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25 de abril de 2024

La princesa Mako se casará el próximo 26 de octubre, tres días después de su 30 cumpleaños.

La princesa Mako se casará el próximo 26 de octubre, tres días después de su 30 cumpleañosPool for Yomiuri

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Los sacrificios de la princesa Mako por amor

La sobrina de Naruhito, actual Emperador nipón, tendrá que renunciar tras su boda a su estatus real, a su asignación económica millonaria y a su ajuar de joyas

A veces, los cuentos de hadas no son tan idílicos como parecen. Más allá de ese idealismo cinematográfico que inspira a muchos príncipes a renunciar a su cargo por amor, la situación en la vida real puede ser mucho más dura. Que se lo digan sino a la princesa Mako de Japón que ha tenido que enfrentarse a la prohibición de la familia imperial de casarse con el hombre al que ama, un plebeyo llamado Kei Komuro al que conoció mientras estudiaba en la Universidad Cristiana de Tokio.
Anunciaron su compromiso en 2017, pero la grata noticia se volvió un escándalo cuando un exnovio de la madre de Kei Komuro vendió a los medios de comunicación que su familia aún le debía dinero, algo que se considera un auténtico deshonor en el país nipón. Las críticas de la prensa unidas a la oposición de la familia ralentizaron considerablemente los preparativos. Aseguran que, incluso, pudo ser una estrategia real para romper la solidez de la pareja y para que la princesa terminara desistiendo y renunciase a casarse por amor.
La pareja anunciando su compromiso a los medios el 3 de septiembre de 2017.

La pareja anunciando su compromiso a los medios el 3 de septiembre de 2017Pool for Yomiuri

Han tenido que pasar cuatro años para que la dinastía japonesa aprobase el enlace, que finalmente se llevará al cabo el próximo 26 de octubre, un día que no ha sido elegido al azar. Alentando ese estigma supersticioso que se suele atribuir a la cultura japonesa, la boda se celebrará ese día en concreto porque el budismo le atribuye los mejores augurios. Y quizás los necesiten, porque, si el camino hasta el altar ya ha sido difícil, lo que les espera después de las nupcias no es para menos.
La ley nipona marca no solo que las mujeres no pueden acceder al trono, sino que, además, no permite que un miembro de la familia imperial se case con un plebeyo sin perder los privilegios reales. La hija del príncipe heredero y sobrina del actual emperador siempre ha tenido claro que apostaría por su relación: «Para nosotros, un matrimonio es una opción necesaria para vivir y honrar nuestro corazón. Somos insustituibles el uno para el otro, y podemos apoyarnos el uno en el otro en tiempos felices y en tiempos infelices», aunque ello suponga renunciar a su estatus real y a todas las joyas que posee.
La princesa Mako se casará el próximo 26 de octubre.

La princesa Mako en un acto en el Palacio Imperial de TokioShizuo Kambayashi

Al igual que el resto de princesas que pertenecen a la familia, Mako recibió un conjunto de joyas al cumplir la mayoría de edad compuesto por un collar, un broche, unos pendientes, un brazalete y tiara a juego. Y todas realizadas con piedras preciosas de color blanco, a diferencia de otras casas reales que apuestan por aguamarinas, esmeraldas o rubíes.
Además, ha decidido renunciar voluntariamente a más de 150 millones de yenes, alrededor de un millón de euros, cantidad que la dinastía le otorga como garantía a las mujeres que salen de la casa real por casarse con un plebeyo.
Tras la boda, el futuro matrimonio tiene intención de trasladarse e instalarse de forma definitiva en Estados Unidos, lo que, al igual que sucedió en el caso del príncipe Harry y Meghan Markle ha suscitado cierta polémica porque se desconoce si los japoneses tendrán que hacerse cargo de los gastos por su protección o si serán ellos los que asumirán el coste al haberse abandonado la institución.
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