Pepe Alba

Pepe AlbaJesús D. Caparrós Carretero

Pepe Alba, locutor

«Cuando llega la enfermedad el teléfono deja de sonar»

Hubo un tiempo no muy lejano en el que las radios locales tenían una presencia y un peso en la ciudad difícil de encontrar ahora, cuando padecen -ellas y los oyentes- una condicionada y escasa programación propia. En los años 80 y parte de los 90 del siglo pasado, cuando ya asomaba otra época revolucionaria para todos y marcada por lo digital , un grupo de periodistas cordobeses dotaron a las retransmisiones deportivas de una vitalidad superior a las propias categorías en las que deportivamente se militaba, aunque se disfrutaba, también es verdad, de un gran baloncesto y balonmano y sobre todo de esa cantera que se denomina ‘deporte base’. En otra cantera, pero de excelentes radiofonistas, se formaba Pepe Alba (Córdoba, 1971). Era 1985 y los Salesianos contaban con Radio 24, emisora libre, humanista, fresca y sobre todo llena de juventud. Pepe llevaba un micrófono en sus cromosomas y pronto destacó. Su salto a otras cadenas - COPE en su caso- era lógico y desde allí coincidió con los Bravo, De La Torre, Pajuelo o Garrido, que de alguna manera habían tomado el relevo de otros grandes como Hidalgo Trillo y que actualizaron la narración deportiva a lo que los tiempos demandaban.
Pepe Alba, colaborador incansable y locutor intrépido, versátil y generoso, estuvo para contarlo. Fue premiado, fue querido y también depurado, cuando las cadenas solo enchufaban con Madrid, que era más barato. Alba se adaptó para la prensa y la televisión, y siguió dándole al pico, porque le encanta y es uno de sus dones.
Un día la vida le sacó un naipe chungo. Varios seguidos, en realidad. La diabetes se llevó su pierna derecha, el ojo del mismo lado («No importa, me queda el otro») y el tiempo, implacable con todos, le arrebató a sus padres, a los que cuidó hasta el final a pesar de su propia enfermedad. Quedamos con él uno de los días en los que no tiene que acudir a diálisis - también- y nos recibe con una sonrisa y con un ánimo encomiable. Esta entrevista ha sido posible, por cierto, gracias a la agudeza y generosidad artística de Antonio Cañadillas, ex-concejal y caricaturista cibernético, que ha inmortalizado a nuestro invitado días antes en una de sus creaciones.
La grabadora- que ahora es el móvil- hace de lucecita roja. El micrófono se abre y Pepe Alba, locutor, habla de la vida, de la radio y de su nuevo proyecto: ‘Capacitados Córdoba’.
Pepe Alba

Pepe AlbaJesús D. Caparrós Carretero

- Un motivo para levantarse por la mañana.
-Vivir. Superarte. Olvidar un poco lo que quedó atrás y saber que cada día es un día nuevo. Todos los días hay que trabajar para estar mejor y salir adelante.
- Una de las intenciones de esta entrevista es no olvidar lo que usted hizo antes. ¿Qué echa de menos Pepe Alba de lo que quedó atrás?
- De toda mi vida anterior solo echo de menos a mi madre. Del resto, prácticamente nada. Si yo tuviera a mi madre me daría igual todo lo demás.
- ¿No hay añoranza de la radio, del trabajo de entonces?
- Sí, claro. Pero soy consciente de que las cosas son como son y la sociedad está como está.
- ¿Cómo fueron los comienzos en aquella Radio 24?
- Maravillosos. Una escuela que se disfrutaba, donde podías hacer prácticamente lo que te apetecía. Siempre había una puerta abierta, un micrófono a tu disposición. Realizábamos programas infantiles, de deportes… Yo llegué a hacer un magacín nocturno de 2 a 4 de la madrugada. Aquellos años fueron maravillosos.
- De Radio 24 a COPE, unos años en los que forma parte de un equipo de periodistas deportivos que narraban el deporte como nadie lo ha hecho después.
- Sin lugar a dudas. Yo tuve incluso la oportunidad, durante un partido de balonmano, de poder narrar un infarto en directo. Fue en el antiguo polideportivo del Sector Sur. Aquello se me quedó grabado. Eso creo que ahora no se podría hacer. En aquella época había un grupo humano al que le daba igual qué micrófono tuvieras en la mano: COPE, Antena 3, Rueda Rato o la SER. Paco Bravo, José Antonio de la Torre, Paco Pajuelo, Luis Fernando Garrido…Aunque cada cual tenía sus programas y equipo comercial, a la hora de la verdad había un equipo humano que creo que ahora ni existe ni se volverá a repetir.
- Tampoco hay baloncesto ¿no?
- No. Para lo que hubo, desde luego que no. Yo tuve la suerte de pasar por polideportivos en los que quizá nadie hubiera imaginado poder montar una unidad móvil, como el de Salesianos en aquella época, donde jugaba La Caja. Creo que a nadie se le hubiera ocurrido, dentro del deporte base, y para un equipo de segunda división, trasladar técnicos y montar una unidad móvil para que todos los domingos hubiera deporte base en Córdoba y provincia en las antenas de radio. Eso lo hizo COPE.

