
El crecimiento vegetativo vuelve a ser negativo en Córdoba
Córdoba retrocede: nacen muchos menos de los que mueren
La provincia encadena cinco trimestres consecutivos con más muertes que nacimientos y agrava su crisis demográfica
Córdoba encoge y profundiza su crisis demográfica. Según los datos publicados el 30 de junio por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), la provincia cerró 2024 con un saldo vegetativo negativo de -2.378 personas, resultado de los 5.296 nacimientos y las 7.674 defunciones contabilizadas en ese periodo. Esto la sitúa como la tercera provincia andaluza con peor evolución natural de la población, solo superada por Cádiz (-2.640) y Sevilla (-2.546).
La tendencia negativa se arrastra desde el último trimestre de 2023, sumando ya cinco trimestres consecutivos con más muertes que nacimientos. El balance fue especialmente desfavorable en el primer trimestre de 2024, con un déficit de -902 personas. Le siguieron los saldos negativos del segundo (-571), cuarto (-572) y tercero (-333) trimestres, que confirman que no hay repunte que revierta la situación.
Frente a las provincias más pobladas, Córdoba destaca por su retroceso incluso en términos relativos. Mientras en Cádiz las defunciones superaron a los nacimientos en un 26 %, Córdoba mostró una tasa similar, pero partiendo de una base de nacimientos mucho menor, lo que deja a la provincia en una situación estructuralmente frágil. La caída interanual de la natalidad en Córdoba fue del 9,4 %, más del doble que la media andaluza (-3,7 %), solo superada por Huelva y Jaén.
En contraste, Almería fue la única provincia andaluza con saldo vegetativo positivo, con 7.708 nacimientos frente a 7.436 defunciones (+272). Málaga también logró amortiguar su caída natural, mientras Granada, Jaén o Sevilla siguen acumulando pérdidas, aunque sin alcanzar la proporción de Córdoba.
El IECA sitúa a Córdoba en el grupo de provincias con mayor envejecimiento y menor fecundidad. La comunidad andaluza en su conjunto perdió en 2024 a 12.146 personas por causas naturales, y aunque el fenómeno afecta a toda la región, en Córdoba se cronifica y se agrava con cada trimestre.
Ante la ausencia de relevo generacional, los expertos advierten que el mantenimiento poblacional dependerá cada vez más de la inmigración.