El pueblo más bonito para visitar en marzo, según National Geographic

Dalí lo consideró toda su vida el más bonito del mundo y no se quedaba corto al afirmarlo. Solo hace falta una sola visita a este rincón catalán para que nos conquiste

Cristina Blanco Vázquez
Cristina Blanco Vázquez

Madrid

Cadaques

Cadaqués

A simple vista, Cadaqués parece un cuadro costumbrista. Tonos naturales y artificiales se combinan armoniosamente para crear un entorno idílico donde los colores más llamativos son el blanco de las casas, el azul del mar y del cielo, y el verde esmeralda de fondo de cada cala.

Cadaques

El museo de Dalí

La casa museo del pintor, su casco antiguo, el mirador de la iglesia de Santa María, el parque nacional del Cap de Creu despiertan un aire mágico propio del surrealismo. Un aislamiento natural donde pervive la sensación del tiempo dormido.

Iglesia Santa María Cadaques

Iglesia Santa María

Situada en el punto más alto del casco antiguo, está construida sobre un antiguo templo que había sido quemado en las incursiones piratas en 1444 y 1548. A día de hoy es un edificio gótico tardío iniciado a mediados del siglo XVI y terminado en el siglo XVIII, construido con las «penas de pescado».

Parque natural del Cap de Creus

Parque natural del Cap de Creus

Un lugar de visita obligada en el parque es el emblemático Faro del Cap de Creus. Ubicado en el parque natural del mismo nombre, ofrece unas impresionantes vistas panorámicas del mar Mediterráneo y de los paisajes circundantes. Marca el punto más oriental de la península Ibérica y es un lugar perfecto para capturar impresionantes fotografías.

Casa Blaua

Casa Blaua

El prestigio de Cadaqués se debe, en parte, a sus construcciones. Mientras unas describen el estilo característico costero, otras son el mejor ejemplo del paso indiano por el pueblo. La más famosa es la Casa Blaua, construida a principios del siglo XX por el arquitecto Salvador Sellés i Baró, por encargo del médico catalán Octavio Serinyana.

Portlligat

Portlligat

Una de sus calas más populares es la de Portlligat, donde Dalí residió durante mucho tiempo. El nombre se explica porque si miramos el mar desde la playa aparece como si este rincón estuviera completamente rodeado de tierra, como un lago. El artista encontró la paz en esta serie de barracas para los pescadores que después reconvirtió en su hogar. Él mismo destacó la belleza del lugar en su autobiografía, Vida secreta: «el agua está tan tranquila que refleja los dramas del cielo crepuscular».


Cadaques

Su paseo marítimo

Indudablemente, una de las mejores formas de disfrutar de Cadaqués es recorrer el pintoresco paseo marítimo. Solo así uno puede disfrutar y apreciar su espíritu pesquero, las casas con fachadas blancas y su estampa pictórica a cualquier hora del día.

Suquet de peix

Suquet de peix

La villa de Dalí es un destino foodie de primer orden por mantener sus tascas tradicionales mediterránea y un tanto folclóricas como Casa Anita, que ha acogido en sus meses al actor Kirk Douglas o la bailaora La Chunga. El ambiente acogedor, el trato familiar de Juanito y la cocina casera de Ana Mari han hecho del establecimiento una visita obligada para los amantes del buen comer. Las tradicionales paellas con gambas y el pescado fresco a la plancha son algunas de las especialidades que han dado fama a este local emblemático.

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