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25 de abril de 2024

Isabel Preysler en la boda de su sobrino

Isabel Preysler en la boda de su sobrinoGTRES

Gente

Isabel Preysler y la Infanta Cristina, en Sotogrande

Duelo de bodas en Sotogrande con Preysler y la Infanta Cristina

Qué hacían respirando el mismo aire, sufriendo el mismo calor y pisando el mismo pavimento, la Infanta Cristina e Isabel Preysler este fin de semana en Sotogrande, Cadiz.
Pues aunque en algunas ocasiones hayan coincidido, las dos damas no mantienen amistad. Los hados han querido reunirlas a las dos en el mismo emplazamiento y casi con el mismo motivo. Con 24 horas de diferencia se han celebrado dos bodas en el mismo espacio. Una «de tronio» como la denominaban los lugareños y de perfil bajo, tanto que yo no seré quién les descubra, pero ahí había mucho IBEX35 y etc. Y otra organizada por cortesía de una revista con el fin de publicarla a todo color y con todos los patrocinadores en su orden riguroso. Uno de los jardineros comentaba entre una y otra que para la mediática habían tenido que colocar un seto que evitase fotos «robadas» que reventasen la exclusiva pactada con una revista.
Los eventos de Sotogrande han reunido a una infanta de España y a la reina de la sociedad. De ahí que las dos damas estuvieran en el mismo lugar pero en eventos diferentes. La infanta que viaja poco al Sur, que es más territorio de su ex cuñado, Jaime Marichalar, cuando lo hace se suele alojar en la casa de su amiga de toda la vida, Silvia Villar Mir, casada con Javier López Madrid, que hace un tiempo fue compañero de yoga de la Reina Letizia. Ellos tienen una casa moderna en el golf de abajo y allí suele quedarse la infanta. El domingo con toda la naturalidad del mundo decidió darse una vuelta por el mercadillo del puerto de Sotogrande.
A eso del mediodía, con un sol de justicia, el mismo que el día anterior le había hecho sudar lo que no está escrito a Mario Vargas Llosa en la boda del sobrino de Isabel Preysler, aparecía Cristina de Borbón que, desde su separación de Iñaki Urdangarin, ha revolucionado su imagen. Ya no se le aprecia la arruga que caracterizaba su cara, parecía más estilizada con la coleta y varios kilos menos. Seguro que lo ha pasado mal, un cese de convivencia siempre deja secuelas, pero ella ha sabido mutar a mejor, al menos estéticamente.
La infanta iba acompañada de su amiga. Aparecieron sin guardaespaldas y sin sobresaltos, a eso del mediodía por el puerto de Sotogrande. Justo donde Luis Medina atracaba su velero que ahora está embargado, la Infanta se paró a darle vueltas a un traje azul e hizo amago de probárselo pero desistió y amablemente lo dejó donde lo había cogido. No puso ningún impedimento en hacerse alguna selfie y se fue por el mismo sitio por donde había llegado andando y con tranquilidad, lástima que no llegó a escuchar a una gaditana que se quedó emocionada con la Infanta: «Se nota que ella va a una peluquería de las caras, ese rubio no es de tinte de bote como el de alguna ministra».
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