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23 de abril de 2024

Dos jóvenes haciendo un baile de TikTok

Dos jóvenes haciendo un baile de TikTokPexels

«Quiero ser 'influencer'»: el sueño profesional de uno de cada tres jóvenes

Uno de cada diez declara estar intentando dedicarse profesionalmente a la creación de contenido

En el año 2018, la Universidad Autónoma de Madrid ofreció de manera pionera el curso Intelligence Influencers: Fashion & Beauty, presidido por Ágatha Ruiz de la Prada y organizado por la facultad de Psicología y la Escuela de Inteligencia Económica de esta universidad. En un total de 500 horas, a los alumnos y proyecto de influencer se les impartían nociones de economía, comunicación, psicología y el mercado de la moda.
Después de la autónoma, muchas otras instituciones educativas han desarrollado sus programas de influencia en redes sociales, sobre todo enfocados al marketing digital, como el de Esneca Bussiness School, IAB Spain o el European Quality Bussiness School, que no es más que una respuesta a la demanda de la sociedad –o de todos aquellos que quieren llegar a hacerse un hueco en el complicado mundo de la creación de contenido en el entorno digital.

Un lucrativo negocio

Los más jóvenes consideran que las redes sociales son el espacio más propicio para la sensibilización y el activismo social. Así lo refleja el informe `Consumir, crear, jugar. Panorámica del ocio digital en la juventud´, realizado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la Fundación FAD Juventud mediante una encuesta a 1.200 jóvenes de entre 15 y 29 años.
Por ello, en un mundo en el que el uso de las redes sociales ya no está solo ligado al entretenimiento, sino que se ha hecho un lucrativo negocio de ellas, uno de cada tres jóvenes declara que le gustaría dedicarse a la creación de contenido –a ser influencer– y lo que es más: uno de cada diez ya lo está intentando.

Perseguir sus sueños

Sin embargo, la viralidad de un video, de una foto o de un tuit no depende siempre y solo de la persona que lo publica. Si bien, la creación de contenido es contemplado por los jóvenes como una posible carrera profesional, hay quien prueba, falla y se rinde. En el último año, de acuerdo a los datos del Centro Reina Sofía, un 7,8 % de los encuestados ha intentado ganarse la vida en redes y ha terminado desistiendo.
«Es una profesión que está al alcance de muy pocos», afirma Ana Cobos, orientadora escolar y presidenta de la Confederación de Organizaciones de Psicopedagogía y Orientación de España (COPOE). Los padres, sin embargo, no pueden sin más cortar las alas de los sueños de sus hijos, por muy inalcanzables que parezcan. Si quiere ser influencer, el consejo de Cobos es que pueda perseguir su sueño aunque «con un pie en la tierra».
Esas aspiraciones para el futuro son las motivaciones del presente, por lo que la solución pasa por dejar que quizá se estrelle por el camino, pero que compagine su carrera de influencer con estudios complementarios en tecnología, idiomas, comunicación o psicología, para que si no logran millones de seguidores puedan, con su formación, dedicarse en el futuro a otro aspecto del amplio mundo del marketing digital y la creación de contenido en redes sociales.
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