La Reina Sofía recogiendo basura
La Reina que combate los incendios
La madre del Rey Felipe es una activista contra el fuego y contra el deterioro del medio ambiente
La Reina Sofía es una activista contra el fuego y contra el deterioro del medio ambiente. Es la primera que no duda en ponerse los guantes, coger una bolsa y llenarla de basura. Una botella de cristal abandonada en un pinar es una mecha latente y Doña Sofía lo sabe. Y si hay que repoblar, ahí se presenta con un roble y lo planta. A sus 83 años doblando la espalda es una imagen muy potente que ella confía en que ayude a concienciar contra la «basuraleza».
El 16 de julio de 2005, en los Pinares del Ducado de Medinaceli y próximo al Parque Natural del Alto Tajo, en la provincia de Guadalajara, tuvo lugar un devastador incendio que arrasó 13.000 hectáreas de bosque y acabó con la vida de once personas. Fue considerado como una de las mayores tragedias de nuestro país.
A raíz de esa tragedia, el día dos de noviembre de 2006 se firmaba un Convenio de Colaboración entre la Fundación Reina Sofía y la Fundación Apadrina un Árbol, por el que la Fundación Reina Sofía participaría como Entidad Colaboradora Institucional, apoyando una campaña de apadrinamiento de árboles y la captación de fondos para llevar a cabo la rehabilitación y reforestación de la zona afectada por el incendio.
La Reina Sofía recogiendo basura
Y la primera que fue a Mazarete, Guadalajara, fue la Reina Sofía a plantar un roble. Sabe la importancia de los gestos porque no es la cantidad de árboles que ella haya plantado, es la enorme visibilidad que tienen sus acciones.
Con su fundación, que se nutre con los recursos propios de la reina y de los bienes que poseen gracias a donaciones, Doña Sofía lleva a cabo sus proyectos. Además de su lucha contra las drogas, el cáncer o el alzhéimer, es una reina que va más allá del ecologismo mal entendido y protege a los orangutanes, las tortugas o recoge perros abandonados.
La Reina sabe que la basura abandonada en la naturaleza es un detonante de incendios. Así que ella misma en zapatillas de deporte, con sus guantes y su bolsa de plástico amarilla, se pone en marcha para recoger lo que los cafres incívicos dejan abandonado, con el consiguiente riesgo de incendio.
Por cierto, que ella es más de inclinar el tronco que de flexionar las rodillas. No será mucha, ni poca la que recoge a sus ochenta y tres años, pero es la suficiente para concienciar del peligro de la «basuraleza». Hace unas semanas, el sábado once de junio, la reina Sofía se pasaba la mañana en el madrileño Barranco de Prado del Espino de Boadilla del Monte, recogiendo la basura que abandonan los incivilizados. Y justo el año anterior, la reina también estuvo en el Soto de las juntas de Rivas Vaciamadrid con su bolsa de plástico doblando el tronco, recogiendo lo que los guarros abandonan sin pudor. En 2020, por culpa de la pandemia, no pudo, pero en 2019, hizo lo propio en el embalse madrileño de Valmayor, que está rodeado de vegetación altamente inflamable con estas tremendas temperaturas. La fecha elegida no es baladí, suele ser un sábado rondando el Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra el cinco de junio.
La Fundación Reina Sofía en 2019 se suma a la alianza de Ecoembes con SEO/BirdLife, para liberar de basura los entornos naturales a través del proyecto LIBERA, incorporando nuevas actividades de limpieza e investigación al proyecto.
El abandono y acumulación de basura en entornos naturales, especialmente plásticos, se ha convertido en un problema generalizado que está impactando de forma muy negativa en la conservación de nuestro planeta. El proyecto Libera se desarrolla para llamar la atención sobre esta catástrofe ambiental sigilosa, estudiar su impacto en el medio y generar un cambio en las conductas de la ciudadanía. Y la Fundación Reina Sofía lo apoya con dinero y con la presencia de Su Majestad dando ejemplo porque la reina sabe que una imagen de ella, a su edad, doblando la espalda para recoger basura tiene un impacto mediático contra el vandalismo.
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