Iñaki Urdangarin aterrizó en la Familia Real como el yerno favorito y con el paso de las décadas, acabó convertido en un personaje muy incómodo para la institución. Hace dos años salió de prisión, tras cumplir condena por el caso Nóos, y poco a poco ha rehecho su vida, en Vitoria, de la mano de una nueva pareja. Durante todo este tiempo se le mantuvo la escolta porque se consideraba que existía un riesgo. No obstante, según adelantaba ayer el programa Y ahora Sonsoles, a partir de ahora ya no dispondrá de protección policial.
Los escoltas han seguido los pasos de Urdangarin en todo momento, incluso en sus escapadas románticas fuera de España con Ainhoa Armentia. Un gasto que sufragaba el Ministerio de Interior, suponiendo unos 8.000 euros al mes.
Durante los últimos meses, los escoltas de Urdangarin han tratado de proteger su imagen frente a la persecución que ha sufrido por los paparazzis desde que en enero de 2022, la revista Lecturas publicase las imágenes que destapaban su traición a la Infanta Cristina. Su equipo de seguridad incluso se ha enzarzado en algún encontronazo con una reportera de El programa de Ana Rosa cuando intentaba grabarlo.
No obstante, el exmarido de la Infanta Cristina podrá mantener la seguridad en alguna ocasión, por ejemplo cuando se reúna con su hija pequeña, Irene Urdangarin, que todavía sigue siendo menor de edad. Una vez que cumpla los 18 años, sí que dejará de tenerlos de manera definitiva, siendo un «ciudadano totalmente normal», aseguran desde el programa.
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