Arantxa Sánchez Vicario y su exmarido Josep Santacana en el tanatorio de Les Corts en Barcelona
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El revés judicial de Arantxa Sánchez Vicario que podría llevarla a prisión
La extenista se enfrenta junto a su expareja, Josep Santancana, a un presunto delito de alzamiento de bienes
La leyenda española del tenis Arantxa Sánchez Vicario, triple ganadora de Roland Garros, lleva varios años relacionada con el mundo judicial. El último juicio que la hará sentarse en el banquillo será por un presunto delito de alzamiento de bienes. Tanto ella como su expareja, Josep Santacana, se enfrentan a 4 años de prisión, además de al pago de más de 7 millones de euros de responsabilidad civil.
El matrimonio se separó hace ya cuatro años, pero su proceso de divorcio está más que enrevesado en los juzgados, como lo está su patrimonio y toda su vida. El juicio oral, que comenzará el 12 de septiembre del 2023 y se prolongará hasta el día 15 del mismo mes, se celebrará contra ambos y las personas señaladas como sus testaferros. Será ante la titular del juzgado de lo penal número 25 de Barcelona, en la gran sala de la Ciudad de la Justicia, conocida como auditorio, para resolver la querella criminal interpuesta por el Banco de Luxemburgo.
Interpuso en 2015 una querella por lo penal contra ellos por no hacer frente a la deuda contraída con la entidad, que los había avalado años antes con 3,5 millones de euros. La extenista declaró tener una residencia en Andorra y Hacienda la multó al considerar que no era cierto. Ella pidió un aval para pagar esta multa y el Banco de Luxemburgo nunca recibió el dinero de vuelta, querellándose, entonces, por un presunto delito de alzamiento de bienes.
La extenista nombró ante notario a su marido administrador de sus 35 millones de euros en activos
La entidad luxemburguesa demandó al matrimonio en marzo del 2011 por la vía civil y dos años y medio después consiguió una sentencia favorable que condenaba a Arantxa a abonar al banco 5,2 millones de euros más los intereses de demora. Ni Arantxa ni Santacana recurrieron, pero tampoco presentaron lista de bienes ni trataron de quitarse de encima la deuda, que ya era de 7,5 millones de euros. El banco se querelló por la vía penal en 2015, y esta es la querella por la que se juzgará al matrimonio en septiembre.
Tras ello, la pareja comenzó a vender su millonario patrimonio inmobiliario para poder descapitalizarse y eludir la deuda contraída con el banco. Al ver que la situación cada vez iba a peor, la tenista confesó en el escrito de la defensa que presentó en 2021 que había ocultado bienes, pero lo hizo manipulada por quien por aquel entonces aún era su marido.
Conviene recordar que la deportista ya estaba casada con Santacana y en 2009 fue todo un escándalo que revocara ante notario los poderes que ostentaba su padre y administrador y, desde ese momento, todo su patrimonio (dinero, acciones e inmuebles) para ponerlo en manos de su pareja sin que nadie más pudiera ejercer control alguno. 35 millones de euros en activos por los que Arantxa llegó demandar a su familia, a la que apartó de su lado, al igual que a amigos y consejeros que hasta entonces le habían asesorado.
En el escrito también admitió que como prueba de buena voluntad adelantaba 1,8 millones de euros al Banco de Luxemburgo, confesándose tremendamente arrepentida. Además, ella misma defendía que debía entrar en prisión durante siete meses, pero debido a no tener antecedentes, estaría exenta de cumplir la pena.
Santacana, por ahora, niega en su escrito de defensa tener ni haber tenido ningún tipo de potestad de cara a la gestión del patrimonio de su exmujer. Ella, en cambio, sigue defendiendo que el auténtico manipulador es él, que había intentado dilapidar su fortuna, desde el principio.
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