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20 de abril de 2024

Alberto y Charlene de Mónaco, el día de su boda el 1 de julio de 2001

Alberto y Charlene de Mónaco, el día de su boda el 1 de julio de 2011GTRES

Alberto de Mónaco y Charlene: una infidelidad, un contrato millonario y un beso bajo sospecha

Este viernes se cumplen once años de una boda en la que Charlene conquistó el título de princesa triste y revalidó durante los últimos meses cercada por la enfermedad y la abulia

Por mucho que lo intenten, no lograrán nunca silenciar los rumores sobre su matrimonio. Ni el tímido y atípico beso que se dieron en Oslo resulta suficiente para enderezar la imagen de una pareja a la que delatan los gestos, las miradas esquivas y la nula complicidad en público. Alberto de Mónaco y Charlene celebran hoy, si es que hay algo que celebrar, el undécimo aniversario de su boda.
El 1 de julio de 2011, se dieron el 'sí, quiero' en una ceremonia civil y luego religiosa en el Palacio Grimaldi. Más de 400 invitados se citaron en un enlace, en el que escasearon las sonrisas y hubo más show que amor, porque en esta familia son expertos en la organización de saraos y esta era la celebración por excelencia tras la boda de Grace Kelly y el Príncipe Rainiero en 1956.
A Charlene se la ha etiquetado como la novia triste, pero en realidad fue una novia al borde de la fuga. Una semana antes de dar el 'sí, quiero', se enteró de que Alberto le había sido infiel durante su noviazgo. Se contó que presa de la ira, huyó del palacio para refugiarse en Niza y desde allí volver a Sudáfrica, pero la interceptaron en la aduana. Así lo publicaron el medio francés, L’ Express, y luego otros internacionales. Posteriormente, se ofrecieron mil y una versiones sobre este episodio. El enlace estuvo a punto de cancelarse y quizá, hubiera sido un acierto.
Aunque estas últimas semanas el matrimonio aparenta cierta normalidad, Charlene permaneció un año desaparecida, convaleciente y alejada del ruido mediático. En la primavera de 2021 se le perdió la pista y solo unos meses después, se conoció que se había trasladado a Sudáfrica por una infección de oído, nariz y garganta que necesitó varias cirugías y que le ocasionaron incluso un ataque epiléptico que hizo temer por su vida. Su décimo aniversario de boda lo pasó lejos del Príncipe Alberto. «Este año será la primera vez que no estaré con mi marido en nuestro aniversario en julio, lo cual es difícil y me entristece», escribía en un comunicado oficial, que resultaba difícil creer.
Volvió a pisar el Principado, pero la enfermedad la dejó sumida en una tristeza preocupante que la llevó a ingresar en una clínica en Suiza. En palabras oficiales de la Casa monegasca, necesitaba «recuperarse de un estado de profunda depresión general y fatiga».
Charlene de Mónaco reaparece para felicitar la Pascua

Charlene de Mónaco reaparece para felicitar la Pascua

En abril de este año, Charlene de Mónaco reaparecía para felicitar la Pascua. Un posado familiar junto a su marido y sus dos mellizos, Jacques y Gabriella, que lo calificaron de idílico, aunque solo se tratase de un teatro muy bien orquestado. Desde ese momento se sucedieron múltiples informaciones sobre su maltrecha relación; una amiga del Príncipe confesó en Oggi que hacían vidas separadas, pero que nunca firmarían el divorcio puesto que encontraron un cómodo equilibrio para mantener las apariencias. «Nunca existió amor entre ellos», declaró.
Posteriormente, salió a la luz que habían firmado un contrato de 12 millones de euros por el que Charlene ejercería como una princesa asalariada. Mantendría su vida en Ginebra y volaría a Mónaco para cumplir con la agenda oficial y ver a sus hijos.

Guardar las apariencias

La semana pasada se embarcaron en un viaje oficial a Oslo, se mostraron inusualmente muy cariñosos y se besaron ante las comitivas de la Casa Real noruega y la prensa allí congregada. Un beso bajo sospecha, puesto que Charlene no volvió a participar en ninguna actividad más de las programadas.
Se desconoce cómo pasarán este aniversario, pero no se descarta que difundan alguna fotografía para fortalecer esa imagen de matrimonio feliz, que a día de hoy pocos se creen.
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