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Viajes

Descubre Cantabria a través de rincones maravillosos

Cantabria posee una singular variedad de planes que nos lleva de la playa a la naturaleza en pocos minutos

Las posibilidades a la hora de visitar Cantabria son infinitas. La tierruca está plagada de playas salvajes, lugares de alta montaña, pueblos con encanto y acantilados que invitan a disfrutar de panorámicas infinitas día tras día. Recomendamos cinco momentos imprescindibles que hay vivir cuando visitamos esta comunidad.

Ver un atardecer en el faro del Caballo

Es uno de los más icónicos de toda Cantabria y para acceder a él habrá que avanzar por un sendero de 4 kilómetros y descender alrededor de 700 escalones, pero la recompensa de ver el atardecer a pies de un acantilado del Monte Buceiro merecen la pena de las agujetas del día siguiente.

Casi inaccesible, es el punto de encuentro entre la naturaleza terrestre y el agua cristalina de la llamada Costa Esmeralda. Una auténtica ruta de senderismo que comienza en Santoña y culmina con la puesta de sol con vistas al cantábrico.

Dar un paseo por Costa Quebrada

Ubicado entre la ciudad de Santander y Cuchía, el parque no solamente es un tramo costero atractivo, sino que muestra un conjunto único de litorales y rasgos que proporcionan la oportunidad de presenciar el origen y evolución de nuestra tierra. La mejor forma de recorrerlo es a pie o en bicicleta, pero es un recorrido de 14 kilómetros, por lo que hay quien prefiere utilizar el coche. La playa de Mataleñas, el faro del Cabo Mayor o la playa de la Arnía son algunos de los puntos clave en los que hay que hacer parada.

Surfear en Somo

Cantabria es sinónimo de surf y muestra de ello son las múltiples escuelas que hay abiertas todo el año. Siendo una de las cunas de este deporte, resulta imprescindible intentar subirse a la tabla en la zona de Somo-El Puntal o Loredo. El ambiente que se respira lo convierte en un auténtico paraíso para los expertos y para los que aún no se han iniciado, pero quieren hacerlo.

Visitar Santillana del Mar

Hay quien dice que Santillana del Mar es la villa de las tres mentiras, ya que ni es santa, ni es llana ni tiene mar. Pero es el mejor ejemplo de que los rincones de interior de Cantabria también merecen la pena verlos. El encanto de este en concreto reside en sus calles empedradas, sus construcciones medievales y el esplendor indiano que también podemos encontrar en Comillas. Pasear por su centro histórico y disfrutar de su gastronomía local nos hace entender la grandiosidad de Cantabria.

Conocer la naturaleza de Cabárceno

A veinte minutos de Santander, Cabárceno se alza como un paraje de gran belleza en el que disfrutar de la auténtica naturaleza que plaga Cantabria. Alejado de las aglomeraciones urbanas, es uno de los lugares donde se respira la libertad de sus múltiples especies. Un hábitat natural con más de 200 animales donde, además, se desarrollan proyectos de conservación de especies en peligros de extinción. El parque es el lugar ideal para pasar el día con la familia.