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25 de abril de 2024

Javier (derecha), junto a dos de sus hermanos

Javier (derecha), junto a dos de sus hermanos@quebienestamos

Javier, el niño de ocho años que tiene leucemia y cuyo lema es «se puede ser feliz a pesar del sufrimiento»

A través de la cuenta @quebienestamos, su hermana Araceli, la mayor de nueve, va poniendo al día a sus más de 6.000 seguidores sobre cómo avanza Javier

Hace un año que Javier se empezó a encontrar mal y su madre le llevó al hospital. Al principio los médicos les dijeron que no sabían lo que era, pero que todo apuntaba a que eran secuelas de la covid. En el colegio, les avisaron que estaba más cansado de lo normal y que se quejaba de dolores que antes no tenía, y aunque en casa no notaron nada raro, comenzaron a prestarle una mayor atención. Resultó que lo que tenía era leucemia.
Un poco antes, también en 2021, la madre de Javier y de otros ocho hijos había superado un cáncer, que no había necesitado de quimioterapia, solo de medicación. No había sido un año fácil para la familia Martínez Urdiales, pero estaban planificando ya su verano cuando a principios de junio esta noticia se lo truncó, pero como bien recuerda Araceli, la hermana mayor de Javi, «si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes».
Javier Martínez en el hospital

Javier Martínez, en el hospital@quebienestamos

«Ha sido un año de dejarse sorprender», confiesa la joven, de 18 años. Casi de la noche a la mañana, el séptimo de los hermanos tuvo que quedarse ingresado durante un mes y medio, en el que Araceli fue la que pudo ir a verle al hospital. Fue entonces cuando decidió abrir @quebienestamos, la cuenta de Instagram a través de la que comparte con sus más de 6.000 seguidores los avances de Javi con la enfermedad, que ahora también se ha convertido en una gran comunidad de rezos y oraciones, no solo por la leucemia del pequeño, sino también todas las intenciones que los seguidores le piden para que encomiende los jueves de quimioterapia.
Araceli confiesa que mucha gente le escribe para contarle que lo que pidió que Javier pidiera durante su tratamiento o se ha cumplido o ha salido bien, algo que se debe a que este chico «tiene enchufe en el cielo», dice su hermana. Y es que este niño tiene una devoción especial por san Juan Pablo II, a quien le reza y a quien animan desde @quebienestamos a pedirle por su curación.
Javier, junto a tres de sus hermanos

Javier, junto a tres de sus hermanos@quebienestamos

Javier es un niño alegre y optimista y Araceli cuenta que «en casa no faltan risas». En este año, han aprendido tres cosas en casa de los Martínez Urdiales. Uno: el sufrimiento une. Dos: se puede ser feliz a pesar de ese sufrimiento. Y tres: no ver la enfermedad de Javi como un castigo.
La más pequeña de la casa tiene 4 años. Incluso a ella, los padres de estos nueve contaron desde el primero momento todo lo que ocurría, sin edulcorar, con la verdad y la oración por delante. Este año han llorado y reído a partes iguales, todos juntos y por separado, e incluso las dos cosas a la vez. Han reído tanto que, recuerda Araceli, alguna vez Javi ha vomitado a causa del tratamiento soltando carcajadas mientras.
De momento, cada jueves Javi va a quimio. No puede ir al colegio, pero sigue todas sus clases online y cuenta también con las profesoras del hospital. El tratamiento irá avanzando, y como Javi tiene enchufe en el cielo, dice Araceli, «habrá que explotarlo un poquito».
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