Bern,  Abendstimmung mit Panorama

Vista panorámica de la ciudad de BernaJan Geerk

Berna, la capital donde la Selección Española debuta en la Eurocopa 2025 y merece la pena conocer

La ciudad suiza inspira con su belleza medieval y posee un sinfín de atractivos culturales, que podrán descubrir los aficionados al fútbol

La vida transcurre como en una película a cámara lenta. Se respira un sosiego impropio de una capital europea. Calles impolutas, transeúntes silenciosos y el traqueteo del tranvía de fondo. Berna es la capital suiza, epicentro político del país, sede del Gobierno, pero mucho menos conocida que la todopoderosa y rica Zúrich, o la cosmopolita Ginebra. Con solo 140.000 habitantes, la ciudad federal no dispone de aeropuerto internacional ni copa demasiada atención. Tampoco lo necesita y atesora un encanto incomparable, tal y como acreditó Johann Wolfgang von Goethe, en 1779. «Es la ciudad más hermosa que jamás hayamos visto».

Berna inspira con su belleza de cuento y posee un sinfín de atractivos culturales, que podrán descubrir los aficionados de la Selección Española femenina de fútbol, que debuta este jueves en la Eurocopa, contra Portugal. La víspera ya se veía a algunos españoles en las inmediaciones del Stadion Wankdorf de Berna, con capacidad para 32.997 espectadores.

Los que dispongan solo de unas horas en la ciudad no deben perderse su casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Rodeado por el río Aar y con unas vistas al paisaje alpino, conserva su arquitectura medieval. Seis kilómetros de galerías que albergan una gran cantidad de comercios, cervecerías y restaurantes.

Bern, Kramgasse.

Torre del Reloj, construida entre 1218 y 1220Jan Geerk

Detalle del reloj

Detalle del reloj

Los tours guiados suelen arrancar en la Torre del Reloj, construida a principios del siglo XIII, y convertida en punto icónico de la ciudad. En origen se construyó como una torre de vigilancia, se usó luego como cárcel de mujeres y posteriormente, como archivo, y hoy es una atracción turística central, famosa por su reloj astronómico. Conviene visitarla cuatro minutos antes de las horas en punto. En ese momento se pone en marcha su original carillón de figuras medievales; el estridente gallo canta tres veces, la figura que representa a Kronos gira su reloj de arena y tres osos y un bufón comienzan a bailar. La torre se puede visitar por dentro, por 20 francos suizos, y con previa reserva para ver los engranajes del reloj. Merece la pena subir los 130 peldaños del interior de la torre para descubrir su historia.

En esa misma calle, en el el número 49 de Kramgasse, se encuentra la casa donde Albert Einstein desarrolló su famosa Teoría de la Relatividad y hoy funciona como museo. A escasos metros, se erige imponente la catedral de St. Vinzenz, de los siglos XV y XVI, el edificio religioso más alto de Suiza con una torre de 100,6 metros. El patrono de la catedral es San Vicente de Zaragoza, mártir del siglo IV.

Catedral de Berna

Catedral de BernaTurismo de Suiza

Solo en el casco histórico de Berna se contabilizan más de cien fuentes. La Zähringerbrunnen, que representa a dos osos es, quizás, la más famosa, situada en Kramgasse, una de las arterias principales de la ciudad vieja. Estas obras medievales están minuciosamente ornamentadas y decoradas por figuras coloridas. Y no se puede hablar de Berna sin mencionar a los osos, pues la ciudad toma su nombre de este plantígrado. Conviene visitar el popular foso con una familia de osos pardos de los Alpes situado al lado del río, el BärenPark.

Centro Paul Klee

Centro Paul KleeTurismo de Suiza

El Zentrum Paul Klee se encuentra a las afueras de Berna, cerca del cementerio en el que está enterrado un modernista pionero debido a su estilo único que combina elementos de varios movimientos. El museo conserva en depósito más de 4.000 piezas, la colección más importante del mundo de pinturas, acuarelas y dibujos del artista y exhibe de forma rotatoria una selección de sus obras. El edificio del museo fue construido por el arquitecto Renzo Piano, quien creó una isla verde en la que resaltan tres colinas de acero y vidrio.

No te olvides el bañador

Varios bañistas en el río Aren

Varios bañistas en el río AarTurismo de Suiza

El río Aar ocupa un lugar muy especial en el corazón de los berneses. Un chapuzón en las aguas color esmeralda es parte esencial del verano. Los más intrépidos, al salir del trabajo, se lanzan al agua con una bolsa estanca impermeable, donde guardan el móvil y la ropa y se dejan llevar por la corriente río abajo. Conviene ser un avezado nadador. La temperatura del río es de unos 23 grados estos días en los que el calor también se ha apoderado de Berna.

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