Kasia Gallanio residía en un apartamento de la urbanización marbellí Playas del Duque
El mensaje de despedida de la exprincesa de Qatar que hizo saltar las alarmas antes de su muerte
Kasia Gallanio le envió un vídeo a la empleada doméstica de su apartamento de Puerto Banús para regalarle su ropa y complementos de marca
La exprincesa de Qatar, Kasia Gallanio, hallada muerta en su casa de Marbella
Lo que comenzó como un cuento moderno de princesas derivó en una auténtica película de terror. Cenas en palacio, viajes en jet privado y un tarjeta de crédito sin límite para quemar en las boutiques de alta costura de los Campos Elíseos. Kasia Gallanio, una belleza de cabello azabache y ojos verdes, tenía 26 años cuando cometió el error de enamorarse de un príncipe de Qatar, Abdelaziz bin Khalifa Al Thani, por entonces de 56 años, y tío del actual emir Sheikh Tamim bin Hamad Al Thani. La joven se convirtió al Islam, se casaron y pasó a ser su tercera esposa. Tuvieron tres hijas: las gemelas Malak y Yasmin y Reem.
La pesadilla comenzó en 2012 tras firmar el divorcio. Se enzarzaron en una amarga batalla legal por la custodia de las niñas, con acusaciones de abusos sexuales de una de ellas hacia el padre, cuando tenía solo 9 años. La Fiscalía de París abrió una investigación por agresión sexual a cargo de la policía de protección de menores. Sin embargo el príncipe que disfruta de inmunidad diplomática, desmintió los hechos.
{"type":"Instagram","url":"https://www.instagram.com/p/CbVainOtblg/?utm_source=ig_embed&ig_rid=a6c8dd6f-23be-4650-b5be-e6ac17c27e8f"}
Tras su divorcio, la exprincesa fijó su residencia en Marbella. Allí pudo vivir días de sol y rosas, integrada a la perfección en la alta sociedad con la que disfrutaba de fiestas hasta al amanecer en Puente Romano o Boho Club. Se codeó con rostros conocidos como Antonio Banderas, Francisco de Borbón o su gran amiga Carmen Lomana.
Una intensa agenda social que no lograba apaciguar el dolor que sentía al estar lejos de su hija menor, que vivía con su padre en París. «Mis dos hijas gemelas querían vivir conmigo y él, como castigo, cortó contacto con ellas. A la pequeña no se le permite hablar conmigo y eso me entristece mucho. Ella recibe muchas cosas materiales de su padre, pero todo es un chantaje. Es muy triste porque extraño a mi hija», expresó Kasia Gallanio en su única entrevista, publicada un mes antes de su muerte.
Sus últimos días
El vecindario de la urbanización Playas del Duque de Puerto Banús quedó conmocionado el pasado domingo después de que la Policía hallase el cuerpo sin vida de la exprincesa. Una de las líneas de investigación apunta al suicidio después de una sobredosis de drogas. El martes se le practicó la autopsia, pero no fue concluyente y requiere de más estudios.
La teoría de que se quitó la vida cobra más fuerza después de que el 'Daily Mail' publicase ayer que Katia le envió un mensaje y un video a su empleada del hogar Teodora Poma para enseñarle las bolsas de ropa y bolsos de marca que había preparado para regalarle. La asistenta de 43 años y nacida en Bolivia interpreta este mensaje como un gesto de despedida antes de que su empleadora se suicidara. La exprincesa también le pidió a Teodora y a un colega que vinieran a limpiar su apartamento en el séptimo piso en el lujoso complejo turístico de Puerto Banús.
Cuando la asistenta trató de enviarle un mensaje para verse el lunes, nunca obtuvo respuesta.
Comentarios
