José Luis Ábalos y Carolina Perles
«Quien no es fiel a su mujer...»: la reflexión de un economista sobre la vida de Ábalos y sus posibles delitos
La causa contra el ex secretario de Organización del PSOE no se ciñe sólo a presuntas corruptelas económicas: también revela infidelidades, divorcios y un entorno de prostitución. Y todo puede estar más relacionado de lo que parece, según Leopoldo Abadía
El todavía diputado en el Congreso José Luis Ábalos, ex secretario de organización del PSOE y ex ministro de Transportes del Gobierno de Pedro Sánchez, ha acaparado todos los flashes antes de entrar a la sala del Tribunal Supremo por su presunta implicación en una trama de corrupción señalada por la UCO.
No es nuevo: desde que estalló el caso de las posibles comisiones ilegales que habría percibido durante sus años al frente del ministerio, El Debate ha ido desvelando los detalles de toda una trayectoria de dudosa integridad, con presuntas mordidas, tráfico de influencias, cobros en B, y tratos cuanto menos sospechosos con su hombre de confianza, Koldo García, y su sucesor en la Secretaría de Organización del PSOE, Santos Cerdán.
En paralelo, los informes de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, y el trabajo de investigación de periodistas como Alejandro Entrambasaguas, han ido apuntando otro tipo de actitudes que, si bien pueden no ser todas constitutivas de delito, retratan la talla humana de Ábalos.
Prostitutas, amantes, tres divorcios...
Fiestas con prostitutas, amantes colocadas a dedo en entidades públicas donde cobraban jugosos salarios, infidelidades a su hoy exmujer (la tercera, después de otros dos divorcios), actrices porno contratadas como empleadas del hogar, intercambio de mensajes con su número dos para repartirse los favores sexuales de mujeres extranjeras, y relaciones sentimentales con una jovencita 35 años más joven que él a cambio, presuntamente, de beneficiarla económicamente... De ser cierto todo lo que apunta la UCO, y si fuese como el Dorian Gray que recreó Óscar Wilde, parece que el retrato moral de José Luis Ábalos no iba a lucir, precisamente, el rostro de la virtud.
En ese contexto, y pocas horas después de que el magistrado del Supremo Leopoldo Puente le prohibiese salir de España por apreciar riesgo de fuga, las palabras de otro Leopoldo pueden poner luz al vínculo entre la tarambanesca vida familiar del excargo socialista y todas las presuntas corruptelas económicas y políticas que ahora debe juzgar el Tribunal Supremo.
En concreto, las del economista y escritor Leopoldo Abadía.
«Si soy un sinvergüenza por la noche...»
En una entrevista concedida en 2024 a la revista La Antorcha –la publicación gratuita de la Asociación Católica de Propagandistas–, Abadía aportó una reflexión sobre la relación que suele darse entre la vida matrimonial y la actividad profesional... que bien puede aplicarse al caso Ábalos.
En sus palabras: «El que no es fiel a su mujer, no tiene por qué ser fiel a su empresa. No entiendo por qué quien tomando una copa presume de sus conquistas, no va a presumir también de haber mandado un correo a la competencia con los balances. Porque si soy un sinvergüenza por la mañana, soy un sinvergüenza por la noche, o al revés».
Aunque es doctor en Ingeniería Industrial y su currículum pasa tanto por la economía como por la docencia –fue parte del equipo que trajo a España desde Harvard el primer máster de Empresa–, Abadía saltó a la fama por explicar la crisis de 2008 con su teoría de «la crisis ninja», que hoy se estudia en universidades de todo el mundo.
Por eso, desde la altura de sus 90 años, este divulgador, padre de doce hijos, abuelo de cuarenta y nueve nietos, bisabuelo de varios bisnietos («ahí ya me pierdo»), que lleva sesenta y seis años casado con su esposa, Elena, explicaba que «cuando empiezan a hablarme de la ética deportiva, o la ética empresarial, o la ética socialista, o la del PP… siempre digo que eso no existe: lo que hay es una ética, y si yo soy ético por la mañana, soy ético por la tarde, por la noche, cuando voy al fútbol, cuando voy al mercado, o cuando estoy en el trabajo. Porque soy el mismo».
«Alguno baja la mirada»
Y, con su característico sentido del humor, que permea sus 13 libros sobre economía, política empresarial y, sobre todo, vida de familia, reconocía que «en las conferencias que doy, suelo mirar al público mientras hablo, pero [esto de la fidelidad en el matrimonio], cuando lo digo, bajo la cabeza para no mirar a nadie, porque a veces alguno se siente incómodo. Y no miro al público, porque alguna vez, al decirlo, he visto a alguna pareja mirarse de lado, y decir yo: '¡Ay madre!'».
No sabemos si José Luis Ábalos habría ido a alguna conferencia de Leopoldo Abadía con una de sus tres ex esposas, o con alguna de sus supuestas amantes, o con alguna prostituta cuyos servicios presuntamente pagó con dinero público u obtenido ilegalmente.
Entrevista al economista y escritor
Leopoldo Abadía: «Cuando me dicen que alguien es buena persona pero trabaja mal... que no moleste»
Pero si el juez da por probado todo cuanto dice la UCO, tal vez Ábalos pueda reflexionar sobre ello desde prisión, mientras escucha un episodio del próximo proyecto que acaba de anunciar Leopoldo Abadía: Palabra de dos, un podcast para hablar de la fe –o sea, del arrepentimiento, de la fidelidad, del perdón...– con otros famosos.