Fundado en 1910

25 de abril de 2024

Una buena higiene dental influye sobre la nutrición y la posibilidad de evitar futuras ortodoncias

Una buena higiene dental de los niños influye sobre su nutrición y la posibilidad de evitar futuras ortodonciasGTRES

Niños

Dientes de leche: por qué es importante cuidarlos

La higiene dental de los más pequeños es importante para su desarrollo completo. Una dentadura sana y fuerte influye en la nutrición, en la pronunciación, en la aceptación social y en la prevención de caries y ortodoncias

La boca es uno de los sitios del cuerpo con más flora bacteriana. Esas bacterias tienen que estar ahí, son importantes, pero también lo es una buena higiene para que los ácidos que surgen de su mezcla con el azúcar ingerido no provoque caries.  No hace falta recordar, que una boca sana es igual de relevante en adultos y en niños. Sin embargo, en el caso de los más pequeños, también hay que enseñarles lo necesarios que son los buenos hábitos de higiene bucal.
No siempre se da a la dentición decidua o primaria, más conocida como dientes de leche, el tratado que requiere. Sobre ello, Jessica Fernández, profesora de Ortodoncia de la Universidad San Pablo CEU, afirma que esta es «la base de la dentadura definitiva» que sale a medida que van cayendo los primeros dientes. «Hay que cuidarlos por la importancia que tienen en sí mismos», explica la odontóloga.
«La boca es el comienzo del aparato digestivo. Sin unos dientes cuidados, la digestión y nutrición del niño se van a ver afectados», afirma Fernández. El buen crecimiento de los más pequeños está marcado por una alimentación completa y esta, a su vez, empieza en el momento en el que se mastica la comida, proceso en el que unos dientes sanos y fuertes juegan un papel crucial. 

Desde que sale el primer diente hay que limpiarlo

La dentición primaria suele estar completa cuando el niño cumple los dos años. Desde ese momento, la doctora Fernández recomienda que comiencen las primeras visitas al dentista, ya que ayuda a que se acostumbren al ambiente `hostil´ que para todos supone una clínica, pero también porque muchas patologías ya se observan desde muy pronto. «Un diagnostico precoz puede hacer que el tratamiento posterior sea menos invasivo», indica la ortodoncista.
Por otro lado, esta especialista hace especial hincapié en que «desde que sale el primer diente en la boca hay que limpiarlo. Si no se cuidan dan problemas de espacio para los dientes que salen después». Si un diente se pierde de manera prematura se corre el riesgo de que desaparezca también el hueco para el diente que saldría después. Si los maxilares no se desarrollan, no queda sitio para la dentadura definitiva. Cuando esto ocurre, explica la doctora Fernández, «los dientes salen apiñados o directamente no salen. En todo caso, se hace necesaria ortodoncia futura».
La prevención de caries, a su vez, es otro de los aspectos claves, incluso desde edades muy tempranas. Pensar que como los dientes de leche no son los definitivos no importa es un clásico error, a juicio de Fernández, en el que incurren muchos padres. «Cuando el tejido se va agujereando, el diente va perdiendo tamaño. Las caries en esos dientes pueden afectar al desarrollo de los definitivos. La infección de ese diente llega al germen del que está debajo y puede causar manchas o agujeros». Todos los carbohidratos y los alimentos ultraprocesados, sin una adecuada limpieza posterior, son decisivos en la aparición de placas, sarro, infecciones y caries. «No solo las chuches las provocan. Importa mucho más la cantidad de veces que se alimenta un niño que la cantidad que come. Si un niño pica todo el rato se incrementa el riesgo de caries». 

Pronunciación y aceptación social

Los indicadores de salud bucodental, arrojados por el Ministerio de Sanidad en 2017,  muestran una evolución positiva en la última década, aunque –indican desde el Gobierno– persisten diferencias sociales, «tanto en la frecuencia con que se visita al dentista, en el tipo de asistencia recibida, en el estado de la dentadura, en la frecuencia de cepillado y en el tipo de cobertura sanitaria dental utilizada». 
Esta realidad no le es ajena a los más pequeños de casa. A los problemas derivados de una mala higiene o falta de prevención y cuidado, se suma las dificultades que puede traer consigo la mala pronunciación por culpa de los dientes. «Hay muchos fonemas que los niños no pueden decir y el origen se encuentra en los dientes. Por ejemplo, la letra `F´ no se puede pronunciar sin dientes». Una buena dentadura, aunque sea primaria, también repercute de manera indirecta en el habla, ya que, según explica la doctora, «los dientes sujetan el aire en el interior de la cavidad bucal, imprescindible para la correcta pronunciación de la `S´», y puede dar lugar a la aparición de ceceos o seseos.
Los dientes, y más concretamente la sonrisa, cobran también protagonismo en la sociabilidad. «Hay estudios que demuestran que los bebés sienten mayor confianza con personas con una sonrisa armoniosa», resalta Fernández. Entre niños ocurre lo mismo, por lo que una buena dentadura hace el nivel de aceptación social sea más alto. Esto no quiere decir, adelanta Jessica Fernández, que «si a mi hijo le falta un diente le vayan a hacer bullying».
Crear hábitos de limpieza en los más pequeños es primordial

Crear hábitos de limpieza en los más pequeños es primordialGTRES

Hacer del cepillado un juego

En todo caso, la higiene es lo principal y los más pequeños han de acostumbrarse a ella. Existen herramientas para limpiar la boca desde antes que salgan los primeros dientes, como gasas o guantes especiales. «En las encías se acumula bastante placa, pero no habría que limpiarlas cada vez que el bebé come», afirma la odontóloga. Sin embargo, el cepillado empieza a ser necesario cuando nace la dentición primaria.
«No hay mejor manera de enseñar al niño que el ejemplo», señala Fernández. Existen productos en el mercado para hacer del momento del cepillado un juego, como un detector de placa que tiñe la suciedad, de manera que ellos la ven y aprenden a cepillarse en los lugares correctos. No obstante, la recomendación de Jessica Fernández a sus pacientes es cepillarse los dientes todos juntos, y para controlar el tiempo poner alguna canción que guste al niño. «Todo lo que dure la canción han de estar cepillando», explica Jessica Fernández, y así se crearán unos hábitos de limpieza y de higiene bucodental que los ayudarán a mantener una dentadura sana para el resto de sus vidas. 
Comentarios
tracking