El Rey Juan Carlos, la Infanta Elena y Felipe de Marichalar, juntos en Abu Dabi el Domingo de Resurrección
Crónica
La operación para que el Rey Juan Carlos pase largas temporadas en España ya está en marcha
Ahora estamos en periodo preelectoral y Don Juan Carlos ni es eterno, ni está pletórico de salud
Se intentó el año pasado. Estaba todo más o menos organizado pero hubo una reunión en La Zarzuela y se vino abajo. Ahora estamos en periodo preelectoral y Don Juan Carlos ni es eterno, ni está pletórico de salud. Es posible que haya llegado el momento de testar la situación y volver a intentarlo. Ya ha habido acercamientos en Londres y en Grecia, quién sabe si la próxima etapa es España.
Igual que los bancos ponen a prueba su fortaleza financiera con pruebas de estrés, la Monarquía ya lleva soportando varios tsunamis sobre sus pilares y parece aguantar. Los motivos para la abdicación de un rey, que esperaba morir con las «botas puestas» en el ejercicio de sus funciones, han sido graves y hay un numeroso grupo de españoles que reclaman explicaciones e información completa de lo sucedido.
Cierto que hay precedentes de reyes que han fallecido en el exilio y la Monarquía con sus achaques, también lo ha aguantado. Tampoco los Reyes Felipe VI y Juan Carlos son pioneros en el genero epistolar. No es la primera vez que se intercambian cartas entre reyes o gobiernos. Antonio Cánovas del Castillo le envía una misiva a la reina Isabel II, en la que cruelmente le expone: «Vuestra Majestad no es una persona, es un reinado, es una época histórica, y lo que el país necesita es otro reinado y otra época diferente de las anteriores» y lo más cruel de esa negativa a su regreso, que le expone Cánovas a la reina exiliada, es que esa decisión también la apoya su propio hijo, Alfonso XII, quien le pide directamente que no viaje a España. Isabel II muere en París.
El Rey Juan Carlos
Carlos IV, fallece exiliado en Nápoles y también le había pedido a su hijo Fernando VII que le dejase regresar a España. En la historia borbónica más reciente, Alfonso XIII, el abuelo del Rey Juan Carlos, muere en el exilio romano, que es precisamente la ciudad donde nace el rey, ahora Emérito.
Al parecer a Don Juan Carlos, que ni en sus peores pesadillas pensó en morir fuera de España y mucho menos en el exilio, le gusta que le visiten sus amigos y está al tanto de todo lo que se cuece en su país, pero tampoco le agrada que vayan en exceso porque le hace sentirse exiliado. Y por supuesto que agradece todas las viandas y cosas que le envían a su residencia árabe, el jamón ibérico y unos buenos vinos son siempre bien recibidos, incluso, me aseguran que hasta ha ido un maestro cortador de jamón en alguno de esos viajes de amigos. Don Juan Carlos desearía que fuera un traslado de residencia con derecho a la libertad de hacer viajes de ida y de estancia sin agobios y poder navegar en su Sanxenxo, eso sí que lo echa mucho de menos.
Al Rey Juan Carlos se le planteó que no era conveniente que navegase en Palma. De ahí que trasladase su pabellón a Galicia. Con unas regatas a su medida y en una embarcación adaptada a su estado físico. Desde allí partió al exilio de Abu Dabi y hasta allí hizo un regreso muy llamativo y coreado. Quizás esta vez se proponga hacerlo con menos alboroto y eso acerque posturas. Aún está libre la casa de su hermana la Infanta Pilar en la urbanización Puerta de Hierro, eso sí, un poco desangelada y por supuesto, residencias de amigos no le van a faltar. Eso no sería un inconveniente. Veremos cómo se desarrolla este segundo intento de regreso del Rey Juan Carlos.
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