En aquella época había un grupo humano al que le daba igual qué micrófono tuvieras en la mano: COPE, Antena 3, Rueda Rato o la SER.

- Hablando de unidades móviles ¿Cómo era seguir y retransmitir al Córdoba CF en aquella 2ª B?
- Fue maravilloso. Aquella experiencia la viví, aparte de con José Antonio (De La Torre), también con Paco Bravo, que en paz descanse. Él me llamaba para hacer las desconexiones para Canarias. Nos reíamos mucho. Estábamos locos porque llegara el momento del partido por el ambiente, por cómo te lo pasabas, por la cordialidad. Había equipos de comunicación muy profesionales. Sobre todo los técnicos.
- Y sin las facilidades que ahora permite la tecnología, supongo.
- Claro. Es que ahora llegas con un móvil y te conectas. En aquella época ibas con el macuto, el micrófono, los cascos enormes. Te subías en una escalera para llegar a la caja de conexión y enganchabas el cable para hacer antes las pruebas. Si había algún problema, tenías que salir corriendo pero teniendo cuidado con el cable del micrófono para que no se desconectase. Aquello era un laberinto, pero eso lo hacía bonito y atractivo. Ahora con un simple móvil y unos auriculares pequeños estás conectado con la otra punta del mundo.
Pepe Alba

Pepe AlbaJesús D. Caparrós Carretero

- Usted siguió en los medios a pesar de que la información deportiva y las radios dependían más de Madrid.
- Quizá digo algo atrevido, pero creo que cuando se acabó la época de los colaboradores en radios como COPE fue cuando llegó Supergarcía.Con José María García hubo un antes y un después en las emisoras de radio. Se eliminaron muchísimos colaboradores por contratar a una super estrella, cosa que entiendo. Es verdad que yo empecé entonces a colaborar con Diario Córdoba, Nuevo Diario y algo de televisión local, con Canal Córdoba. Me separé un poco de la radio porque ya no veía más cabida dentro de ese mundo, y como colaborador, lógicamente.

Con José María García hubo un antes y un después en las emisoras de radio. Se eliminaron muchísimos colaboradores por contratar a una súper estrella.

