Puede que en la calle haga un frío helador, pero la alegría y el brillo de la temporada festiva de Ámsterdam mantendrán a todos abrigados. De noviembre a enero, la ciudad se llena de vida con luces centelleantes, animados mercados navideños, conciertos, obras de teatro y fiestas, mientras el aroma del vino caliente y los oliebollen, los buñuelos de azúcar holandeses, flota en el aire.
Praga
Algunas ciudades son tan perfectas en Navidad que uno empieza a preguntarse si han sido diseñadas teniendo en cuenta únicamente esta época del año. Prueba de ello es Praga, donde las gloriosas estructuras medievales y barrocas se adornan con luces de colores, puestos de mercado y, para obtener las mejores fotos, nieve. Tampoco es una ciudad donde la Navidad parezca ser celebrada únicamente por los turistas: los lugareños son tan fanáticos de la Navidad como los británicos y acogen sus tradiciones locales con auténtica alegría.
Londres
La Navidad en Londres tiene un encanto atemporal, gracias a las casas adosadas georgianas decoradas, los pubs animados y un toque de encanto dickensiano. Es el lugar perfecto para comer un bistec después de un día de compras de regalos, tomar el té de la tarde y un martini a la hora de cenar. Una de las experiencias más mágicas es deslizarse por el patio helado del siglo XVIII de Somerset House, un enorme edificio neoclásico cerca del Strand, sin olvidar el Winter Wonderland de Hyde Park.
Budapest
Donde el amor te toma de la mano: con este lema abre de nuevo sus puertas la Basílica de Adviento, el mercado navideño de Budapest de una belleza única. Este mercado navideño se celebra delante de la Basílica de San Esteban, en una de las plazas más impresionantes, hermosas y sobrecogedoras de la capital húngara. Es el mejor ejemplo de cómo celebran los húngaros la Navidad.
Roma
Roma es una ciudad importante para la fe cristiana, por lo que tiene sentido que despierte tanto interés pasar esta época del año tan especial. Además de por su incalculable belleza, que merece una visita en cualquier época del año, la Navidad tiene un elemento mágico particular que lleva a Roma a un nivel completamente nuevo.