Los trucos de 'La Ordenatriz' para la vuelta al cole: «Empiezo el primer día que termina el curso anterior»
La Marie Kondo española acaba de publicar su segundo libro, un diccionario de manchas difíciles de eliminar
Limpieza, orden y felicidad es el lema de La Ordenatriz (el personaje creado por Begoña Pérez) y su millón y medio de seguidores. Este fue el título de su primer libro, en el que desveló sus mejores tácticas para mantener su casa, en la que viven nueve personas, bajo control. Dos años después, los más de 1.500 mensajes que recibe a diario en sus redes sociales la han llevado a recopilar en una suerte de diccionario todas las manchas habidas y por haber y las soluciones para eliminarlas.
La autora, conocida como la Marie Kondo española, charla con El Debate a raíz de la publicación de Los trucos de la Ordenatriz sobre las novedades que recoge en sus nuevas páginas, sobre la vuelta al cole y sus trucos para ahorrar y sobre todo lo que el orden y la limpieza ha enseñado a Begoña Pérez. En definitiva, todo lo que la autora ha aprendido de la Ordenatriz.
—¿Qué novedades trae este segundo libro?
—Por encima de todo, este libro va de manchas. Era necesario precisamente porque en el anterior había un pequeño diccionario, pero hay que leerlo todo seguido para entender la mentalidad que yo tengo ante el orden y las manchas. Era incompleto en cuanto a manchas. Para este libro me he basado en lo que me preguntan habitualmente en Instagram y le doy respuesta. La novedad sería que muchas veces estamos limpiando una cosa, pero lo estropeamos en vez de arreglarlo. Pues aquí también explico por qué. Por ejemplo, imagínate una alfombra en la que ha caído algo. Al limpiarla, va a quedar un cerco, porque una alfombra está muy sucia, muy usada. Al remover una mancha solo focalizada en ella, se va a quedar u cerco, mejor darle a todo. Doy más soluciones a más problemas.
—El libro incluye un gran listado de todas las manchas para las que hay solución, ¿hay alguna que se le haya resistido?
—Hay varias. Bastantes. Lo primero que te diría que hay manchas y manchas con tejidos y tejidos. Es decir, por ejemplo, estamos comiendo y se mancha una camiseta y el mantel. De uno sale la mancha, pero de la otra no. Para eliminar la misma mancha en distintos tejidos no podemos aplicar lo mismo o no sale con la misma facilidad. Hay muchas cosas que se nos pueden resistir, pero yo intento aplicar la paciencia. Dentro de esto confieso que hay tres manchas que no salen nunca, que son la lejía, el pompero de los niños y el rotulador de la pizarra blanca.
—Al inicio de su libro, a modo de dedicatoria, ha escogido una cita de la Madre Teresa, ¿por qué esa?
—Es una santa que caía muy bien. Iba con los pobres de los pobres, que es lo que ella quería, a los que dedicó su vida. Mujer generosa y buena, y de hecho es santa. Le tengo mucho cariño. Se puso el mundo por montera. Tuvo muchas dificultades para hacer lo que hizo. También, porque precisamente ella creía en el amor. De lo que estamos hablando, las manchas y los desastres, suele pasar en familia, con la gente que queremos. Somos humanos, tenemos fallos, pero tenemos una cosa maravillosa que es el amor. Aunque nos equivoquemos, y este libro va de eso, que podemos equivocarnos y con nuestros desastres y nuestras historias, con amor lo podemos superar.
—¿Cómo organiza la vuelta al cole una madre de 7?
—La vuelta al cole se organiza desde el primer día que termina el curso anterior. ¿Por qué? Pues porque ya que han ido al cole, o sea, mi momento vital es que ya han ido todos al cole algún año. Esto no funciona así para un padre de un niño de tres años, que empezará en septiembre. El 25 de junio tengo presente qué es lo que voy a necesitar, la falda que tengo que arreglar o si la rodilla del pantalón del pequeño está rota. Intento dejarlo todo preparado entre junio y julio, porque recuerdo que un uniforme ha quedado pequeño y miro si es necesario comprar otro y alargarlo un año más. Voy poniendo también etiquetas a la ropa, con cinta de pintor, en la que se escribe fenomenal, no mancha y no se despega fácilmente.
—¿Tiene trucos para ahorrar?
—Desde luego. Por ejemplo, hay mucha gente que tira la mochila o el estuche que ha quedado muy sucio, y compra otro nuevo. Comprendo que con un hijo eso es a lo mejor fácilmente realizable, no para todo el mundo, pero sí para quien tiene poco tiempo. Yo tiro de fórmula mágica, laca y lavadora para dejar la mochila en uso, porque al final los niños tienen que ir bien. Por muchos en casa no pueden ir sucios ni mucho menos.
—¿En qué podría ayudar La Ordenatriz a Begoña Pérez? ¿Cuál es su aspecto menos ordenado o el que más le cuesta ordenar?
—Begoña es superdespistada, es descentrada. La Ordenatriz está todo el rato buscado nuevos descubrimientos de limpieza o de orden. De hecho, la cuenta nace porque Begoña necesita ayuda, y la Ordenatriz ayuda en todo a Begoña y lo seguirá haciendo de por vida, aunque el personaje desaparezca.
—Begoña también habrá tenido que aprender a ser la Ordenatriz, con todos sus trucos de orden y limpieza. ¿Qué beneficios ha encontrado en este camino para la mente y para la vida?
—A lo mejor parece que no tiene nada que ver, pero ver la casa ordenada o desordenada da mucha paz o te la quita. También parece muy distinto, pero también me ayuda a perdonarme. Muchas veces nos criticamos muchísimo. Somos los peores detractores de nosotros mismos. Qué horror, soy un desastre, se me ha olvidado tal o se me ha quemado la comida… La Ordenatriz me ha enseñado a parar y decirme a mí misma que puedo con todo, pero no con todo a la vez. Así que poco a poco.