Lourdes Campos, Carmen Valls y Mercedes González

Lourdes Campos, Carmen Valls y Mercedes GonzálezJesús Caparrós

Carmen Valls cumple 104 intensos años

Ha sido profesora de Historia y ha colaborado con la biblioteca del Seminario y el archivo del Sagrario

Llegar a los 104 años de edad con una vida plena no ocurre todos los días. Es el caso de Carmen Valls, que celebra su cumpleaños en la residencia San Juan de la Cruz tras una larga carrera profesional como profesora de Historia y trabajando tras su jubilación en otros menesteres, pero siempre vinculada a la Institución Teresiana a la que pertenece.
Desde estas alturas de la vida, Carmen lo tiene claro, porque cuando se le pregunta qué es lo que desea para ese cumpleaños no se lo piensa y responde con tanta rapidez como convencimiento: «Que seamos buenos». Así de rotunda se expresa y lo explica, porque para ella ser bueno es «que el otro sea feliz contigo», algo que no siempre ocurre cuando «los fastidiamos», que en su opinión es «hacerles algo que les hiera».
Carmen Valls lee el periódico en el patio de la residencia

Carmen Valls lee el periódico en el patio de la residenciaLa Voz

Carmen Valls nació en la capital cordobesa y recuerda cómo sus padres fueron quienes fomentaron su vocación, porque «le hicieron caso a una persona que era teresiana y mis padres valoraron lo que era aquella mujer y dijeron que su hija tenía que ser como ella». Así fue su primer contacto con la Institución Teresiana. Hace unos días asistió en la Catedral a la misa de acción de gracias por el centenario de su presencia en Córdoba, donde recibió el saludo del obispo, Demetrio Fernández.
El obispo saluda a Carmen Valls en la Catedral

El obispo saluda a Carmen Valls en la CatedralLa Voz

Licenciada en Historia

En la Universidad de Sevilla cursó su licenciatura en Historia, donde «estudiaba con ilusión de cumplir una misión en la vida, qué fuera útil". A partir de ahí inició una trayectoria docente, que le llevó a Barcelona, donde fue profesora de esta materia «dando clase en los centros de la Institución Teresiana y en otros que no lo eran», por lo que concluye que en esta etapa de su vida »hice de todo».
Lourdes Campos,  Carmen Valls y Mercedes González

Lourdes Campos, Carmen Valls y Mercedes GonzálezJesús Caparrós

Activa tras la jubilación

Tras la jubilación regresó a su Córdoba natal, pero Carmen no quería, ni podía, estarse quieta. «¡Preguntáis unas cosas tan antiguas!», responde con gracia cuando se le piden datos sobre su periodo en la biblioteca del Seminario de San Pelagio. Allí, como recuerda, trataba con los seminaristas, «unas personas que son intelectuales, que tienen en la vida una misión muy buena y que hay que fomentarla». Ella les buscaba lo que pedían, les aconsejaba bibliografía y, en definitiva, les hacía más fácil su paso por este periodo formativo.
Después, ayudó al deán del Cabildo Catedral, Manuel Pérez Moya, en el archivo de la parroquia del Sagrario, donde se desenvolvía con soltura y le ayudaba en la gestión del mismo, siempre desde su vocación por la Historia y por el servicio desinteresado a los demás.
Carmen Valls, junto a su familia

Carmen Valls, junto a su familiaLa Voz

Ahora, Carmen Valls está en la residencia de San Juan de la Cruz para estar más cerca de los suyos, a los que define como «una familia muy ordenada y muy trabajadora que me quieren mucho». Ellos la visitan con frecuencia y la acompañarán este 28 de diciembre junto a la Institución Teresiana y al personal de la residencia
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