
Vista panorámica de Madrid
Los venezolanos que se beneficiaban de la Golden Visa siguen invirtiendo en Madrid gracias a la Ley Beckham
El atractivo se extiende al entorno familiar del impatriado. Su cónyuge y los hijos menores de 25 años pueden tributar en España por el Impuesto sobre la Renta de No Residentes
La supresión de la Golden Visa por parte del Gobierno de Pedro Sánchez el pasado abril ha provocado un giro inesperado en las estrategias de atracción de capital extranjero en España. Sin la posibilidad de obtener residencia a cambio de inversiones inmobiliarias, especialmente atractiva para hispanoamericanos de alto poder adquisitivo, muchos de estos perfiles han girado la vista hacia un viejo conocido: el régimen fiscal de impatriados, popularmente conocido como Ley Beckham.
«Desde que el Gobierno eliminara la Golden Visa, hemos notado un creciente interés por la Ley Beckham, tanto de ciudadanos extranjeros como de españoles repatriados que cumplen los requisitos legales», afirma Ángel Sánchez, abogado y socio del despacho Golden Partners, especializado en real estate de lujo. «Sólo entre abril y mayo, este despacho ha recibido tantas solicitudes como en los tres últimos meses de 2024».
En su origen, la Ley Beckham fue creada en 2005 para atraer a profesionales altamente cualificados y altos ejecutivos extranjeros. Permite a los nuevos residentes tributar únicamente por rentas de fuente española —con excepción del salario, que sí tributa a nivel mundial— y hacerlo a un tipo fijo del 24 % sobre los primeros 600.000 euros de ingresos. A partir de esa cantidad, se aplica un tipo marginal del 47 %.
«En la práctica, la mayoría de los salarios que gestionamos, tanto nosotros como las grandes consultoras, no superan los 200.000 o 300.000 euros», explica Sánchez. «Esto significa que, efectivamente, la mayoría de nuestros clientes tributan al 24 %, y sus rentas extranjeras quedan exentas en España».
El atractivo se extiende al entorno familiar del impatriado. Su cónyuge y los hijos menores de 25 años pueden tributar en España por el Impuesto sobre la Renta de No Residentes, lo que permite aplicar ese mismo tipo impositivo del 24 % a todos sus ingresos de fuente española. Además, en sus países de origen, los impatriados y sus familias pasan a tributar como no residentes fiscales, gracias al certificado expedido por España, lo que puede suponer una doble ventaja fiscal.
En el caso de los venezolanos, el cambio es especialmente significativo. «Los venezolanos que querían venir a Madrid y hasta abril obtenían la visa dorada con una inversión mínima de medio millón de euros en inmuebles, ahora están optando por solicitar el régimen de impatriados», afirma el abogado de Golden Partners. «Eso sí, deben articular un contrato que justifique su desplazamiento a España por motivos laborales, condición indispensable para beneficiarse del régimen».

Una imagen del cielo despejado de Madrid
La percepción de que esta ley es sólo para extranjeros se ha ido diluyendo en los últimos años. «Durante el último año y medio, y especialmente tras la pandemia, hemos visto un incremento de españoles que desean volver al país tras haber desarrollado su carrera en el extranjero», asegura Sánchez. Siempre que puedan demostrar que han residido fiscalmente fuera de España durante cinco años y que han tributado en sistemas fiscales homologables, pueden acogerse a la Ley Beckham.
El crecimiento exponencial de solicitudes ha coincidido, no sin controversia, con una campaña de críticas al Gobierno. El bufete londinense Amsterdam & Partners LLP acusó recientemente a la Agencia Tributaria española de llevar a cabo una «campaña de persecución» contra beneficiarios de la Ley Beckham, denunciando «hostigamiento arbitrario» y «actuaciones abusivas» por parte de la administración fiscal.
El Ministerio de Hacienda ha rechazado tajantemente estas acusaciones, calificándolas de «injuriosas y sin fundamento» y recordando que menos del 0,5 % de los beneficiarios del régimen han sido objeto de inspecciones fiscales en los últimos años.