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28 de marzo de 2024

La Infanta Cristina, en Perú

La Infanta Cristina, en Perú

La metamorfosis personal y física de la Infanta Cristina

La hija de Don Juan Carlos reside en Ginebra, junto a su hija Irene, y continúa al frente de la dirección del Área Internacional de la Fundación La Caixa

La Infanta Cristina atraviesa un año de grandes cambios. Su familia se ha roto en pedazos por una traición de su marido, Iñaki Urdangarin. El fin de su matrimonio, el cual anunció el pasado mes de enero, le ha obligado a romper con todo.
Para ella, la publicación de las imágenes en las que el exduque de Palma aparecía paseando de la mano de Ainhoa Armentia cuando todavía seguía con ella, supusieron un duro golpe que le mantuvo alejada del foco mediático durante una larga temporada. Sin embargo, pasados unos meses, la hermana del Rey Felipe VI reapareció luciendo una imagen de lo más renovada, que a día de hoy le sigue acompañando esta nueva etapa de absoluto renacer. Volvió a sonreír, continuó adelante con sus compromisos profesionales y empezó a construir una nueva vida en la que el trabajo y sus allegados ocupan un lugar prioritario.
La Infanta ha superado este doloroso proceso gracias al apoyo recibido por parte de sus hijos, Juan Valentín, Pablo Nicolás, Miguel e Irene. En ellos se ha volcado por completo demostrando que, pese a todo, su papel como madre sigue siendo el mismo de antes. Se ocupa de ellos, les visita siempre que tiene ocasión y los acompaña en aquellos momentos en los que más la necesitan. Prueba de ello es su asistencia a los partidos de balonmano más transcendentales para su hijo Pablo.
Sin embargo, no solo ellos forman parte del día a día de Doña Cristina. Tal y como se ha podido comprobar en estos últimos meses, la exduquesa de Palma también ha encontrado refugio en sus amistades y otras personas de su familia, como es el caso de su hermana, la Infanta Elena, y de su padre, el Rey Juan Carlos, a quien ha visitado en Abu Dabi varias veces a lo largo de este año.
La Infanta también se ha sentido amparada por su prima Alexia, hija de Constantino y Ana María de Grecia, con quien siempre ha mantenido una estrecha relación, Pablo, el hermano de esta, y con su prima Cristina de Borbón Dos Silias y su marido, Pedro López -Quesada.
Su círculo de amigos lo componen Rosario Nadal, exmujer de Kyril de Bulgaria, su abogado, Mario Pascual Vives, el matrimonio formado por Roberto Molina y Cristina Fernández, cuya relación con la Infanta se remonta a su época de estudiante universitaria, y sus amigas de Barcelona, la diseñadora Cristina Castañer, la doctora Vicky Fumandó, Consuelo García Píriz y Marta Más.
Actualmente, la hija del Rey Juan Carlos continúa asentada a Ginebra, donde reside junto a su hija Irene, y al frente de la dirección del Área Internacional de la Fundación La Caixa, entidad en la que lleva trabajando más de dos décadas, de la presidencia del Patronato de IsGlobal, el Instituto de Salud Global de Barcelona, y de la Fundación de Aga Khan, donde, tal y como ha confirmado Pilar Eyre en la revista Lecturas, cobra un sueldo anual de 400.000 euros por dirigir proyectos de cooperación internacional en países en vía de desarrollo.
La Infanta Cristina, en Perú

La Infanta Cristina, en Perú

Se desconoce la cifra exacta de la retribución económica que la Infanta percibe por sus trabajos en la Fundación La Caixa y en el Instituto de Salud Global de Barcelona. Sin embargo, en el año 2013 trascendió que su salario en la primera empresa había ascendido de 83.000 a 238.000 euros en tan solo nueve años. Hasta la fecha, la Infanta Cristina también ha encontrado en el trabajo un refugio donde evadirse de sus problemas personales.
Quitando las escapadas de carácter personal que ha realizado en los últimos meses, la mayoría de ellos a Abu Dabi, donde reside su padre, a Barcelona, donde se encuentra instalado su hijo Pablo, y a Bidart, su lugar favorito para disfrutar de sus vacaciones estivales en compañía de sus hijos, la mayoría de los viajes emprendidos durante este año han sido por motivos estrictamente profesionales. El último le ha llevado hasta Perú, hasta donde se ha trasladado para conocer de primera mano la iniciativa solidaria Mujer Joven Emprendiendo, puesta en marcha por World Vision Perú, Codespay Cite Textil y la Fundación La Caixa.
Precisamente en esta visita ha sido donde la exduquesa de Palma ha vuelto a presumir de la nueva imagen que le acompaña desde hace varios meses. En su versión más natural, se ha podido apreciar que sigue manteniendo ese aspecto renovado y de lo más favorecedor con el que se muestra bastante más joven que antes.
Un notable cambio físico, fruto de su último paso por la peluquería, donde decidió cortarse la melena y cambiar de peinado, de varios meses de gimnasio, los cuales le han permitido mostrar una figura más esbelta y definida, así como de los retoques estéticos a los que se sometió a comienzos de año. A través de ellos, la Infanta recobró la luminosidad de su rostro y se quitó la característica verruga que tenía cerca de la nariz, de la cual ya no queda ni rastro.
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