiguos de Andalucía, con la hermandad de la Columna y su portentoso paso de misterio, que une en su imaginería a Granada y a la Murcia de Salzillo, cerrando su cortejo el joyero del paso de palio de la Virgen de la Caridad, la primera que tallara José Antonio Cabello en Córdoba.

La Pollinita desfilando en procesión por las calles de Cabra

La Pollinita desfilando en procesión por las calles de CabraLuis Calvillo

Madrugada de Silencio, cadenas, motetes, cruz y al alba, la Humildad y Paciencia, la antes conocida como cofradía de «los molineros» abren un día inmenso, sin descanso, sin pausa entre procesiones, ni cortejos. El Nazareno y su mirada de siglos e historia, recorren y bendicen Cabra una vez más junto a la dolorosa del Mayor del Dolor que vuelva a la semana santa después de 5 años.

Y la tarde se abre con la hermandad penitencial del Rocío, que este año presenta el considerado como gran estreno de la Semana Santa, la conclusión de su paso de misterio con la incorporación del centurión a caballo, una hermandad llena de juventud y una salida multitudinaria desde la Parroquia Mayor de la Asunción para romper el velo de la tarde noche más mágica del año. Del Rocío al Descendimiento, otro imponente misterio obra de Antonio Bernal que llega al centro desde el barrio del Cerro.

Otro momento que es un símbolo del ser egabrense, es el colorido pasacalles del Viernes Santo con las cofradías de las Angustias, el Santo Sepulcro y los Dolores. Romanos, capuchones, bandas de música y miles de egabrenses que se congregan en la calle Martín Belda para vivir uno de los momentos más emotivos de estos días grandes. La noche del viernes santo es granadina en toda su esencia. La iniguable Virgen de las Angustias y el Cristo yacente, obra atribuida a Diego de Mora o el Cristo del Santo Sepulcro de Cecilio Trujillo, sin olvidar una de los joyas platerescas de Andalucía, la urna del santo entierro. De los Dolores y su nuevo paso de palio, a la madrugada del sábado santo con la cofradia del Perdón, otro Cristo granadino, agustino, atribuido a la mejor escuela granadina que con túnica blanca y la cruz al hombro, ya anuncia la resurrección.

Rocío de Pasión

Rocío de PasiónCristian Bujalance

De la incesante emoción del viernes santo, a la mañana de las mañanas de Cabra, la procesión de la Soledad, casi 450 años de historia, la Virgen que mejor simboliza la semana santa «cabreña», la Virgen de Pedro de Mena, legionarios, capuchones, mantillas, el paso único de la Virgen de la Soledad y miles de personas que aguardan este día. La noche es Socorro, el palio de la «Virgen del Cerro» que nos deja en bandeja la nostalgia del fin de una vieja semana santa. La Agrupación de Cofradías y el Resucitado cierran con un desfile lleno de color y vida y más de 500 capuchones el día más importante de todos, el domingo de resurrección, donde empieza y acaba todo.

Esta es la gran fiesta de Cabra, por su antiguedad, por como se vive durante todo el año, por su raigambre, por sus hermandades que cada año se superan buscando la excelencia, por lo que significa. Cada egabrense cuando nace está predestinado a ser de una hermandad, está en su adn, en su forma de entender la vida, Cabra es eso, la vida en una semana.

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