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19 de abril de 2024

Conil de la Frontera

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Conil de la Frontera, el hechizo de la villa pesquera a la que siempre querrás volver

La localidad gaditana aúna playas paradisiacas, templos gastronómicos del atún y riqueza cultural

Levantar la mirada del móvil y contemplar una playa kilométrica de agua cristalina, un laberinto de calles estrechas encaladas o una torre del siglo XIII que formó parte de un emblemático castillo. Conil de la Frontera se ha convertido en un referente turístico que aúna paisaje, cultura y gastronomía. La localidad gaditana, de algo más de 20.000 habitantes, se pone a punto para estos meses de verano, en los que se convertirá en destino paradisiaco tanto para turistas nacionales como extranjeros. Aunque junio ofrece una versión de Conil más pausada y auténtica, cualquier momento es bueno para hacer una escapada porque allí luce el sol 300 días al año.
Con más de 14 kilómetros de playa, este verano revalida tres Banderas Azules en las playas de Los Bateles, El Roche y La Fontanilla. La playa de los Bateles, de 850 metros de largo, se encuentra ubicada cerca del centro urbano y es de fácil acceso. Roche destaca por sus acantilados salvajes, arena dorada y un agua más cálida. La Fontanilla brilla por su arena fina, sus aguas cristalinas e imponentes puestas de sol.
Por la tarde, al caer la noche, conviene dejarse perder por las calles del centro histórico. Se puede empezar la ruta por la Puerta de la Villa para dirigirse a la plaza de España y contemplar el banco de piedra, donde se rinde homenaje a José Saramago, representado en una estatua de bronce que lee a un niño las siguientes líneas: «A ustedes los jóvenes les toca el deber, la responsabilidad y, por qué no decirlo, la gloria de llevar a la humanidad a la felicidad».
Plaza de Santa Catalina de Conil de la Frontera

Plaza de Santa Catalina de Conil de la Frontera

Posteriormente se llega a la plaza de Santa Catalina, 'instagrameable' por su pared cubierta de maceteros con geranios y donde asoma al otro lado, la iglesia de Santa Catalina, inmaculadamente blanca. Imprescindible pasar por la torre de Guzmán, el monumento enseña de la ciudad, que formaba parte del castillo de Guzmán el Bueno.
La gastronomía es otro de los emblemas de la localidad. Una enorme escultura de un atún preside el comienzo del Paseo Marítimo. Las boyas en el mar marcan la presencia de las almadrabas, una maraña de redes con la que se pesca el atún desde los fenicios. Para conocer un poco más de este arte conviene visitar el Museo del Atún de la Almadraba, en el edificio que fue la fábrica de la Chanca, concebido hace cinco siglos para albergar la industria almadrabera.
Atún rojo salve del Restaurante El Roqueo

Atún rojo salve del Restaurante El Roqueo

Respecto a los restaurantes donde degustar este manjar en sus múltiples variedades (encebollado, frito, en tartar, en tataki), conviene probar El Roqueo, con unas bellas panorámicas del Atlántico. Imprescindible probar las croquetas de carabinero y el eclipse de atún, una crema blanca de puerro, crema de puerro con tinta de calamar y parpatana de atún a la plancha sobre estas cremas. También tienen muy buena cocina en La Fontanilla, con guisos más tradicionales y donde hay que pedir el taco de atún; un trozo grueso de ventresca horneado y servido con verduras.

Dónde alojarse

Hotel Barceló Conil de la Frontera

Hotel Barceló Conil de la Frontera

Ubicado entre acantilados en uno de los enclaves más emblemáticos del litoral gaditano, Barceló Conil Playa se caracteriza por ser un hotel que convive en perfecta armonía con el entorno que lo rodea. Con categoría cuatro estrellas, dispone de 210 habitaciones con vistas al Atlántico y a pocos pasos de la espectacular playa Fuente del Gallo. Además, su carácter respetuoso con el medioambiente lo convierte en una apuesta segura para aquellos viajeros que desean hacer de su escapada una experiencia más responsable.
El producto de proximidad es el gran protagonista de sus restaurantes. Tanto en la carta de Atunante, que pone el foco en la gastronomía marina, con hits como el atún rojo de almadraba, como en la de Arrozante, especializado en arroces y paellas y capitaneado por Carlos Otaola y José Luis Chaparro –dos de los mejores maestros arroceros de nuestro país–, los productos kilómetro cero están presentes ya sea en sus platos inspirados en el recetario local como aquellos de influencia internacional. Además ahora ofrecen a sus huéspedes una masterclass en vivo para aprender a cocinar los arroces del restaurante.
En su terraza B-Heaven puede contemplarse el atardecer mientras se saborea un maridaje de ostras con cócteles. «El secreto para maridar un cóctel con ostras es combinarlo de tal manera que no solo no se enmascare el sabor de la ostra, sino que se potencie destacando ese fuerte sabor a mar que la caracteriza», declara Jaime de la Puente, maitre y responsable de los restaurantes.
El hotel apuesta por los hábitos de alimentación saludable y acaba de firmar un colaboración con Futurlife 21,un sistema creado por Elena Pérez y María Hernández-Alcalá, bioquímicas y madre e hija, consideradas las reinas de las recetas saludables.
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