- Llega un momento en que tiene que dejarlo todo. La diabetes le obliga a retirarse.
- Horrible año el 2016. Hasta ese año yo hacía una vida normal, dedicándome a los medios y al ámbito comercial. Hacía presentaciones y trabajaba de speaker para el Ayuntamiento y varias entidades privadas. En 2026 tengo un problema con un ojo y deciden operarme. Estando en el hospital me clavo una espina de madera en el pie derecho. Me la sacan, pero a partir de ahí comienza el declive en la salud, principalmente con problemas en la pierna. En 2018 ruego que me la amputen, pero los médicos no querían. Habían sido dos años de curas diarias, de no ser yo, de sufrir, de no tener ganas de nada. Busqué médicos en la sanidad pública de otras ciudades que quisieran amputarme, aunque finalmente encontré un buen profesional en Córdoba.
- Se puso la vida verdaderamente cuesta arriba.
- Yo en aquel momento tenía a mi madre y a mi padre al lado. Mi madre ya estaba enferma y yo sabía que tenía que tirar de ella, así que tuve claro que había que levantarse todos los días. No me quedaba más remedio que seguir luchando porque tenía alguien a mi lado a la que cuidar. Ella era más importante que yo, lógicamente. A día de hoy ya no la tengo conmigo, pero a ella le gustaría que siguiera luchando, levantándome con humor y tirando para adelante.
Caricatura de Pepe Alba realizada por Antonio Cañadillas

Caricatura de Pepe Alba realizada por Antonio CañadillasANCAMUCOR

- Háblenos de ‘Capacitados Córdoba’, que no es asociación sino ‘movimiento social’, según le he leído.
- Todo nace a partir de mi amputación. No me gusta emplear la palabra, pero en un momento dado te sientes un poco inútil, crees que ya no sirves para nada, y en eso colabora bastante la sociedad. Cuando vas en silla de ruedas tienes que pedir permiso para todo. Para salir a la calle tengo que hacerme una ruta. Yo no puedo irme al centro cuando me apetezca. Si no tiro por una calle concreta y tengo que cambiar, me encuentro el escalón que me impide pasar. O si voy a comprarme unos zapatos, no puedo entrar en cualquier tienda a hacerlo.
- Sin embargo desde el Ayuntamiento se ha hecho un trabajo concreto para contar con más accesibilidad.
- Yo no discuto que la ciudad sea cada vez más accesible. Lo que sí critico es el nivel de accesibilidad en el que nos encontramos. Puedo mostrarte de esta zona en la que estamos, la Avenida de Barcelona, al menos diez calles por las que una persona con silla de ruedas no puede cruzar, porque los escalones y los pasos de peatones no están habilitados. ‘Capacitados Córdoba’ lo que pretende es mentalizar a la sociedad de que la discapacidad no es un problema. Todas las personas tenemos capacidades, no discapacidades, y hay que saber potenciarlas. No debemos escondernos, ni amargarnos, ni llorar por aquello que nos falta, sino desarrollar las habilidades que seguimos teniendo. Yo sé que hay cosas que no puedo hacer porque me falta una pierna o un ojo, pero con mi cabeza, con mi voz y con mis manos puedo hacer otras muchas. La discapacidad no es un problema. Es algo que te ha dado la vida, pero tenemos seguir trabajando y luchando. No podemos tirar la toalla. Todos no somos iguales y unos pueden ser arquitectos, por ejemplo, y otros pues no. Si nos empeñamos en que todos tengan una carrera universitaria, no tendríamos albañiles, electricistas o fontaneros, que son muy necesarios. Con la discapacidad pasa igual. Simplemente se trata de aprovechar las capacidades que poseemos aunque estemos en una silla de ruedas.
Pepe Alba

Pepe AlbaJesús D. Caparrós Carretero

- ¿Cuándo deja de sonar el teléfono?
- Diría que a raíz de la amputación, pero fue antes, con el inicio de la enfermedad . Suena duro, pero para algunos comienzas a ser un estorbo. Ten en cuenta que cuando estás en silla de ruedas hay cosas que ya no puedes hacer solo: subirme, por ejemplo, a un escenario a presentar, porque hay escaleras. Cualquier persona con discapacidad nos la vemos y nos la deseamos para conseguir un taxi adaptado. Mira qué cosa más simple. Si ahora llamo y pido uno, con suerte al menos me tarda entre 40 o 45 minutos.
- ¿Qué echa de menos de la radio?
- Todo. Echo de menos la conversación , el diálogo, la comunicación. Creo que cada vez se hace menos. Además, contar lo que está ocurriendo en el momento que pasa es un privilegio que muy poca gente puede disfrutar.
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